Quién era Flint, el famoso personaje queretano que murió a los 72 años

Su popularidad fue tanta que se tuteó con varios mandatarios del estado

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Foto:captura Twitter @makugo
facebook @Maches Soto
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Durante la tarde del miércoles 25 de abril, se dio a conocer el fallecimiento de Roberto Rivera Domínguez, mejor conocido como “Flint”. A lo largo de los años se convirtió en un ícono de la capital de Querétaro, saludando y bromeando con todas las personas que se encontraba a su paso, incluso, varios políticos estuvieron en contacto con él en diversas ocasiones.

Si bien, hasta el momento no se han dado a conocer las causas de su fallecimiento, diversas fuentes indican que Roberto se encontraba muy delicado de salud desde hace unos meses, por lo que se encontraba descansando en la casa de su hermano Arturo. Finalmente, su cuerpo no resistió más y falleció a los 72 años de edad.

A pesar de lo amigable y carismático que Flint fue con el pueblo queretano, lo cierto es que se sabe poco de su vida antes de convertirse en este icónico personaje. Roberto nació el 28 de junio de 1951, y en la década de los años 70, comenzó a patrullar las calles del centro de Querétaro; una de sus rutas favoritas era la de la Av. Hidalgo hasta Ezequiel Montes, donde se encuentra el Mercado Hidalgo. Allí, poco a poco se ganó el cariño de comensales y trabajadores que siempre estaban dispuestos a regalarle comida y bebida.

Por las noches, Flint dormía en el establo de la Capilla, y por mucho tiempo, fue suficiente para mantener su sonrisa.

Desde sus “inicios”, Flint no cambió mucho. Siempre lució un cuerpo muy delgado, ojos pequeños y grandes dientes amarillentos que presumía con orgullo, pues como muchos queretanos aseguran y recuerdan, el hombre siempre estaba sonriendo. Su vestimenta también era icónica, pues todo lo que usaba era de tallas más grandes, y sumado a su personalidad extrovertida y para muchos hasta tierna, gran parte de los queretanos lo veían como un “niño eterno”.

Desde la década de los años 70, Flint se paseaba por las calles de la capital queretana, sin saber que se volvería todo un ícono de la ciudad. 
Foto:  Maches Soto de Facebook
Desde la década de los años 70, Flint se paseaba por las calles de la capital queretana, sin saber que se volvería todo un ícono de la ciudad. Foto: Maches Soto de Facebook

¿De dónde vino el apodo de Flint?

El que Roberto se volviera tan popular entre los queretanos puede deberse a su gran parecido con una estrella de Hollywood: James Coburn, quien en los años 60′s protagonizó una serie de películas bajo el nombre de Derek Flint, un agente secreto con una gran sonrisa, ojos pequeños y orejas grandes. Coburn falleció en el año 2002, 21 años antes de su contraparte mexicana, lo que hace pensar que Roberto tuvo una vida más saludable a pesar de la precariedad.

Si bien, fue conocido por este nombre durante varias décadas, muchas personas que vivieron los primeros años de fama de este personaje lo recuerdan bajo el apodo de “El Mascarita”. Sea cual fuere el nombre, Roberto respondía igual: con una sonrisa.

Roberto Rivera Domínguez era conocido como Flint por su parecido con el personaje interpretado por el actor James Coburn. 
Foto: Our Man Flint
Roberto Rivera Domínguez era conocido como Flint por su parecido con el personaje interpretado por el actor James Coburn. Foto: Our Man Flint

Amigos poderosos

La popularidad de Roberto fue tal, que terminó por codearse con varios políticos queretanos. Mauricio Kuri y Mariano Palacios Alcocer fueron dos de los que más tuvieron la oportunidad de convivir con el ícono queretano. Alcocer vivió uno de los momentos más famosos de su gobernatura (1985–1991) junto al mismo Flint, quien en una ocasión se le acercó para pedirle trabajo. El mandatario le preguntó entre risas de qué quería trabajar, a lo que Flint respondió con su característico sentido del humor:

Dámela de algo fácil para ganar dinero ¡Dámela de Licenciado!” No se sabe si alguna vez Roberto ejerció el derecho, pero definitivamente, se hizo de amigos muy influyentes. Después de ver pasar a tantos mandatarios, Mauricio Kuri, fue quien tuvo que cargar con el peso de decir adiós a Flint, el personaje que junto a la muñeca Lele de Amealco, los quesos y el vino, se volvió un ícono del estado de Querétaro.

Mauricio Kuri fue el último gobernador con el que Flint tuvo contacto. 
Foto: Twitter/@makugo
Mauricio Kuri fue el último gobernador con el que Flint tuvo contacto. Foto: Twitter/@makugo

“Lamento mucho el fallecimiento de nuestro querido amigo Flint, personaje de Querétaro que siempre tenía una sonrisa sincera para todos. Que en paz descanse”.

Querétaro llora la pérdida de Flint

El fallecimiento de Flint ha despertado toda clase de sentimientos en los queretanos. Flint fue una especie de símbolo, algo que parecía que se quedaría por los siglos de los siglos como la bandera del estado o los edificios de la capital. Ver que este personaje ha partido, ha hecho que muchos reflexionaran sobre su mortalidad y el paso del tiempo.

A continuación, algunos comentarios de los usuarios de redes sobre la muerte de Roberto Rivera Domínguez “El Flint”.

  • “Tristeza por su fallecimiento, pero muchos que estudiamos en la Prepa Centro de la UAQ lo recordamos con mucho cariño... Su presencia siempre estuvo ahí, el andador 16 septiembre, muy feliz en el mundial del 86... Su recuerdo perdurará en muchos... Descanse en paz”.
  • “Leo que murió “Flint” Aka Flyn, Flynt , personaje urbano de Querétaro capital. A mi me daba miedo cuando era niño, y ahora que ando down lamento su pérdida, era tan icónico como “Patines”, como el señor “Sol” de la fuente de Santo Domingo entre Ocampo y Pino Suárez; nos queda el “Ánimo” de la vieja escuela, la vida avanza y nos hacemos polvo. Espero los cronistas los recuerden y perduren más que sus propias fotos”.
  • “Vuela, vuela, alto, muy alto Flint, nuestro niño queretano, siempre alegre y cariñoso, un alma buena, un ángel en vida, regalándonos siempre su maravillosa sonrisa...tantas anécdotas que tenemos muchos de nosotros contigo, te vamos a extrañar, Querétaro te extrañará”.
  • “‘Caritas’, así te decíamos los chiquillos del andador, mi Flint. Qué gusto nos daba verte en la zapa, en las nieves del tío Juan o con Doña Carmela en las gorditas. Panchito, Poncho y Celso, el “Miau”, la “Gorda”, Beto “el alfarero” y tú, fueron mis amiguitos en la infancia”.