Patricio Ochoa, doctor: “Comer poco puede hacer que acumules más grasa”

Ingerir una cantidad insuficiente de alimentos con el objetivo de contrarrestar los excesos de comida típicos de Navidad no ayuda a adelgazar, tal y como señala el experto a través de su cuenta en TikTok

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Cuál es el alimento que ayuda a reducir el colesterol, adelgazar y rejuvenecer.

La Navidad es sinónimo de comidas y cenas copiosas y eso, en ocasiones, genera debates internos en quienes tratan de llevar un estilo de vida saludable. Para contrarrestar los excesos gastronómicos, algunas personas optan por ingerir menos alimentos en los días posteriores, pensando que así podrán adelgazar y perder varios kilos con rapidez. Pero lo cierto es que, en contra de lo que muchos creen, “comer poco puede hacer que acumules más grasa”, tal y como explica el médico Patricio Ochoa en un vídeo que ha publicado en su cuenta de TikTok.

El experto señala que una ingesta insuficiente de alimentos durante un periodo prolongado puede provocar el aumento de la acumulación de grasa corporal. Lejos de activar la quema de reservas, el organismo interpreta la restricción calórica como una señal de escasez y responde almacenando energía en forma de grasa. Esta reacción fisiológica busca proteger al cuerpo ante posibles episodios de desnutrición. “Tu cuerpo no dice “perfecto, ahora sí vamos a quemar grasa”, más bien lo que entiende es “compadre, me estás desnutriendo””.

Por qué es un mito que ingerir pocos alimentos ayuda a adelgazar

Los expertos garantizan que comer
Los expertos garantizan que comer poco no ayuda a adelgazar. (Imagen Ilustrativa Infobae)

El organismo percibe la restricción calórica como una situación de amenaza y activa mecanismos de supervivencia, como explica Ochoa. “Lo primero que va a hacer es bajar tu metabolismo basal. O sea, gastas menos energía en reposo y te mueves menos sin notarlo”, indica. Este fenómeno, conocido como adaptación metabólica, hace que cada caloría consumida cobre mayor importancia para el cuerpo.

En este contexto, la producción de grelina, la hormona que estimula el apetito, aumenta, mientras que los niveles de leptina, la hormona asociada a la saciedad, disminuyen. “Como resultado, te da más hambre, más ansiedad por la comida y más riesgo de atracones”, sostiene el doctor. Además, la restricción prolongada eleva el cortisol, la hormona del estrés, que promueve el almacenamiento de energía, especialmente en la zona abdominal.

“El cortisol le dice a tu cuerpo “oye, tenemos que guardar energía”. ¿Y dónde lo guardo más rápido? Pues en el lugar más accesible: tu grasa abdominal”, garantiza. La falta de energía también provoca la pérdida de masa muscular, lo que contribuye a ralentizar aún más el metabolismo y facilita el almacenamiento de grasa corporal.

Cuándo se produce el ‘efecto rebote’

Comer poco es un riesgo
Comer poco es un riesgo para la salud física y mental a medio y largo plazo (AdobeStock)

Las dietas restrictivas orientadas a una rápida pérdida de peso suelen generar el llamado efecto rebote. Tras someterse a un periodo de restricción calórica, el cuerpo interpreta la situación como una amenaza y prioriza el almacenamiento de grasa ante la primera oportunidad de recibir nuevas calorías, debido a la incertidumbre sobre cuándo volverá a recibir alimento suficiente.

Para Ochoa, reducir drásticamente la ingesta de alimentos no equivale a una alimentación saludable. Para favorecer la pérdida de grasa, el organismo requiere un entorno seguro, con suficiente energía, aporte adecuado de proteínas y constancia en los hábitos alimenticios. “Cuando tu cuerpo está en balance, quema grasa y construye músculo. Pero cuando tiene miedo y está estresado, la guarda”, dice el doctor. En cambio, el estrés y la inseguridad alimentaria favorecen la acumulación de grasa.