
En escenarios donde la incertidumbre y la velocidad del mercado desafían día a día a las empresas, la diferencia no siempre está en lo que se vende, sino en cómo se gestiona. Hoy, hablar de eficiencia no es solo una cuestión operativa: es una estrategia de supervivencia y crecimiento. Dentro de esa estrategia, dos conceptos cobran cada vez más protagonismo: optimizar la liquidez y acelerar los ingresos.
Algo que resuena con frecuencia en reuniones, consultas con clientes y colegas es cómo lograr que el dinero trabaje para el negocio, y no al revés. La digitalización no se limita únicamente a cuestiones operativas, sino que también implica tomar decisiones más inteligentes con las herramientas disponibles.
Una de esas herramientas es la cuenta remunerada, que permite generar intereses diarios sobre el saldo disponible sin inmovilizar fondos. Esto transforma el enfoque financiero: una empresa puede mantener su liquidez operativa y, al mismo tiempo, obtener rentabilidad adicional.
A través de una cuenta remunerada, los clientes pueden hacer rendir su capital sin perder disponibilidad. Es una alternativa simple, segura y efectiva para optimizar recursos financieros. La clave está en saber cuándo utilizarla y con qué objetivos.

Otro pilar esencial es la aceleración de cobros. Las terminales de pago actuales dejaron de ser simples dispositivos: se convirtieron en plataformas integrales de gestión, que permiten vender presencialmente o en línea, aceptar todas las billeteras digitales mediante QR interoperables, y controlar todo desde un portal centralizado.
Lo más importante: permiten el cobro anticipado, una funcionalidad decisiva para contar con el dinero en el momento que se necesita. Con esta opción, los comercios acceden a sus fondos sin esperar los plazos tradicionales de acreditación. Así, pueden reinvertir, pagar a proveedores o cubrir imprevistos sin detener su operación.
Las empresas que integran soluciones financieras con herramientas tecnológicas, y que además cuentan con asesoramiento personalizado, pueden gestionar mejor, tomar decisiones más informadas y estar preparadas para escalar con solidez.
Porque en un mercado cada vez más competitivo, no se trata de trabajar más, sino de trabajar mejor. Y ahí es donde la tecnología, las finanzas y el acompañamiento experto dejan de ser un soporte y se convierten en un verdadero motor de crecimiento.
El autor es Gerente Comercial y Sucursales en Reba
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