La historia del mítico boliche Jazz & Pop, donde tocaron los mejores músicos y en su primera noche hubo un asesinato

Sus dueños eran Jorge González, Néstor Astarita y Gustavo Alessio, tres músicos. Por su escenario pasaron figuras internacionales como Chick Corea, Carmen McRae y Hermeto Pascoal y casi todos los locales. En su inauguración, y mientras tocaba el Mono Villegas, una discusión derivó en un homicidio

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La entrada de Jazz & Pop, el boliche de música de San Telmo (Captura trailer El Jazz es como las bananas)
La entrada de Jazz & Pop, el boliche de música de San Telmo (Captura trailer El Jazz es como las bananas)

El 6 de abril de 1978 la dictadura militar estaba en su momento de grandes éxitos, por lo cual este país estaba horrible. En lo personal, estaba terminando mi encierro en un calabozo del Regimiento de Granaderos a Caballo, donde había ido a parar con mi amigo Javier Artacho antes de que nos mandaran a cumplir el servicio militar obligatorio con recargo al Hospital Militar Central donde javier estuvo dos años limpiando la escaleras de abajo para arriba y yo cuidé la morgue del 3er piso, no porque alguien se fuera a escapar de ahí obviamente, sino porque a veces había que pedir turno para dejar algo. Como les dije, era 1978.

Conseguí por fin un franco alrededor de la última semana de abril y volví al barrio, donde ya no estaban algunos amigos y los que quedaban se guardaban para tiempos mejores. de manera que enfilo para el hipperío, ese reservorio de hippies que quedaba en el fondo de la casa de mi primo Charlie, donde algunos camuflados ya como gente normal todavía insistían con esas chorradas de la paz y el amor y la imaginación al poder pero en voz baja.

Era sábado, me acuerdo bien, y uno me cuenta que el plan para esa noche era pasar en algún momento por Jazz & Pop.

Ahí me enteré del asunto.

Jazz & Pop era un tema no para manejar en secreto pero sí para sostenerlo en la discreción más absoluta que se pudiera.

Jorge González, Néstor Astarita y Gustavo Alessio (nochesdejazz.com)
Jorge González, Néstor Astarita y Gustavo Alessio (nochesdejazz.com)

Pregunté qué era eso y se formaron en ronda media docena de entusiasmados contertulios espontáneos para desasnarme. Empezaron con que era un sótano en San Telmo, tan oscuro como pequeño, donde en la noche de la inauguración tocaron todos los jazzmen argentos y mataron a un tipo para matizar la velada y terminaron todos en cana. En el antro paraba toda la cofradía rocker porteña y a veces se mezclaban en las jam sessions organizadas por los dueños, que eran uno de los Náufragos y los dos que completaban el trío de Litto Nebbia que había grabado “muerte en la catedral”.

Había que llegar “con carpeta” me aclaraban, que era caminar por esas calles oscuras en la dictadura con un plan b en la cabeza por si te paraban los polis. Claramente no era lo más recomendable para un joven alocado andar por esas cuadras, pero como yo estaba en el Ejército la cana no me jodía, así que decidí ir para Jazz & Pop esa noche.

Nunca había escuchado y menos visto nada igual en mi vida. Jamás visite un lugar semejante a Jazz & Pop en ninguna ciudad del mundo que haya tenido la dicha de visitar.

El programa de Jazz & Pop
El programa de Jazz & Pop

Lo mejor de Jazz & Pop es que no hay historia oficial, todo fue siempre de boca en boca. Si es comprobable que abrió en abril de 1978, que ue una idea de los músicos Gustavo Alessio de Los Náufragos, Néstor Astarita y Jorge “El Negro” González éstos últimos integrantes del trio de Litto Nebbia que grabó “Melopea” y “Muerte en la catedral” nada menos.

Me contaba Astarita:

“Después de tocar con Sandro nos llama Litto para armar el trío famoso y me quedo hasta el 74. Me voy a EE.UU. y Europa. En Italia me contrata el trompetista Enrico Rava, que era famosísimo. Fue una buena época. Un par de años después vuelvo a Buenos Aires, un día me llama Alessio y me cuenta de la idea del boliche a mi y al Negro González. Nos pusimos de acuerdo y con todo en contra montamos el invento. Mucho no jodieron las autoridades, no les debía parecer algo importante. La macana fue que la noche de la inauguración mataron a uno y creímos que todo había terminado, pero no: la noche siguiente abrimos y Jazz & Pop comenzó su camino...”-

Su camino puede ser, pero su historia no. La historia de Jazz & Pop es la de cada uno que estuvo ahí. Eso es lo mejor de haber estado, son intransferibles las sensaciones transitadas en ese tugurio invalorable de Chacabuco y Venezuela.

