La imagen de un gato contemplando en silencio la tumba de un perro que era su mejor amigo conmovió a millones de personas en redes sociales. Este acto de duelo reveló una historia de amistad entre especies consideradas enemigas por excelencia, pero que en realidad son capaces de establecer lazos afectivos muy intensos.
Este es el caso de Carlo y Merlín, una dupla conformada por un felino y un can, quienes vivían su mejor vida junto a su dueña (una joven de 20 años) en un barrio de Alemania. La felicidad de esta familia multiespecie se interrumpió cuando el sabueso murió y dejó con una gran desolación, no solo a su madre humana, sino también a su gran amigo.
La historia dio un giro aún más trágico cuando Carlo falleció días después, dejando a su dueña con un dolor inmenso por la pérdida de ambos compañeros de vida, pero tranquila de que se encontraban juntos “en el cielo de las mascotas”.
Carlo y Merlín, una amistad hasta la muerte

La historia de Carlo y Merlín comenzó hace años, cuando el perro, un sabueso cretense de personalidad tranquila y amigable, tenía alrededor de cuatro años y rescataron al pequeño gato callejero de apenas seis meses. Desde su primer encuentro, ambos animales compartieron una conexión notable y convivieron como hermanos inseparables, crecieron juntos y formaron un vínculo tan fuerte que parecía irrompible.
Merlín falleció en 2024 a causa de una enfermedad cardíaca. Después del suceso, Carlo comenzó a mostrar signos de tristeza e incomprensión del hecho de que su amigo se encontrara enterrado en el jardín trasero de la casa. Greta Westhoff, dueña y cuidadora de estos animales, tomó fotos y videos de cómo el gato se dirigía diariamente a la tumba de su amigo, y allí permanecía sentado durante largos periodos.
“No maullaba, no se movía, simplemente miraba la tierra removida, como si esperara que Merlín regresara”, contó la mujer alemana a Newsweek.
Durante esos días, Carlo adquirió una personalidad más retraída, silenciosa y estaba desganado todo el tiempo, “muy confundido”. Westhoff explicó que cada vez que ella se acercaba a la tumba, el felino la acompañaba, como si ambos compartieran el mismo dolor. Esa rutina se repitió por varios días, hasta que tan solo 10 días después de la muerte del can, su gato tuvo un accidente.
La joven contó en sus publicaciones que Carlo salió de la casa y caminaba por las calles de su vecindario cuando fue atropellado por un automóvil. Aun cuando lo llevaron al veterinario para recibir atención médica, el accidente fue crítico y privó de la vida al felino.
A pesar de algunas críticas recibidas en redes sociales por permitir que el gato saliera solo, Westhoff afirmó que en el lugar en donde viven no pasan carros a demasiada velocidad, porque es un lugar donde los niños salen a jugar constantemente, por lo que creen que en realidad Carlo pudo presentar confusión emocional. Asimismo, recalcó que él disfrutaba de una vida plena al aire libre. “Tuvo una vida maravillosa”, expresó, mientras compartía imágenes de los tres paseando juntos: Greta, Merlín y Carlo, como una pequeña familia. La joven concluyó que ambos animales ahora descansaban juntos, como siempre lo hicieron.
Los gatos también sufren la muerte de los perros

Aunque durante años se ha minimizado la capacidad emocional de los gatos, existen diversos estudios que desmienten esta percepción. De acuerdo con un artículo de la revista Applied Animal Behavior Science, los gatos pueden manifestar comportamientos asociados al duelo cuando pierden a otros animales del hogar, incluidos los perros.
La investigación fue dirigido por lascientíficas Jennifer Vonk y Brittany Greene, quienes encuestaron a 412 dueños de gatos sobre los cambios de conducta de sus mascotas tras la muerte de otro animal de compañía. Los resultados indicaron que muchos felinos mostraron signos como pérdida de apetito, disminución en el juego, búsqueda del compañero fallecido, somnolencia prolongada y mayor necesidad de afecto por parte de sus cuidadores.
Las autoras del estudio explicaron que, si bien no puede afirmarse que los gatos procesen la muerte de la misma manera que los humanos, sí existen respuestas emocionales claras ante la pérdida. También reconocieron que el entorno familiar influye considerablemente, ya que los humanos transmiten su tristeza, y los animales responden ante el nuevo clima emocional.
En casos como el de Carlo, la presencia constante en la tumba de su compañero podría entenderse como una forma de expresión del duelo. Para ayudar a los gatos en estos momentos, organizaciones como Cats Protection recomiendan mantener la rutina diaria lo más estable posible. Evitar un exceso de atención, permitirles su espacio y darles tiempo para adaptarse a la nueva dinámica familiar son claves fundamentales. La incorporación de una nueva mascota debe considerarse con cautela, ya que cada animal reacciona de manera distinta y necesita su propio tiempo para establecer nuevos vínculos.
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