Waldo Wolff: “Para que se termine el populismo, los halcones tendrán que ser tolerantes con las palomas, y viceversa”

El diputado nacional del PRO, identificado con las posiciones más duras, explicó a Infobae por qué aceptó incorporarse al gobierno de Horacio Rodríguez Larreta y criticó a Alberto Fernández: “No hay ninguna diferencia entre disolver el Congreso y no cumplir con un fallo de la Corte”

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Waldo Wolff: ¿Cómo explica su conversión de "halcón" a "paloma"?

Waldo Wolff tiene fama bien ganada de “halcón”, pero esta semana sorprendió con la confirmación de que desde el 1° de enero será funcionario de una figura “paloma” como Horacio Rodríguez Larreta, y no en cualquier función: se encargará de la comunicación y de la vocería. La decisión alteró los nervios del sector más duro del PRO y le arrancó una sonrisa al larretismo, que encarará la recta final de las definiciones electorales con un dirigente que se mueve con soltura en lo mediático.

“La política argentina está en una simplificación muy compleja que solamente le es funcional al kirchnerismo: ellos no se preguntan si sos halcón, paloma, águila, ave de rapiña, sino que se juntan todos y mantienen el poder”, advirtió en la entrevista con Infobae el diputado nacional del PRO, que ya presentó la renuncia a la banca y asumirá el 1° de enero como secretario de Asuntos Públicos del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, en un gabinete que será reforzado con incorporaciones como las de Martín Redrado, Silvia Lospennato, Cynthia Hotton y, probablemente, Graciela Ocaña.

Diputado nacional desde 2015, Wolff debutó en la política de la mano de Jorge Macri, actual ministro de Gobierno porteño, y se sumará al andamiaje gubernamental larretista manteniendo su firme apoyo a la candidatura en la ciudad del primo de Mauricio Macri: justamente, el inminente funcionario dijo haber recibido garantías por parte de Larreta de que podrá mantener su autonomía en la interna del PRO y que tampoco implica ninguna obligación de respaldar el proyecto “Horacio presidente”.

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Waldo Wolff: ¿El renunciamiento de Cristina Kirchner va a despolarizar la política?

“No soy ni de Patricia ni de Horacio ni de Mauricio; no soy de nadie”, afirmó este tenaz opositor del kirchnerismo, licenciado en administración de empresas y ex arquero del club Atlanta, que aseguró: “Vengo repitiendo desde hace años que hay que terminar con la grieta de este lado de la grieta. Para que se termine el proyecto populista hay que estar a la altura del momento. Los halcones van a tener que ser tolerantes con las palomas, y viceversa. Los socialdemócratas tolerantes con los liberales, y viceversa. Los gorilas van a tener que ser tolerantes con los peronistas republicanos, y viceversa. Si nos quedamos partidos en 6, el kirchnerismo se junta (...) y gobierna por 100 años”.

En el diálogo con Infobae, además, Wolff criticó con extrema dureza la decisión de Alberto Fernández de desconocer la sentencia de la Corte que le dio la razón al gobierno porteño por el recorte a la coparticipación: “No hay ninguna diferencia entre disolver el Congreso y no cumplir con un fallo de la Corte”, señaló el diputado del PRO y designado funcionario en la ciudad, tras lo cual calificó al Presidente como “un loquito que se vanagloriaba de ser hijo de un juez y profesor de Derecho y hoy está mucho más cerca de ser el general González en Costa Pobre”.

— ¿Usted es un “halcón” que eligió instalarse en un territorio de “palomas”?

