Steven Spielberg cuenta su propia infancia en una emocionante e inolvidable película llamada “Los Fabelman”

El director recrea su dura vida familiar y el proceso que lo llevó a enamorarse del cine

Compartir
Compartir articulo
Las películas son sueños que nunca se olvidan. Llega en exclusiva a los cines el 27 de enero.

Steven Spielberg es el director más conocido del mundo. Su filmografía de cinco décadas incluye varias de las películas más taquilleras de todos los tiempos. A pesar de su conexión instantánea con el gran público, a Spielberg le costó bastante conseguir un merecido prestigio y que se tomen sus películas en serio. Ganador de infinidad de premios, incluyendo dos Oscar a mejor director y uno como productor, su obra trasciende cualquier coyuntura y moda, abarcando los más variados géneros y tonos, pero siempre con un dominio del arte cinematográfico que no se puede comparar con ningún otro cineasta contemporáneo. Spielberg no es sólo el realizador más popular del mundo, es también el más asociado a la idea de director de cine, es decir al cine mismo. La película es una de las grandes candidatas a los premios de la Academia en la próxima edición, con un total de siete nominaciones, tres de ellas para Spielberg, mejor película, mejor director y mejor guion original.

Por todo esto es que Los Fabelman resulta una pieza fundamental de su obra, una película que habla del nacimiento de su amor por el cine y al mismo tiempo la culminación de un largo recorrido que hoy le permite mirar para atrás y por primera vez referirse de forma directa a su propia infancia y adolescencia. No es un dato menor que se trate de uno de sus pocos largometrajes escritos por él, además de Encuentros cercanos del 3er tipo (1977) e Inteligencia Artificial (2001). A pesar de la evidente autoría de sus films, sólo tres largometrajes dirigidos por él lo tienen como guionista en su larga trayectoria. Por supuesto que los cortometrajes antes de volverse profesional lo tenían escribiendo los guiones, entre varias otras funciones.

En esta imagen proporcionada por Universal Pictures y Amblin Entertainment, Gabriel LaBelle en una escena de "The Fabelmans". (Merie Weismiller Wallace/Universal Pictures and Amblin Entertainment via AP)
En esta imagen proporcionada por Universal Pictures y Amblin Entertainment, Gabriel LaBelle en una escena de "The Fabelmans". (Merie Weismiller Wallace/Universal Pictures and Amblin Entertainment via AP)

No hay suspenso ni misterio en Los Fabelman. Prácticamente todo lo que se narra ha sido previamente contado por Steven Spielberg en innumerables entrevistas. De hecho, la escena inicial, dónde se deslumbra con El espectáculo más grande del mundo (1962) de Cecil B. De Mille, es la información básica que todo admirador de Spielberg conoce a la perfección. Pero ver esa anécdota recreada en la pantalla es mucho más conmovedora que contada con sus palabras. Hay varios momentos en la película que son justamente eso, la historia del Spielberg narrador oral convertidas ahora en puro lenguaje cinematográfico. La emoción es total. Lo mismo ocurre con el encuentro entre Spielberg y Ford, esta sí es la historia más famosa y que todo cinéfilo atesora con toda su alma. John Ford, el más grande director de la historia del cine mundial, el padre del cine clásico, interpretado por David Lynch, el más grande director de cine moderno que ha dado Estados Unidos, todo esto filmado por el mejor director actual. Un trío que eleva al cine hasta lo más alto, mucho más que una declaración de amor, es el corazón mismo de este arte.

En esta imagen proporcionada por Universal Pictures y Amblin Entertainment, de izquierda a derecha Keeley Karsten, Sophia Kopera, Michelle Williams y Gabriel LaBelle en una escena de "The Fabelmans" ("Los Fabelman"). (Merie Weismiller Wallace/Universal Pictures y Amblin Entertainment vía AP)
En esta imagen proporcionada por Universal Pictures y Amblin Entertainment, de izquierda a derecha Keeley Karsten, Sophia Kopera, Michelle Williams y Gabriel LaBelle en una escena de "The Fabelmans" ("Los Fabelman"). (Merie Weismiller Wallace/Universal Pictures y Amblin Entertainment vía AP)

Pero Los Fabelman no es sólo una historia de cine, sino que también es una historia familiar. Ser disfuncional en la década del cincuenta era particularmente inquietante y todas las tensiones que el niño protagonista de la película no son otras que las del propio director, aunque haya optado por el tenue disfraz de cambiar los nombres. También se ha tomado varias licencias poéticas que quien no conozca la vida del director no percibirá, pero que mejoran mucho más la evolución de los personajes y el sentido de lo que quieren contar. También, quien conozca la obra de Spielberg descubrirá, por primera vez, referencias familiares en muchos de sus anteriores films, algo que no era tan claro hasta que hoy vemos de donde surgieron muchas de esas ideas.

En esta imagen proporcionada por Universal Pictures y Amblin Entertainment Gabriel LaBelle, izquierda, y Michelle Williams en una escena de "The Fabelmans" ("Los Fabelmans"). (Merie Weismiller Wallace/Universal Pictures y Amblin Entertainment vía AP)
En esta imagen proporcionada por Universal Pictures y Amblin Entertainment Gabriel LaBelle, izquierda, y Michelle Williams en una escena de "The Fabelmans" ("Los Fabelmans"). (Merie Weismiller Wallace/Universal Pictures y Amblin Entertainment vía AP)

La familia de Sammy Fabelman adolescente (Gabriel LaBelle) está conformada por la madre pianista (Michelle Williams), el padre ingeniero (Paul Dano), el mejor amigo del padre (Seth Rogen) y las tres hermanas (Keeley Karsten, Sophia Kopera y Julia Butters). También está la abuela de Sammy (Jeannie Berlin) y la presencia breve pero poderosa del tío Boris (Judd Hirsch). Son esos los personajes que van marcando la vida del protagonista a la vez que el cine se va convirtiendo en su pasión y su refugio. Vemos la creatividad y el talento de Sammy, pero por encima de cualquier otra cosa su necesidad de encontrar allí un lugar más ordenado que su propia vida.

infobae

Mientras que muchos cineastas eligen mostrar el cine como un infierno, Steven Spielberg lo muestra como un hogar. A pesar del drama de Los Fabelman, la película tiene humor y una ligereza narrativa propia de la genialidad del director. Se trata de una de las mejores películas de los últimos años y una obra fundamental para Steven Spielberg. Cuando hace ya casi treinta años ganó el Oscar por La lista de Schindler (1993) hizo algo que habitualmente nadie hace, se lo dedicó a los espectadores del mundo. Cuando uno ve su cine entiende el porqué, pero con Los Fabelman lo comprende del todo. Este maestro nunca, ni por un instante, ha dejado de entender lo que significa sentarse en una sala oscura a mirar esas imágenes en movimiento. Esas historias que son más grandes que la vida y al mismo tiempo el reflejo metafórico de nuestra existencia.

Los Fabelman está disponible en cines.

Seguir leyendo: