El milagro del Maidstone United en la FA Cup: de sobrevivir a matones y estafadores a soñar con los cuartos de final

El equipo de Sexta División de Inglaterra se mantuvo, durante décadas, como club nómada, sin un estadio propio y sin jugar en su ciudad

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El Maidstone United en la
El Maidstone United en la quinta ronda de la FA Cup. (Molly Darlington/REUTERS)

Cuando no se tiene nada, cualquier cosa, por mínima que sea, se convierte en un mundo entero. Los aficionados de los equipos punteros están acostumbrados a ver ganar a sus ídolos y celebrar títulos por todo lo alto. Pero, para aquellos valientes que deciden sufrir con los colores de su barrio o de su pueblo, hasta vencer en un amistoso, después de morder el polvo en las jornadas anteriores, supone la emoción más pura que se puede sentir.

Para ellos, las alegrías se cuentan con los dedos de la mano y, sin embargo, las decepciones llegan a ser abrumadoras si se ponen todas en el mismo montón. Esa sensación amarga que, a veces, deja el fútbol es la que han tenido que experimentar en demasiadas ocasiones los hinchas del Maidstone United. La historia de este equipo de sexta división inglesa parece sacada del guion de una película antigua demasiado mala para llegar a las pantallas.

Matones, estafadores y una mala gestión durante muchos años son solo algunos de los pesares que han tenido que soportar los aficionados del club. Para aquellos que desconoces hasta dónde podían llegar las ideas de los guionistas de esta historia, Redknapp, en 1985, se interesó por Mark Newson para el Bournemouth. Por aquellas fechas, formaba parte del Maidstone y era uno de los mejores... pero no había firmado un contrato oficial. Sobre el papel era un agente libre: “No me podía creer que en el Maidstone fuesen tan tontos”, escribió el propio entrenador en su autobiografía Always Managin.

Ante esta situación, el técnico convenció al jugador, que había sido tentado por el Tottenham, para que fichara con él. Una vez sellado el acuerdo solo hacía falta informar a los Stones. “Acabo de fichar a Mark Newson”, le soltó a Barry Fry, que dirigía al Maidstone. Sin embargo, no entendió qué estaba ocurriendo realmente: “¿Que quieres fichar a Newson? Me temo que es imposible, amigo. Se va al Tottenham. Nos van a pagar 200.000 libras más un bonus”, fue su respuesta.

“No me has entendido, Barry. Lo he fichado (...). No lo teníais contratado, Barry, así que ahora es jugador del Bournemouth”, le confirmó. Y, ante este, a Fry solo le quedó decir: “No me jodas, Harry. Te aviso: voy a mandar a dos matones a tu casa a volarte las rodillas de un tiro”.

Pese a que parecía una amenaza lanzada al aire, la realidad no fue esa. Al día siguiente, desde su oficina vio como salían del coche Fry, Thompson y un tercer hombre no identificado. Sin saber qué podía pasar, Redknapp optó por la opción más impropia para un caballero: huir.

Entre las idas y venidas de unos y otros, el dinero o, más bien, la falta de él, les obligó a deshacerse de su estadio y comenzar una aventura de pueblo en pueblo que les alejó de su ciudad durante décadas. Entonces, el equipo del condado de Kent se convirtió, como los bautizó Nacho González, en el Nómada United.

En su libro, el periodista deportivo, de la mano de Panenka, viajó, física y metafóricamente, hasta el pequeño pueblo que acoge a este equipo que, después de toda su historia, se convirtió en la gran sorpresa de la FA Cup. Se trata del torneo de fútbol más antiguo del mundo, que lleva disputándose desde la temporada 1871 y en la que, al igual que en la Copa del Rey, los escalones más bajos del fútbol tienen la oportunidad de verse de tú a tú con los gigantes.

Un milagro en la FA Cup

En total, 732 clubes participan cada año en la FA Cup, donde semiprofesionales y futbolistas de élite compiten por la copa. Desde la National League South, la sexta categoría del fútbol inglés, el Maidstone United sabía bien qué era luchar en el campo de batalla de The Emirates FA Cup, aunque sin grandes resultados. Los veteranos pudieron saborear lo que fue llegar a los treintaidosavos de final en 1988. Sin embargo, no eran conscientes de lo que su club podía hacer en la edición 2023/2024, ni siquiera de si ese equipo seguiría vivo para ese entonces.