— Respeto los arquetipos que surgen del folklore político argentino político, pero no me siento parte de algo tan sencillo. Todos somos halcones y palomas, dependiendo el momento de nuestra vida. Cuando nos vienen a robar somos halcones, uno defiende lo suyo, su familia. Y cuando alguien viene a conversar sos paloma. Todos tenemos incorporados los dos roles. Y además, aprovechando las épocas del Mundial, la política es un juego de roles, no te alcanza solamente con defensores, solamente delanteros o solamente jugadores rústicos, también necesitas alguien que la pise e incluso necesitás un presidente que vaya a dialogar con otros presidentes de otros equipos que pelean por el mismo campeonato que vos. La política argentina está en una simplificación muy compleja que solamente le es funcional al kirchnerismo: ellos no se preguntan si sos halcón, paloma, águila, ave de rapiña, sino que se juntan todos y mantienen el poder. Ya me tocó ser parte del gobierno en 2015/2019 y no te alcanza con ganar, tenés que poder gobernar. Mi límite es el kirchnerismo porque entiendo que tienen un proyecto que anula todo lo demás. Ellos, de hecho, me consideran su enemigo: yo estuve procesado en su momento por traición a la patria en una verdadera acción de lawfare porque inventaron una causa. Acá adentro tenemos que convivir los que se consideran halcones, palomas, liberales, socialdemócratas, gorilas y peronismo republicano. De otra manera, no podés gobernar.

Horacio Rodríguez Larreta, con sus nuevos funcionarios: Waldo Wolff, Martín Redrado y Silvia Lospennato
Horacio Rodríguez Larreta, con sus nuevos funcionarios: Waldo Wolff, Martín Redrado y Silvia Lospennato

— ¿Cómo fue su proceso de conversión? ¿Se transformó en un halcón que de repente entendió que para poder gobernar hay que ampliar las fronteras?

— No es conversión porque yo sigo siendo el mismo. Yo declaro lo mismo: mi límite es el kirchnerismo. Massa es kirchnerista. Los gobernadores que hoy apoyan son kirchneristas. Salí a la calle en todas las marchas. Estuve en Formosa antes que nadie. En Mascardi. En Guernica. Fui denunciante en 23 causas penales a este gobierno, entre ellas las vacunas, el vacunatorio VIP, la fiesta de Olivos.

— ¿Qué lo llevó entonces a sumarse al gobierno porteño?

— Una invitación. Le hago la pregunta al revés al periodismo: ¿por qué un diputado del PRO no aceptaría la invitación del jefe de gobierno del único distrito que gobierna el PRO para ser parte del Ejecutivo? Lo que habría que explicar es por qué uno no la acepta. En todos los gobiernos es que alguien del Legislativo o alguien que por algún motivo se destaca en la actividad que está teniendo en la política se lo invita a ser parte del Ejecutivo y dice que sí. ¿Por qué diría que no si me invitaron con la libertad de seguir siendo quien soy? Le molesta a mucha gente que yo siga siendo quien soy en otro lado. “Si vos pensás así, tenés que estar con nosotros”. Y además es contradictorio porque una de las cosas que se le achacaban a nuestro espacio es que no defendía la gestión, que no iba a los debates ante la opinión pública a dar la famosa batalla cultural. La estoy dando en todos lados. Entonces es al revés: vayamos a defender la gestión. Después discutamos en la interna si me gusta o no que estés con uno o con otro, pero en la gestión yo trabajo para que el PRO siga gobernando la ciudad de Buenos Aires y para fortalecer Juntos por el Cambio. Si no, sería igual que aquello que vine a combatir.

— Es que hay muchas diferencias no sólo de estilo entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta. Usted dice que si le hacen una oferta en el distrito que gobierna el PRO no se puede negar, pero entre los dos candidatos presidenciales hay una pelea permanente.

— La pelea entre Patricia y Horacio la tienen ellos. Partimos de una base falsa en muchos momentos y cuando uno parte de premisas falsas llega a conclusiones falsas. Por empezar, no creo en ser de nadie. O sea yo no soy ni de Patricia ni de Horacio ni de Mauricio. No soy de nadie.

Patricia Bullrich y Juan Pablo Arenaza, su jefe de campaña, criticaron al larretismo y a la incorporación de nuevos funcionarios porteños
Patricia Bullrich y Juan Pablo Arenaza, su jefe de campaña, criticaron al larretismo y a la incorporación de nuevos funcionarios porteños

— ¿No estaba alineado con Bullrich, entonces?

