“Los espíritus de la isla”, la nominada al Oscar a Mejor película, llega a los cines con Colin Farrell y Brendan Gleeson

La dupla protagoniza este film dirigido por Martin McDonagh (“Tres anuncios por un crimen”, “Escondidos en Brujas”) que le regala al espectador una bella pieza de arte difícil de igualar. Con 9 nominaciones a los premios de la Academia, llega a las salas para poder disfrutarla en pantalla grande

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la supla de actores se vuelve a encontrar para esta gran película que llega a los cines de América Latina.

Colm (Gleeson) y Pádraic (Farrell) son amigos desde siempre. O al menos eso entiende el espectador cuando se dispone a ver Los espíritus de la isla, el film que acaba de estrenarse y que el director, Martin McDonagh, acaba de reunir,luego de 15 años, a esta dupla de actores de Escondidos en Brujas.

La acción transcurre en un pueblo irlandés olvidado en el tiempo, alejado de las incipientes urbes que contempla desde lejos los disparos y las bombas que anuncian el final de una guerra civil. Esta isla toma el nombre de Inisherin, donde hombres y mujeres transitan por él como piezas de un juego que está por terminar. El film toma como punto de partida a Colm, un artista que pasa sus días tocando el violín y charlando con la gente, y Pádraic, un hombre simple con razonamientos algo lentos y sencillos que vive con su hermana Siobhan (Kerry Condon) en una pequeña casita donde cuidan a sus animales y a una burra.

Brendan Gleeson y Colin Farrell interpretan a dos hombres que eran amigos y dejan de serlo.
 Photo by Jonathan Hession.  Courtesy of Searchlight Pictures. © 2022 20th Century Studios All Rights Reserved.
Brendan Gleeson y Colin Farrell interpretan a dos hombres que eran amigos y dejan de serlo. Photo by Jonathan Hession. Courtesy of Searchlight Pictures. © 2022 20th Century Studios All Rights Reserved.

Ambos, como el resto de los pobladores, se reúnen a las dos de la tarde en el pub del pueblo, una construcción rústica donde toman cerveza (mucha) como para pasar las horas del día. Pero si el objetivo es matar los minutos, las escenas hacen que se sienta que el tiempo se detiene. Y todos los días son el mismo día. Esto es lo que entiende Colm, que decide de un día para el otro cortar el vínculo de amistad con Pádraic, por sentir que sus diálogos son aburridos, banales y que no le da nada a cambio su intercambio.

“No quiero ser más tu amigo”, expresa este hombre con crudeza y realismo. Pero Pádraic no logra entender este cambio y hará hasta lo imposible por recuperar la relación con Colm. Porque todo puede tolerase en este poblado, menos la soledad. Los espíritus de la isla recorre con mucho humor y picardía la relación entre estos dos hombres. Mientras Colm es sombrío, intenso y lucha con sus propios fantasmas, su (ex) amigo es lo opuesto. Así Pádraic, en palabras del mismo Farrell, es “un tipo bueno, simple, al que no le preocupan demasiadas cosas. Mientras los animales estén alimentados, y él tenga algunos centavos en el bolsillo para poder tomarse unas cervezas y conversar con su amigo Colm todos los días, está contento. Mientras todo eso suceda, la vida para él es sencillamente estupenda”.

Pádraic e sun hombre simple que cuida a sus animales y desea mantener la relación con su amigo Colm
 Photo by Jonathan Hession.  Courtesy of Searchlight Pictures. © 2022 20th Century Studios All Rights Reserved.
Pádraic e sun hombre simple que cuida a sus animales y desea mantener la relación con su amigo Colm Photo by Jonathan Hession. Courtesy of Searchlight Pictures. © 2022 20th Century Studios All Rights Reserved.

La ingenuidad de este muchacho genera un gran contraste con Colm, un hombre muy respetado dentro del pueblo que encuentra su refugio en la música en un momento que siente en carne propia la finutud del ser humano: “El violín se ha vuelto más importante para él porque su mortalidad comienza a pesarle. Sin ningún motivo en particular, estima que le quedan 12 años. Su arte se vuelve su prioridad principal”. Poder escribir su obra en tranquilidad y sin el barullo verbal del rústico de Pádraic.

Pero más allá de esta contienda de búsqueda de atención y amor por parte de Pádraic hacia Colm, el film recorre algunos otros personajes que son dignos de reflexionar. Siobhan, es quien mejor lee a esta isla y sabe que tiene que huir si quiere lograr algo en su vida. Se ocupó de leer libros y alejarse de la rutina que aplasta proyectos que forma parte de su vida. Es la que más comprende a su hermano, y sabe que sus pocas luces no le permitirán dejar de meterse en problemas. Es tal vez como la voz del coro griego, que conoce los hechos casi antes que suceden sin ser clarividente.

Pádraic y  Siobhan los hermanos que viven juntos luego de que sus padres murieran y ellos de a poco se van apagando en la isla
Photo by Jonathan Hession.  Courtesy of Searchlight Pictures. © 2022 20th Century Studios All Rights Reserved.
Pádraic y Siobhan los hermanos que viven juntos luego de que sus padres murieran y ellos de a poco se van apagando en la isla Photo by Jonathan Hession. Courtesy of Searchlight Pictures. © 2022 20th Century Studios All Rights Reserved.

Para ese rol existe una mujer, Mrs. McCormick (Sheila Flitton) que podría vincularse con la idea de la muerte y es la encargada de avisar lo que va a suceder. Su presencia es inquietante y tal vez remite de alguna manera a esas almas que no dejan de dejar la tierra y deambulan como espíritus por la tierra. Pero sin dudas es Dominic (Barry Keoghan) quien entrega la mirada más inocente y certera de este vínculo roto entre los amigos. “¿Acaso tiene 12 años?” le dice este jovencito a Pádraic sobre el enojo de Colm, y se convierte en la frase más acertada para relatar toda la película. Dominic es un adolescente, que recibe todos tipo de abusos por su padre que es el policía respetado de la isla, que tampoco tiene muchas luces y se convierte en compinche de Pádraic.

Pádraic (Colin Farrell) y Dominic (Barry Keoghan) en una gran escena de "Los espíritus de la isla"
Pádraic (Colin Farrell) y Dominic (Barry Keoghan) en una gran escena de "Los espíritus de la isla"

Los espíritus de la isla recorre los misterios más arraigados al existir: qué es la vida y por qué estamos donde estamos y también cómo nos percibimos, qué ven los otros de nosotros mismos. Es un viaje poderoso en el tiempo, en una era sin redes sociales, ni comunicaciones inmediatas y delirios de consumismo. Lleva a un mundo simple donde aquejan al ser humano las mismas inquietudes que en el estallido de esta era.

Un relato de lo que fue y de lo que pudo haber sido. Un poema plasmado en fotogramas que se suceden uno tras otro para conectar con lo más básico: vivir la vida como cada uno lo desea. Y también una especie de fábula donde la moralaja la debe encontrar cada uno en su corazón.

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