El método danés para ayudar a los niños a dejar el móvil: una rutina que involucra a toda la familia

Los pediatras alertan del impacto de los dispositivos digitales en la salud infantil y proponen pautas claras para un uso más equilibrado

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Cada vez son más los
Cada vez son más los niños pequeños enganchados a las pantallas (Freepik)

Los teléfonos móviles, ordenadores y tablets forman parte de la vida cotidiana de millones de familias. Muchos son los hogares que utilizan estas herramientas como entretenimiento para niños y niñas. Este uso cada vez más extendido no solo es una tendencia aislada, sino un cambio estructural del día a día infantil.

Los datos recopilados por la Sociedad Italiana de Pediatría (SIP) muestran que la exposición a las pantallas se ha convertido en un tema de preocupación creciente. Antes de la pandemia, el tiempo medio diario frente a dispositivos tecnológicos rondaba las cuatro horas. No obstante, en la actualidad, la cifra ha aumentado en dos horas adicionales, es decir, seis horas diarias en total.

La SIP lleva años estableciendo recomendaciones claras. Los pediatras aconsejan evitar cualquier tipo de pantalla en menores de dos años. Asimismo, entre los dos y los cinco años, el uso no debería superar una hora diaria. Además, a partir de esa edad, el límite recomendado es de dos horas al día, siempre con supervisión adulta y con contenidos adecuados.

“Naturalizamos que los chicos tengan un teléfono sin preguntarnos qué impacto real tiene”, dijo a Infobae en Vivo Ignacio Castro, uno de los impulsores

Por otro lado, la SIP sugiere esperar al menos hasta los 13 años para regalar un teléfono y permitir el acceso a internet. La razón no es prohibir la tecnología, sino proteger etapas clave del desarrollo.

Método ‘PARENT’: un diálogo horizontal

En este marco encaja el método danés PARENT, descrito por la experta en psicología Jessica J. Alexander. Este modelo propone fomentar el juego compartido sin pantallas. El objetivo es crear rutinas que prescindan de la tecnología en momentos específicos del día. Este método requiere del compromiso de las familias por fomentar entornos amables donde la diversión y el entretenimiento puedan ir por otros cauces de expresión.

Salidas al aire libre, juegos de mesa y la creación de un espacio de empatía. De esta manera, cada miembro de la familia se puede sentir escuchado. Esto es muy importante de cara a la construcción de un diálogo horizontal entre padres y niños que fortalezca los vínculos y enseñe a los menores que pasar tiempo de calidad en familia, lejos de las pantallas, también es una forma de entretenimiento.

Efectos del pantallismo en el desarrollo

Según informa el medio digital Gazzetta Active, la Comisión de Adicciones Digitales de la Sip ha revisado varios estudios que analizan el impacto del uso de dispositivos electrónicos. Las conclusiones de los análisis apuntan a efectos directos tanto en el cuerpo como en el desarrollo neuropsicológico de los menores.

En niños pequeños, una hora diaria de uso del smartphone ya se considera un factor de riesgo. Cuando la exposición supera las dos horas al día, aumenta de forma significativa la probabilidad de sobrepeso u obesidad. Además, cada incremento de 50, 100 o 150 minutos diarios se asocia a un mayor riesgo de hipertensión pediátrica.

Los estudios de neuroimagen aportan datos adicionales. En niños de entre tres y cinco años con alta exposición a pantallas se ha observado un menor grosor cortical en áreas relacionadas con el lenguaje y la memoria. Este hallazgo se interpreta como un indicio de una maduración cerebral más lenta.

Los niños que crecen utilizando
Los niños que crecen utilizando de forma frecuente y abusiva las pantallas pueden experimentar menor capacidad de concentración, entre otros. (Freepik)

A estos efectos se suman otros problemas frecuentes, como alteraciones del sueño, irritabilidad, dificultades de autorregulación de las emociones y un uso cada vez más compulsivo de videojuegos y redes sociales.

Además, en edades más avanzadas, pueden surgir conductas adictivas que lleven al acceso de contenidos inapropiados o incluso ciberacoso.

El papel de las familias en la crianza

La familia juega un papel central en este contexto. La tecnología no es negativa por sí misma. La diferencia está en cómo, cuándo y para qué se utiliza. Para los niños y adolescentes, el mundo digital y el real suelen mezclarse, lo que dificulta establecer límites claros sin un diálogo horizontal.

Una familia japonesa de varias
Una familia japonesa de varias generaciones se reúne alrededor de la mesa para disfrutar de una comida tradicional.(Imagen Ilustrativa Infobae)

Los pediatras recomiendan que los hábitos digitales se aborden en casa con naturalidad. Plantear normas claras ayuda a construir un pacto educativo compartido. Algunas pautas habituales son evitar el uso del móvil en las comidas familiares o durante las horas de estudio.

También se aconseja crear espacios de escucha, donde los menores puedan hablar de lo que ocurre en internet sin miedo a castigos inmediatos. En este enfoque, se desaconseja utilizar los dispositivos como premio o recompensa, ya que refuerza su valor emocional.