— No. De hecho yo tengo empatía política con muchas de las cosas que piensa y con muchas otras no. Me pasa con todos los que son parte de nuestro ámbito, pero yo no soy de Patricia. De hecho, nunca ocupé ningún cargo en ámbitos que me asignó Patricia ni integré sus equipos más cercanos. Cuando ella integró el partido y armó sus equipos fue Gerardo Milman quien fue vicepresidente del bloque y está bien. Y las veces que yo hice acciones políticas no las hice por orden de Patricia sino porque yo pensaba eso. Caminamos al lado. Por supuesto que ella tiene un volumen político mucho más grande que el mío. La respeto muchísimo. Pero eso no quiere decir que sea de Patricia ni que ahora sea de Horacio. De hecho, no vas a encontrar nunca alguna discusión mía con gente de mi partido y mucho menos con el gobierno del único distrito que gobernamos. Siempre lo defendí. Lo defendí con el tema de las escuelas. La defendí a Soledad Acuña cuando en su momento Página 12 publicó una foto con (el nazi Erich) Priebke de cuando tenía 16 o 17 años, en un colegio. Una vergüenza. Lo defendí a Fernán Quirós en épocas de pandemia. Defendí a todos, siempre. No tengo problemas con nadie adentro. No tengo enemigos adentro. Si alguien me considera su enemigo por pensar distinto es cuando empiezo a replantearme a qué estamos jugando. Porque yo me involucré en este espacio primero porque no debería ser un espacio dogmático donde yo soy de alguien o recibo órdenes de alguien. Y segundo porque el que piensa distinto no es mi enemigo ni es un traidor. Entonces cuando alguien me llama traidor por pensar distinto estamos ante un problema. ¿Qué está pasando en nuestro espacio que a alguien que piensa distinto, pero que hace años que está al lado mío, que tiene otro modo o que tiene otra manera de ver la política, siempre dentro de la ley, siempre dentro de la Constitución, siempre dentro del sistema democrático, siempre dentro del respeto por las instituciones, lo consideran un traidor? Eso es más parecido al kirchnerismo que lo que yo vine a buscar en este espacio.

— Hubo un tuit de Juan Pablo Arenaza, el jefe de campaña de Bullrich, en el que atacó a Rodríguez Larreta porque consideró que “si no podía controlar el Obelisco no podía gobernar el país” y la propia jefa del PRO, al referirse a los cambios en el gabinete porteño, pidió “menos cargos y más austeridad”. ¿Qué les contestaría?

— No les voy a contestar porque nunca pegué para adentro. Todos tienen mi teléfono y hablo con todos. Y por ahí porque vengo del fútbol y creo que las cosas se resuelven en el vestuario, en privado, nunca voy a pegar para adentro en público por tres motivos. Primero porque no lo hice nunca. Segundo, porque no creo en eso. Y tercero, y el más importante, porque eso es funcional al kirchnerismo. Puedo tener matices con ciertos sectores de mi espacio con los que en determinado momento no comparto una visión. Lo que no puedo es considerarlo mi enemigo o torpedearle la gestión. Porque cuidé a todos. Cuidé a todos los miembros de nuestro espacio cuando fueron por ellos. A todos. Y nunca pregunté de qué sector eran.

Mauricio Macri y Waldo Wolff
Mauricio Macri y Waldo Wolff

— ¿La interna del PRO no se puso caníbal? ¿Por qué se impuso este estilo en el partido?

— No lo sé, pero yo no coincido y me preocupa esta división casi visceral y, en algunos casos, de odio. Podemos ponderar el bien y el mal en cuestiones metafísicas, o filosóficas, pero yendo a lo estratégico le es funcional a un kirchnerismo que se perpetúa dividiéndonos en todas las partes. Para gobernar necesitás asociarte con tus complementarios. No lo podés ejercer, si no. En política tenés cuestiones ideológicas y matemáticas. Vos tenés un 35% de kirchnerismo o peronismo duro, casi inamovible. O sea, arrancás perdiendo 3 a 0 todos los partidos, pase lo que pase. Un gobierno muy malo a nivel económico, a nivel social, a nivel gestión, a nivel transparencia, a nivel de todo un pésimo gobierno, y te sacan entre el 30 y el 35% de los votos. Entonces vos tenés que pensar cómo sumo complementarios. Y si no, te estás transformando en lo que viniste a combatir. Creo en la democracia republicana, o sea, en la representación. Vengo de estar 7 años en el Congreso de la Nación, 257 escaños, distintos colores partidarios e ideas. Entonces yo tengo que sentarme a ver en qué coincido con el que es complementario, no con el que piensa igual. El que piensa está, tengo a mi 10%, 15% que piensa como yo. Bueno, tengo otro 10%, 15% que no piensa exactamente igual a mí, pero tampoco es antagónico. Bueno, en qué nos ponemos de acuerdo para ganarle justamente a ese antagónico, a ese que quiere romper las instituciones. Al que se alía con Cuba, Venezuela, Nicaragua e Irán. Al que no cree en la meritocracia, al que cree en la perpetuidad, que no respeta la Constitución Nacional. Y no hay otra manera que sentarme a ver en qué acuerdo para ganarle. Si no, ¿cómo hago? ¿Le digo “vos sos traidor”? ¿“Vos no pensás como yo”? ¿“Vos sos una asquerosa paloma”? ¿“Vos sos un maldito socialdemócrata”? Eso es igual a kirchnerismo por 100 años.