Como todas las aventuras, la de los Stones comenzó por el principio, concretamente, el 16 de septiembre de 2023. Pese a que la Sexta División no es, ni por asomo, la liga más puntera del país, sí que permite a sus integrantes saltarse las tres primeras rondas de la competición, en las que los equipos de Séptima en adelante luchan por hacerse un hueco. Precisamente, uno de esos conjuntos que ya llevaba varios partidos a sus espaldas se convirtió en su primer rival.

A 115 km de Kent les estaba esperando el Steying Town, un club de Novena División que tampoco había probado los frutos del éxito en la copa. Esas tres categorías de diferencia se hicieron notar desde el comienzo de la Second Round Qualifying (Segunda Ronda Clasificatoria en español). Sol Wanjau-Smith, con hat-trick incluido, y Levi Amantchi se convirtieron en los héroes de un partido (1-4) en el que el pez pequeño no tuvo ocasiones de comerse al grande.

Tampoco pudo hacer nada el Winchester City, de Séptima categoría, ante un Amantchi que certifició su idiolio con el gol (0-2). El Torquay United corrió la misma suerte. El partido de la Fourth Round Qualifying era la prueba de fuego del equipo. Si ganaban, se metían en la First Round Proper, si perdían, se iban sin nada. Sin embargo, el delantero británico no solo no perdonó, sino que calcó el resultado del anterior choque: 0-2.

El camino a la gloria

En la mayoría de los clubes pequeños, los jugadores pasan sin hacer excesivo ruido por sus filas. En muchos casos, su recuerdo se pierde en el olvido o entre los recortes de prensa de algún aficionado nostálgico. Sin embargo, aquellos que vistieron la elástica negra y amarilla en la FA Cup 2023/2024 pasarán a la historia del fútbol inglés como aquellos valientes que desafiaron a la era moderna.

Su camino en la competición acababa de comenzar oficialmente. El Chesham United no era el rival que esperaban, pero sí el que necesitaban. No era ningún gigante, ni siquiera les sacaba unos centímetros. Aransibia y Amantchi pararon el tiempo de nuevo (0-2). En total, llevaban cuatro rondas superadas y quedaban ocho partidos hasta la final.

Sam Corne celebrando su gol
Sam Corne celebrando su gol ante el Barrow. (Matthew Childs)

En el camino todavía no se habían encontrado a nadie más grande que ellos, hasta que llegó el Barrow, de Cuarta División. No obstante, en esos momentos en los que los minutos se resumen en confiar o morir apareció un protagonista inesperado. Covolan, el portero brasileño al que el Sporting de Gijón dejó plantado en un aeropuerto, cogió la victoria con sus manos y no la soltó hasta el pitido final. Por primera vez desde que comenzaron, el Gallagher pudo gritar el triunfo de los Stones (2-1) gracias a los tantos de Sam Corne y Bivesh Gurung.

En la siguiente ronda entraba ya los grandes, sin embargo, el destino, para el que crea en él, quiso darle la oportunidad al Maidstone Unites de seguir adelante. El Stevenage, de Tercera, llamó a su puerta, como ya había sucedido en el pasado. “Cuando eliminamos al Stevenage en la FA Cup de 2014, vine al estadio y, por primera vez, sentí lo que sentía en Athletic Ground (su antiguo estadio). Me di cuenta de que algo grande estaba pasando”, comentó Fred Atkins, autor de Exodus: Maidstone United. De nuevo, como hacía diez años, Sam Corne, de penalti, llevaba en sus botas el gol más importante de su carrera (1-0).

En aquella ocasión, las tres categorías de diferencia no decidieron la ruta. La misma expresión de sorpresa se les quedó a los futbolistas del Ipswith Town (Segunda División) cuando un equipo de como los Stones los eliminó de la competición con un 1-2 en su casa.

Ya no eran los pequeños que habían tenido suerte, ahora estaban en los octavos de final de la FA Cup. Y, pese a que eso ya era más de lo que podían haber soñado jamás, todavía querían cumplir un último sueño: enfrentarse a uno de los titanes de la Premier.

Sin embargo, la peor pesadilla de los de Kent no fue ni Manchester City, ni Chelsea, sino el Coventry City. El 26 de febrero de 2024 sufrieron la mayor goleada en todos los partidos que habían disputado en la competición. En total, encajaron cinco tantos a lo largo de los noventa minutos. Ahí se acabó su aventura, pero, en el camino, lograron ilusionar y volver a enganchar a unos aficionados que llevaban muchos años sin ver a los suyos luchar por algo más que la permanencia.

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