Quién es el cardenal Raymond Burke, el hombre fuerte de la iglesia católica en EEUU que se opone al papa Francisco

En 2014, el papa lo removió de su cargo como Prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, tres años después le quitó su poder dentro de la Orden de Malta y en 2023 decidió retirarle su salario y residencia vaticana

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Burke defiende la tradición litúrgica
Burke defiende la tradición litúrgica y se opone al uso restringido de la Misa en latín. (REUTERS)

A medida que la salud del papa Francisco sigue en declive, crece la especulación sobre quién podría sucederlo en el liderazgo de la Iglesia católica. Con 88 años y un historial de problemas de salud, el pontífice argentino enfrenta una situación que podría llevar al cónclave para elegir a su sucesor en un futuro cercano.

Entre los nombres que resuenan con fuerza, según informó The Independent, destaca el del cardenal estadounidense Raymond Burke. Reconocido por su postura ultraconservadora y su férrea oposición a varias reformas impulsadas por Francisco, Burke se ha convertido en una de las figuras más divisivas dentro del Vaticano. Para algunos, representa la restauración de la tradición católica; para otros, encarna una resistencia frontal a la modernización de la Iglesia.

Burke, al igual que varios cardenales conocidos, es una de las figuras mencionadas para ocupar el cargo, tal como Edward Pentin planteó en su libro, The Next Pope: The Leading Cardinal Candidates, donde menciona a los posibles sucesores del papa Francisco.

Posiciones ideológicas y enfrentamientos con el Papa Francisco

El cardenal Burke es una de las figuras más prominentes del ala conservadora de la Iglesia católica. Su visión doctrinal se centra en la defensa de las tradiciones litúrgicas y la interpretación estricta del derecho canónico. Esto lo ha llevado a posicionarse como un férreo opositor a muchas de las reformas impulsadas por el papa Francisco, convirtiéndolo en una figura polarizadora dentro del Vaticano.

Defensor del catolicismo tradicional

Desde sus inicios en la jerarquía eclesiástica, el cardenal abogó por el mantenimiento de la liturgia tridentina y la Misa en latín. Su compromiso con esta práctica lo llevó a criticar duramente la decisión del papa Francisco de restringir el uso del rito antiguo, una medida que consideró un ataque a la tradición de la Iglesia.

En temas de moral y doctrina, Burke sostiene posturas inflexibles. Se manifestó en contra de la comunión para divorciados vueltos a casar, defendiendo la enseñanza tradicional de la Iglesia sobre el matrimonio indisoluble. También rechaza cualquier flexibilización en el uso de anticonceptivos y ha calificado como “objetables” los cambios en el lenguaje eclesial sobre personas homosexuales y uniones civiles.

Críticas a las reformas de Francisco

El enfrentamiento entre Burke y el papa Francisco se intensificó en 2016, cuando el cardenal, junto con otros tres prelados, presentó los llamados dubia—preguntas formales dirigidas al pontífice—en relación con la exhortación apostólica Amoris Laetitia.

Este documento abrió la posibilidad de que los divorciados vueltos a casar pudieran recibir la Eucaristía, algo que Burke y su grupo consideraron incompatible con la enseñanza católica. Francisco nunca respondió a las dubia, lo que llevó a los cardenales a hacer pública su preocupación, generando una controversia dentro de la Iglesia.

En 2019, Burke volvió a criticar abiertamente al papa, esta vez en el contexto del Sínodo de la Amazonía, al considerar que el documento preparatorio estaba en contradicción con la doctrina católica. Más recientemente, fue uno de los cinco cardenales que enviaron nuevas dubia a Francisco, cuestionando la posibilidad de bendecir uniones homosexuales y la autoridad del Sínodo sobre la Sinodalidad.

Relegación en el Vaticano

Las críticas abiertas de Burke no han estado exentas de consecuencias. En 2014, el papa Francisco lo removió de su cargo como Prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, el órgano judicial más alto de la Iglesia. Más tarde, en 2017, le quitó su poder efectivo dentro de la Orden de Malta, donde ocupaba un puesto honorífico.

El conflicto entre ambos llegó a un nuevo nivel en 2023, cuando el papa decidió retirarle su salario y residencia vaticana, una medida sin precedentes que evidenció la fractura total en su relación.

Las críticas de Burke a
Las críticas de Burke a las reformas de Francisco incluyen el acceso a la Eucaristía para divorciados vueltos a casar. (REUTERS)

Su papel en el próximo cónclave

El futuro cónclave que elegirá al sucesor del papa Francisco se perfila como uno de los más disputados en la historia reciente de la Iglesia. En este escenario, el cardenal Raymond Burke se posiciona como un referente clave dentro del sector conservador, aunque su candidatura enfrenta desafíos significativos.

¿Burke tiene posibilidades reales de ser elegido Papa?

Si bien Burke es una figura influyente en el ala tradicionalista, su perfil lo convierte en un candidato con pocas probabilidades de obtener los votos necesarios para ser elegido pontífice. Su enfrentamiento con Francisco y su postura rígida en temas doctrinales podrían alienar a los cardenales más moderados y progresistas, que constituyen una parte importante del colegio electoral.

Además, el papa Francisco nombró a una gran cantidad de cardenales durante su pontificado, muchos de los cuales comparten su visión de una Iglesia más abierta y pastoral. Estos electores probablemente busquen evitar un retorno a la línea conservadora pre-Francisco, lo que reduce aún más las chances de Burke.

Su rol como líder del bloque conservador

Aunque las posibilidades de que Burke sea elegido papa son bajas, su presencia en el cónclave podría ser determinante para la configuración del próximo papado. Su liderazgo en el sector más tradicionalista podría influir en la elección de un candidato que, sin ser tan radical como él, represente un giro hacia posturas más conservadoras respecto a la doctrina y la liturgia.

En este sentido, él podría desempeñar un papel clave en la formación de alianzas dentro del cónclave, apoyando a otros cardenales que compartan su visión y asegurándose de que sus preocupaciones sean consideradas en la elección del nuevo pontífice.