— ¿Qué hay que hacer, entonces?

— Tengo que sentarme con el socialdemócrata, si soy liberal, y decir: “Bueno, OK, en el tamaño del Estado no coincidimos. ¿Coincidimos en que queremos estar alineados con el mundo occidental? Sí, coincidimos. ¿Coincidimos en que creemos en la meritocracia? Sí, coincidimos. ¿Coincidimos en que hay que respetar las instituciones y se respetan los fallos de la Corte? Sí, coincidimos. Bueno, ganémosle a los que creen además de que el Estado tiene que ser omnipresente en todo lo contrario que nosotros. Y después pulseemos para ver si el Estado es más grande o más chico. Si no, no llego”. Yo no quiero tener razón, quiero ser feliz y hoy no lo soy feliz porque tengo hijos afuera del país. Y para que no estén afuera del país tengo que meterme mi orgullo en el bolsillo y sentarme a hablar con el complementario. Porque si no me voy a quedar ladrándole a la luna, a los que piensan como yo, se van a quedar aplaudiéndome y el kirchnerismo con el Grupo de Puebla va a gobernar por 100 años.

Alberto Fernández
Alberto Fernández

— ¿Está describiendo a los halcones más duros, a Bullrich y Macri?

— No sé, que se haga cargo el que le cabe el sombrero. Yo dialogo con todos y lo hice siempre. algunos me dicen “me defraudaste” y les digo: “Lamentablemente, andá al psicólogo”. Porque vengo repitiendo desde hace años que hay que terminar con la grieta de este lado de la grieta. Para que se termine el proyecto populista hay que estar a la altura del momento. Los halcones van a tener que ser tolerantes con las palomas, y viceversa. Los socialdemócratas tolerantes con los liberales, y viceversa. Los gorilas van a tener que ser tolerantes con los peronistas republicanos, y viceversa. Una vez que podamos salir de este momento y ganarle al kirchnerismo, y tener esa masa crítica, algunos dicen del 60%, otros dicen del 70%, aunque es cierto que necesitás más del 50%. Una vez que la tengas y traces esos puntos, que tienen que ver con la alternancia, con el mundo occidental y democrático, con la meritocracia, con el tamaño del Estado, hay que bajar un poquitito el paladar negro y decir que el liberal no le diga traidor al socialdemócrata y que el socialdemócrata no le diga traidor al liberal. Que el halcón no le diga traidor a la paloma y que la paloma no le diga traidor al halcón. Porque entonces nos quedamos nosotros partidos en 6, el kirchnerismo que se junta, Massa que los iba a meter presos a los de La Cámpora. Alberto que le decía facinerosa a Cristina, Cristina que le decía que se suture el tujes al peronismo, y se nos ríen en la cara y gobiernan por 100 años. Entonces para mí sería mucho más fácil quedarme gritando en el ámbito que me aplaudían, pero realmente no creo en eso. Tengo una edad donde la experiencia me ha hecho ver que eso no funciona: nos han ganado porque se juntan entre ellos. Nosotros sacamos más votos en el 2019 que en el 2015. La diferencia es que los que se habían peleado, como el massismo y con el kirchnerismo duro, se pusieron de acuerdo y dijeron: juntémonos y gobernamos. Por eso hoy tenés lo que tenemos.