La noticia del asesinato del fotógrafo Eduardo Blasco en Jazz & Pop
La noticia del asesinato del fotógrafo Eduardo Blasco en Jazz & Pop

La situación -dicen los que saben y son confiables- fue la siguiente:

Esa noche del estreno el salón estaba más que repleto, un montonazo heterogéneo de personajes inundaba los sillones, las sillas y el piso. Iban y venían de acá para allá todos los músicos del jazz y el rock locales. En Jazz & Pop coincidían Luis Alberto Spinetta y Luca Prodan, Federico Manuel Peralta Ramos y Egle Martin. Toda la intelligentzia porteña tenía ya su templo musical para alargar las noches a salvo de los malos.

Y de repente, esto:

Dino Saluzzi saluda a la barra y deja el escenario después de un set excepcional. Ya era medianoche, digamos. Sube y encara para el piano el Mono Villegas, que empieza a tocar “Honeysuckle rose” para beneplácito de la parroquia, que escuchaba con entusiasmo. Todos menos uno de suéter marrón y jean, que desde la barra y dándole la espalda al escenario gritaba “¡Que toque Litto Nebbia! ¡Que suba Litto Nebbia!”

Dicen que el mimísimo Nebbia fue a hablar con el idiota pidiéndole de buena manera que se calle la boca y respete, ¡que joder! Pero nada, llegaron a forcejear inútilmente.

Aparecen un par mas que sacan al idiota, lo dejan en la vereda y entran por más música del Mono Villegas.

Dino Saluzzi tocando en Jazz & Pop. Detrás, en la batería, Néstor Astarita (Captura trailer El Jazz es como las bananas)
Dino Saluzzi tocando en Jazz & Pop. Detrás, en la batería, Néstor Astarita (Captura trailer El Jazz es como las bananas)

A los 5´desde la mas profunda oscuridad surge otra vez el grito

-¡Que toque Litto Nebbia! ¡Que suba Litto Nebbia!...”

Vuelta a sacar al sujeto, que esta vez no quería salir. Así que a empellones lo depositan de nuevo en la vereda y otra vez adentro. Minutos después -y acá se bifurcan los relatos-, uno tropieza cerca de la entrada con un cuerpo, no se mueve ni responde, así que encienden la luz y aparece un cadáver con el cuello bañado en sangre. Pensaron de entrada que era un navajazo hasta que alguno un poco más lúcido que los demás señala la parte de atrás y avisa que el origen de ese charco rojo era un tiro, un disparo.

Después de todo, a esa hora, en esa época, con un muerto en casa y un cementerio de botellas y cigarrillos y cigarettes era obvio que algunos se desmayaran, otros intentaran salir corriendo, otros quisieran seguir escuchando al Mono Villegas y los menos intentaran explicarle a los policías que empezaron a cerrar las calles con sus patrullas que eso había pasado afuera del salón y fue un hecho aislado.

El pianista Chick Corea en Jazz & Pop. Detrás, en el contrabajo, Jorge "El Negro" González (Captura trailer El Jazz es como las bananas)
El pianista Chick Corea en Jazz & Pop. Detrás, en el contrabajo, Jorge "El Negro" González (Captura trailer El Jazz es como las bananas)

Obviamente todos fueron trasladados en micros hasta la comisaría 2da en la calle Lavalle, muchos pasaron la noche entera ahí hasta que a la mañana todo parecía haberse aclarado. El occiso era un periodista gráfico llamado Eduardo bBasco, muy amigo de todos los jazzmen porteños, mientras que el asesino -sorprendentemente, o no-, era un policía de franco de, justamente, la Comisaría 2da de la calle Lavalle.

Quitando esa primer noche de película de film noir francés de los 60´s, hasta su cierre definitivo en 1984 Jazz & Pop fue el orgulloso secreto mejor guardado de la noche porteña. Quizás tuvo que suceder ese asesinato la noche primera para que todos cuidaran al lugar como si cada fuese el dueño.

(Captura trailer El Jazz es como las bananas)
(Captura trailer El Jazz es como las bananas)

AllÍ tocaron todos -literalmente todos- los músicos de prestigio que integraran el patrimonio del rock y el jazz argentinos, mezclándose casi químicamente con lo mas granado de la escena internacional que visitara la ciudad. Nombres sobran, literalmente también: el Negro González y Néstor Astarita eran la base rítmica permanente, acompañaban a Dino Saluzzi, al Mono Villegas, al Chivo Borraro, a Santiago Giacobbe, Baby López Furst, Chick Corea, Jorge Navarro, Litto Nebbia, Carmen McRae, Leo Sujatovich, Norberto Machline, Rubén Rada, Ney Matogrosso, Walter Malosetti, Ivan Lins, y siguen los nombres.

En 1982 Astarita y el Negro González deciden dejar Jazz & Pop en manos de Alessio y se dedican a continuar sus carreras como músicos.

Hace unos años, el Negro González intentó otra vez con Jazz & Pop, pero murió al poco tiempo de comenzada la segunda gesta.

Ojalá algún día la historia de Jazz & Pop tenga el réquiem que merece.

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