Celulares en las escuelas de Estados Unidos: qué dicen las nuevas políticas y cómo impactan en el aula

El informe presentado insiste en que el debate sobre la tecnología debe ir acompañado de una revalorización del acompañamiento emocional y pedagógico

Guardar
El 97% de las escuelas
El 97% de las escuelas públicas de Estados Unidos aplica políticas para regular el uso de teléfonos móviles entre los estudiantes (Imagen ilustrativa Infobae)

La presencia de celulares en los bolsillos de los estudiantes ha transformado la dinámica escolar en Estados Unidos. Desde debates entre padres y docentes hasta nuevas regulaciones estatales, estos dispositivos se han convertido en un actor central del aula moderna.

Lejos de ofrecer una única respuesta, las escuelas públicas despliegan un abanico de estrategias para gestionar la tecnología y sus posibles efectos en el aprendizaje y la salud mental.

Políticas diversas: de la prohibición total a la flexibilidad

El 97% de las escuelas públicas de Estados Unidos ya aplica algún tipo de política sobre el uso de teléfonos móviles, según un informe de la Universidad de Harvard. El estudio, difundido en octubre de 2024 y basado en datos del ciclo 2024-2025, identifica diferencias marcadas en la severidad de las normativas y despierta interrogantes sobre el impacto de esas medidas en el bienestar de los estudiantes.

El informe de Harvard revela
El informe de Harvard revela diferencias en la severidad de las normativas sobre celulares en escuelas primarias y secundarias (Imagen Ilustrativa Infobae)

La investigación contó con la colaboración de equipos de Brigham and Women’s Hospital, Brown University y RAND, y consultó a directores de escuelas públicas para conocer tanto el alcance como la naturaleza de las regulaciones.

Hao Yu, profesor asociado en Harvard Medical School y el Harvard Pilgrim Health Care Institute, describió el fenómeno: “Casi todas las escuelas públicas que encuestamos indicaron que tienen una política sobre teléfonos móviles”, afirmó, según la Universidad de Harvard.

El informe clasifica las normativas de acuerdo con su nivel de rigor: desde prohibiciones completas hasta autorizaciones restringidas donde los estudiantes pueden llevar el dispositivo, pero no usarlo en el horario escolar.

Las escuelas primarias imponen mayores
Las escuelas primarias imponen mayores restricciones al uso de teléfonos móviles que las secundarias, según datos del ciclo 2024-2025 (Imagen Ilustrativa Infobae)

Un grupo intermedio permite la presencia de teléfonos, aunque limita su uso a los momentos fuera de clase. Las políticas más flexibles dejan la decisión al profesorado o, en ciertos casos, carecen de restricciones.

Un enfoque gradual según la edad

Según el análisis, las escuelas primarias demuestran mayor severidad: el 6,8% veta por completo los teléfonos y el 81,6% impide su uso en la jornada escolar. En secundario, cerca del 75% permite que los estudiantes porten teléfonos, pero prohíbe su utilización en horario de clases; aproximadamente el 15% lo autoriza únicamente fuera del aula.

En el nivel secundario, las restricciones disminuyen: solo una cuarta parte impide su uso durante las clases, la mitad habilita el acceso fuera del aula y casi un 25% permite el uso en clase con permiso docente.

Las políticas escolares sobre celulares
Las políticas escolares sobre celulares varían desde la prohibición total hasta la flexibilidad según la decisión del profesorado (Imagen Ilustrativa Infobae)

Yu explicó que esta progresión sigue la creciente autonomía estudiantil conforme avanzan en su formación. Advirtió, sin embargo, que las normativas más flexibles coinciden con los niveles donde existen mayores tasas de depresión entre los estudiantes. El estudio no establece un vínculo causal entre la flexibilidad normativa y el estado de salud mental.

Dudas persistentes sobre la eficacia de las normas

Uno de los interrogantes principales es la eficacia real de estas regulaciones. Aunque varios estados han aprobado prohibiciones generales, la ejecución recae en los directores y el personal docente. “Incluso si un estado prohíbe los teléfonos en las escuelas, la aplicación de la ley depende realmente de los directores y los profesores”, señaló Yu, según la Universidad de Harvard.

El informe subraya que falta información sobre cómo estos actores implementan y supervisan las normas en la práctica diaria.

El estudio de Harvard advierte
El estudio de Harvard advierte que las normativas más flexibles coinciden con mayores tasas de depresión estudiantil, aunque no establece causalidad (Imagen Ilustrativa Infobae)

La posible relación entre las políticas de uso de celulares y la salud mental estudiantil permanece abierta. Aunque Yu reconoció que donde existen regulaciones más flexibles también hay más casos de depresión, la investigación no abordó directamente esa conexión. El equipo de la Universidad de Harvard insiste en la necesidad de investigaciones futuras enfocadas en las diferencias entre escuelas públicas tradicionales, charter y privadas, así como en el impacto de estas medidas sobre el bienestar de los estudiantes.

Ante la omnipresencia de teléfonos móviles y la inteligencia artificial en la vida de los jóvenes, el estudio plantea la urgencia de buscar un equilibrio entre la regulación de estos dispositivos y su integración académica.

Para los docentes, el reto actual es acompañar a los estudiantes en el uso responsable de la tecnología, conscientes de que ya constituye parte de su realidad cotidiana y profesional.