— El hecho de que Cristina Kirchner haya renunciado a ser candidata en 2023, al menos hasta ahora, ¿favorece un enfoque más moderado de la política, menos polarizado?

— No lo veo. A la política la veo muy polarizada.

— ¿Con prescindencia de lo que haga la Vicepresidenta?

— Sí, veo un sector sumamente polarizado. No minimizo su capacidad de liderazgo a quienes se les habla.

Cristina Kirchner
Cristina Kirchner

— ¿Pero si ella fuera candidata no habría más polarización de las posiciones?

— No es sustancial que sea o no sea candidata porque va a ser quien ordene al peronismo que viene.

— ¿Cree que es la líder del espacio e igual va a estar presente?

— Sí, absolutamente. Fjate cómo los gobernadores terminan apoyando el gesto chavista de Alberto Fernández de desconocer un fallo de la Corte con un llamado de ella. Ese proyecto, desconocer el fallo de la Corte, el comerle la coparticipación a CABA, es un proyecto claro de conurbanización del país porque eso está dirigido al tercer cordón del Conurbano. Se lo dan a Kicillof. Lo que le sacan a la ciudad se lo dan a Kicillof para que mantenga este clientelismo que lo hace ser competitivo en la provincia de Buenos Aires, manteniendo una masa crítica de gente pauperizada en la dádiva del Estado y en las movilizaciones permanentes que te llevan hacia CABA. No es un tema menor si (Cristina Kirchner) es o no candidata, pero hasta te diría que el peligro es el mismo porque ella termina poniendo a sus acólitos, termina poniendo a quienes la siguen. Han mantenido todas las cajas. Tienen mucha plata. Se han hecho de un factor de poder sumamente importante.

— ¿A qué atribuye la decisión de Alberto Fernández de no acatar el fallo de la Corte por el recorte a la coparticipación porteña y después revisar su decisión y anunciar que va a pagar en bonos? ¿Fue inspirado por Cristina Kirchner o es influencia de los gobernadores?

— No, esto claramente es de Cristina. Él no decide por sí solo. Y hubo una marcha atrás en lo cosmético, pero en lo práctico es exactamente igual: él no ha cumplido con el fallo. Eso de pagar con bonos es mentira y es incumplir. Esto es lo mismo que yo te robe la billetera y me digas “tenés que ir preso por robar la billetera” y digo “no bueno, te devuelvo la billetera y la plata te la pago en bonos y andá a cambiarlo al mercado”. Una cosa fantasmagórica. Y hay algún sector que entra en esta discusión sobre si los bonos corresponden o no corresponden. El gobierno nacional no tiene discrecionalidad como para hacer uso de los fondos. Los fondos de la coparticipación no pasan por el Tesoro nacional, es una cuenta especial que va al Banco Nación y automáticamente debe pagar a cada una de las provincias en función de lo que dice la ley. En este caso, la Corte ratificó la ley, entonces estamos ante la suma del poder público, que es lo que quiere Cristina Kirchner. Esto es una chavización. No hay ninguna diferencia entre disolver el Congreso y no cumplir con un fallo de la Corte Suprema de Justicia. Porque hoy no cumplieron con éste y mañana no cumplen con otro y pasado no cumplen con otro, y tenés disuelto el contrapeso del Poder Ejecutivo que es el Poder Judicial. O sea, el Poder Judicial es el contrapeso de la República. Pero nunca mejor utilizado que ante el Poder Ejecutivo, que es quien tiene la suma del poder público, (el fallo) es decirles: señores, no pueden hacer lo que quieren. Estamos discutiendo a ver si soy halcón o soy paloma y enfrente están con la topadora pasando por arriba de la República o con la sierra eléctrica cortándote el país al medio. Y nosotros estamos discutiendo a ver si vos te peinás para la derecha, para la izquierda o para atrás. Es una cosa que me resulta preocupante.

Waldo Wolff: "El kirchnerismo tiene una gran habilidad porque te instala una mentira, te la repite y la gente la cree"
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— ¿Qué opina sobre el papel de Sergio Massa en el Ministerio de Economía?

