Neil, el elefante marino que no quiere volver al agua: la insólita aventura de un animal que se quedó en Tasmania

Los especialistas creen que el animal se asentó en la ciudad cerca de la playa porque creció solo y cree que ese lugar es su casa

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El elefante marino jugando con un cono de tráfico en la capital de Tasmania (Instagram neiltheseal22)
El elefante marino jugando con un cono de tráfico en la capital de Tasmania (Instagram neiltheseal22)

Neil es un atrevido elefante marino gigante que pesa 600 kilos y comenzó a causar estragos en la pequeña ciudad de Tassie en Tasmania. El animal marino durmió en la calle, comenzó a chocar su cabeza contra las puertas de las casas y provocó una movilización policíaca en el estado australiano.

Los lugareños lo nombraron Neil la foca y desde hace un año pasado comenzaron a convivir con él, pues se asentó en uno de los vecindarios cerca de la playa de Hobart. El animal juega con los conos de tráfico, descansa en la orilla de la playa y ha comenzado a tener problemas con la autoridad, pues recientemente mordió a un policía que intentó contenerlo.

Las travesuras del elefante marino han escalado tanto que uno de los vecinos de la zona le abrió cuentas en Instagram y TikTok para compartir todas las aventuras que tiene el animal en la capital de Tasmania.

Un suceso sin precedentes

El animal ha realizado varias travesuras desde que llegó a las costas de la playa de Hobart (Instagram neiltheseal22)
El animal ha realizado varias travesuras desde que llegó a las costas de la playa de Hobart (Instagram neiltheseal22)

Clive R. McMahon, ecologista del Instituto de Ciencias Marinas en Sydney, comentó en entrevista para el periódico estadounidense The New York Times que Neil es probablemente el único animal de su especie que realiza visitas constantes a las comunidades cerca de esta playa.

El académico que ha estudiado por varios años a esta especie explicó que Neil puede estar tomando esta actitud juguetona y traviesa porque no creció cerca de otros elefantes marinos y quiera vivir en solitario en la ciudad. “Habitualmente regresan a los lugares donde nacieron, por eso probablemente piensa que este es su hogar”, detalló.

Las autoridades de Tasmania han pedido en varias ocasiones a los ciudadanos no interactuar con el animal, puesto que su integridad corre peligro y si se le acercan demasiado puede comenzar a familiarizarse con los humanos. Los especialistas temen que Neil se acostumbre a vivir acompañado de personas, puesto que puede atentar contra sus posibilidades de supervivencia en la naturaleza.

Sam Thalmann, biólogo adscrito al Programa de Conservación Marina de la localidad, explicó en entrevista para el medio Canberra Times que es muy importante que el ejemplar viva alejado de los humanos.

“Es un animal muy grande y potencialmente peligroso si se le provoca”, advirtió Thalmann. “Queremos ver a Neil llegar a la edad adulta y más allá de manera segura, por lo que es fundamental que no se acostumbra a estar cerca de humanos”, agregó.

El elefante marino que se asentó

El elefante marino descansando en la orilla de la playa (Instagram neiltheseal22)
El elefante marino descansando en la orilla de la playa (Instagram neiltheseal22)

Las autoridades australianas se vieron obligadas a reubicar al animal en otra zona de la ciudad, después de que diferentes personas no respetaron las recomendaciones que les hicieron sobre no acercarse a Neil.

Los trabajadores del Programa de Conservación Marina explicaron que este tipo de interacciones ponen en peligro al animal y a la sociedad, puesto que una vez que haya interacción con el elefante marino tienen que reubicarlo para evitar problemas y esto implica una serie de procedimientos difíciles de ejecutar.

Para trasladar a estos animales a otras partes de la ciudad, los especialistas en animales marinos tienen que sedarlos y este procedimiento puede poner en peligro su vida.

Los especialistas prevén que Neil vaya a crecer más en los próximos meses y creen que durante este lapso se van a seguir registrando avistamientos del animal. En los últimos días Niel ha pasado sus últimos días cerca de una tienda de pescado y la comunidad rural le ha tomado varias fotos.