— Massa está tratando de llegar hasta el final para decir “entregué la bomba sin que explote, que le explote al que viene”. Una economía que se basa en cada vez apretar más el cepo, en a ver a quién le saco dólares. Massa es parte de este gobierno, él eligió esta sociedad con el kirchnerismo y con el albertismo y se tiene que hacer cargo porque él maneja la economía y debería hoy estar pagando lo que le corresponde a la Ciudad de Buenos Aires por la coparticipación. Fijate cómo el kirchnerismo disfruta del barro. Todos los días te explotan una bomba, te meten en el chiquero, te hablan de cuestiones vinculadas a problemas que a la gente le angustian que tienen que ver con la inseguridad jurídica, con la falta de seguridad, pero el kirchnerismo es depredador. Es un partido que depredó el stock energético. Este modelo del desdoblamiento cambiario en el que vos importás a 300 ahora y exportás a 160. Nadie puede ser competitivo con este modelo. Nos quedamos sin energía. Nos quedamos sin carne. Nos quedamos sin granos. Nos quedamos sin dólares. Nos quedamos sin hijos, se van. Seguramente todos tenemos algún jovencito en la familia que se fue o se quiere ir. Yo soy hijo de un inmigrante y padre de un emigrante. Y mi segunda hija también está pensando en hacerlo y lo que me duele es, siendo parte activa y formal de la política, entenderlos.

— ¿La dirigencia opositora entiende y dimensiona este momento que usted describe?

— La responsabilidad que tenemos es enorme y hay que estar a la altura de las circunstancias. Estoy convencido de lo que hago. Algunos les puede gustar, a otros no, pero estamos ante ese momento que la bibliografía política define como el punto de no retorno. Cuando se perpetúan en el poder y logran una masa crítica de clientelizados que no tienen libertad vos podés tener razón, pero nunca más los recuperás. Si no, preguntáselo a los venezolanos, que creyeron que Chávez era un loquito y un día se levantaron y nunca más volvió la democracia. Preguntáselo a los cubanos. Y hoy estamos muy cerca, porque tenemos a un loquito como Alberto Fernández que se vanagloriaba de ser hijo de un juez y profesor de Derecho y hoy está mucho más cerca de ser el general González en Costa Pobre.

Alberto Fernández, con los gobernadores del Frente de Todos que apoyaron la decisión de no acatar el fallo de la Corte
Alberto Fernández, con los gobernadores del Frente de Todos que apoyaron la decisión de no acatar el fallo de la Corte

— ¿Qué opina sobre la frase de Alberto Fernández en Santiago del Estero: “Acá en el Norte no se discute cómo ampliamos los subtes sino quién tiene agua”?

— Es psicoanalítico. Él tiene que preguntar en Santiago del Estero por qué no tienen agua pese a que han gobernado los últimos 40 años. Él tiene que preguntar por qué en Formosa que hace 25 años que está (Gildo) Insfrán están primeros en el ranking de las 24 provincias en mortalidad maternal y segundo en mortalidad infantil teniendo el 93% de su presupuesto coparticipación sin alternancia. Él tiene que preguntarle a ellos, no explicar nosotros por qué administramos bien la Ciudad de la que somos gobierno hace casi 15 años y hoy tiene la tasa más baja de inseguridad en ciudades de este tamaño en América Latina. Una ciudad que es un lujo. Que tiene superávit, que tiene déficit cero, que hace 15 años la hemos ido transformando pero de verdad, no es un slogan. Esta es una ciudad en la que tenemos récord de turismo internacional como nunca y ellos se tienen que preguntar cómo teniendo la hermosura que tenemos en el país no han podido lograr que el turismo sea generador de riqueza. Lo que hicimos bien, ellos lo vinieron a destruir. Te cerraron El Palomar, te sacaron las low cost. Alguien antes podía viajar en líneas áreas de bajo costo. Fijate la locura en la que estamos que Aerolíneas tiene precios mínimos para que no tenga competencia. Y esto no es algo contra la gente que trabaja en Aerolíneas, pero se puede hacer una aerolínea de bandera con mucho menos déficit y con competencia, pero no para no tener línea de bandera sino para que los argentinos podamos viajar y que haya turismo en todas partes del mundo, no un solo vuelo a cada uno de los lugares que fueron bajando donde la competencia te ayudaba a que hubiera riqueza.

— ¿Es un giro discursivo de Cristina Kirchner haber denunciado que está proscripta?

— No, no es un giro discursivo, es una mentira. El kirchnerismo, como cabeza de este peronismo, tiene una gran habilidad porque te instala una mentira, te la repite y la gente la cree. Nosotros somos neuróticos porque repetimos y ellos son psicópatas porque no tienen culpa y porque saben que están mintiendo y te lo instalan como una verdad. Ella puede presentarse en esta elección. No está proscripta, está condenada, no con condena firme, y hasta que la condena no esté firme ella puede presentarse. Así que es mentira. Lo comparó con el golpe del 55 y en el 55 hubo un golpe, que además fue hecho por los ex compañeros del golpe del 43, del cual ellos eran parte también. Repudiables ambos, el del 43 y el del 55. Y ahora ella fue condenada. En caso que se haga firme la condena para no ocupar cargos públicos, pero por el sistema democrático, pasando por todas las instancias que tiene que pasar un juicio. Es mentira que fue proscripta y que no pueda presentarse a estas elecciones.

El ministro de Economía, Sergio Massa
El ministro de Economía, Sergio Massa

— ¿Si no se presenta es porque no quiere perder las elecciones?

— Es mucho más romántico decir que “no me presento porque me persigue el poder internacional” que presentarse y sacar menos del 20% de los votos e irse por la ventana de la historia cuando en un momento tuvo el 54% y después de 16 de los últimos 20 años gobernando la Argentina tiene 100% de inflación, 50% de pobreza, niveles de indigencia como nunca tuvo, se van nuestros hijos y no alcanza para llenar el changuito. Es mucho más fácil hablarle a aquellos a los que vos les das plata y decir “no les doy porque hay poderes internacionales que me persiguen” y no porque “yo creí que la Argentina se manejaba con impresoras de papel imprimiendo plata y depredando todos los stocks”.

— ¿Cuál debería ser en todo caso el rol de Macri en esta etapa de Juntos por el Cambio?

— El que él quiera. Mauricio es un estadista al que la historia debería darle un lugar trascendente. Un hombre que formó el PRO, ganó la Ciudad y después el país. Conformó Juntos por el Cambio y trabajó por su unidad. Y él dijo “no quiero que me pongan ni que me saquen”. El va a decidir lo que quiere.

— ¿Lo apoyaría si es candidato presidencial?

— Tuve una conversación con él cuando hablé sobre esto y él pidió que nadie lo ponga ni lo saque. Es una discusión, yo no voy a aventurar apoyos todavía, pero, sin dudas, es un hombre al que la historia tiene que darle un lugar enorme.

— ¿No complica el perfilamiento tanto de Larreta como de Bullrich el hecho que él mantenga latente la posibilidad de presentarse como candidato?

— Pero eso es como que me preguntes si yo voy a jugar un campeonato y me complica que haya alguien competitivo. Qué suerte que un hombre que terminó su mandato y hoy tiene el reconocimiento de haber dejado sentadas las bases de un espacio que vuelve a acceder al poder. Seguramente a quienes tienen aspiraciones le compliquen, pero esas complicaciones hacen que el que tiene aspiraciones se esfuerce. Van a tener que ser mejor que él. Así que desde lo conceptual histórico le brindo siempre mi máximo reconocimiento y mi máximo respeto.

Los líderes del PRO, tras uno de los almuerzos organizados por Mauricio Macri
Los líderes del PRO, tras uno de los almuerzos organizados por Mauricio Macri

— ¿Qué expectativa tiene del encuentro entre Macri y Larreta en Cumelén?

— No tengo expectativas. No me meto en esa. Yo hoy estoy abocado a tomar posesión rápidamente del rol institucional y ejecutivo que voy a desempeñar.

— ¿Usted se ocupará de la comunicación en la Ciudad?

— Sí, la comunicación, la defensa de la gestión y la vocería.

— ¿Su incorporación al gabinete de la ciudad de Buenos Aires implica también que va a apoyar el proyecto presidencial de Rodríguez Larreta?

— Ni sí ni no. Uno de los motivos por los que acepté la invitación es porque no se me puso ningún condicionamiento y acá estoy declarándote sobre la política nacional e internacional exactamente igual que hace una semana en cuanto a mis valores troncales. Así que sigo trabajando con Jorge Macri para que sea el candidato del PRO en la ciudad de Buenos Aires y Horacio no me puso ningún condicionamiento para su candidatura. Llegado el caso, cuando se presenten todos me expresaré y trabajaré con un espíritu “balbinista”: el que gana, gobierna; el que pierde, acompaña.

Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta, en Villa La Angostura
Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta, en Villa La Angostura

— ¿Cómo ve la interna del PRO en la ciudad de Buenos Aires, donde Jorge Macri no es hoy el único candidato a jefe de Gobierno que tiene el partido?

— Creemos en la competencia. Lo que sí entendemos es que tiene que haber un solo candidato del PRO y tiene que ser el que más mida. Yo trabajo junto a Jorge Macri para que sea él, pero uno no puede promover la competencia y enojarse si ponen a otro. Así que bienvenida la competencia.

— ¿Va a llegar a las PASO la definición del candidato a jefe de Gobierno?

— Sí, pero no con más de un candidato del PRO.

— ¿Imagina un acuerdo político interno?

— Sí, tenemos que ir con un candidato único. Sobre todo teniendo en cuenta que el radicalismo ya anunció que tendría su propio candidato.

— ¿Larreta llegó a un acuerdo con el radicalismo para que Martín Lousteau sea el candidato?

— De ninguna manera. Y si yo descubriese eso sería el primero en denunciarlo. Trabajo para que el PRO tenga un solo candidato y junto a Jorge Macri para que sea él.

El diputado libertario Javier Milei
El diputado libertario Javier Milei

— Usted es amigo personal de Javier Milei, un competidor fuerte para cualquier candidato de Juntos por el Cambio. ¿Cómo analiza el crecimiento del diputado libertario?

— Le tengo mucho respeto y mucho cariño personal a Javier. Siempre dije que creía que el liberalismo tiene que venir por adentro (de Juntos por el Cambio). Por esto que te explicaba antes de que tenemos que sumar complementarios, que con los iguales nos quedamos en el medio de la cantidad de gente que necesitamos para ganarle al kirchnerismo. De hecho, cuando Juntos por el Cambio sacó aquel famoso comunicado diciendo que no quería a Milei yo fui uno de los que se opuso, y conceptualmente me sigo oponiendo. Creo que debería venir por adentro, competir y, en todo caso, tener la masa de representatividad legislativa que le dé una PASO. Y si le toca ganar, acompañarlo y si le toca perder…

— ¿Lo preocupa el crecimiento de Milei?

— En realidad, no me preocupa, lo respeto. Lo que me preocupa es creer que se pueden lograr cosas sin volumen político. O sea, una cosa es que yo pueda tener un discurso y te explique a vos que hacer esto es mejor que hacer esto otro y otra cosa es que te diga “bueno, pero no tenés la cantidad de gente para poder aplicarlo”. Entonces me preocupa a veces esta disociación entre la propuesta que puede y muchas veces es noble y la posibilidad de llevarla a cabo.

— ¿El voto de Milei es un voto antisistema? ¿Cómo se lo enfrenta para que no crezca?

— Hay componente antisistema, hay componente liberal, hay de todo un poco. Sigo apostando al diálogo. Por eso yo le tengo mucho respeto a él y a todos aquellos que pregonan ideas. No es una cuestión personal. Porque a veces me han dicho “no, porque Milei dijo cosas de Larreta”. Los radicales dijeron cosas de Milei. Acá se han dicho cosas mucho peores y se ha vuelto. Yo escuché que muchos dijeron “Macri era mi límite” y después: “No, me equivoqué y volví para atrás”. Muchos acusaron a otros de cosas que parecían irreconciliables y se reconciliaron. No me preocupa la pirotecnia verbal, sino las ideas. Y la verdad que las ideas institucionales troncales son bastante consensuables entre todos estos distintos grupos políticos. Lo demás tiene que ver con ideas políticas. Porque estamos discutiendo si sos hoy vegetariano, si me gusta la carne, y enfrente te dicen: “Mirá que no va a haber más restaurantes, te los saco todos y me quedo con el mío”. Es una discusión a veces filosófica.

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