El alquiler de piscinas privadas en Francia está en auge debido a la ola de calor: “Algunos días podríamos haberla alquilado 10 veces”

Emmanuelle y Dominique han alcanzado unos 5.000 euros por temporada con el alquiler, lo que supera los costes de mantenimiento y en ocasiones financia mejoras al equipamiento

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Imagen de una piscina privada.
Imagen de una piscina privada. (Adobe)

En medio de la última ola de calor en Francia, muchos propietarios de piscinas privadas han visto cómo las solicitudes para alquilar estos espacios se han multiplicado, a tal grado que algunos ofrecen su piscina casi a diario. Esta opción, facilitada por plataformas digitales, se ha convertido en una alternativa consolidada frente a playas colmadas o piscinas públicas saturadas, ofreciendo privacidad y comodidad en semanas donde el termómetro supera con facilidad los 40 grados.

La plataforma digital Swimmy, dedicada exclusivamente a la vinculación entre propietarios de piscinas y usuarios en busca de refrescarse en Francia, ha tenido un crecimiento destacado, según ha informado 20 Minutes. “No habíamos registrado tantas reservas desde 2017, ha explicado Raphaëlle de Monteynard, fundadora de la empresa. La compañía registra actualmente más de 6.000 propietarios y 400.000 usuarios inscritos. Solo en el pasado mes de mayo, durante los primeros picos de alta temperatura, la cantidad de alquileres en el portal ha aumentado un 30 % respecto a años anteriores, una tendencia que se mantuvo en junio y que posiciona a la plataforma cerca de su meta de 20.000 alquileres antes de septiembre.

Noticias del día 14 de agosto del 2025.

La oferta funciona de manera sencilla: los usuarios consultan la disponibilidad y, dependiendo de las comodidades del lugar –como sauna, zona de barbacoa o campo de petanca–, el precio varía entre 10 y 40 euros por persona y por hora. Aunque el coste supera el de las piscinas municipales, desde Swimmy subrayan el valor diferencial. “Aquí, la gente puede disfrutar de una piscina para todos. Algunos solos, otros en pareja, con familia o amigos. También organizamos cada vez más eventos, como cumpleaños y despedidas de soltero”, indican.

Reservar para hacer uso de tu propia piscina

La tendencia se consolidó entre habitantes de grandes ciudades y zonas periurbanas. Emmanuelle, anfitriona en Aix-en-Provence e inscrita en la plataforma desde 2019, ha confesado estar “llena todos los días”. Ya me había llenado el año pasado, pero ahora es mañana, mediodía y noche, especialmente durante las olas de calor”, explica. Ahora, para poder acceder a su propia piscina, debe reservar con antelación para garantizar su uso familiar. Dominique, residente en Yvelines, también afirma que, en los meses más cálidos, su piscina llegó a tener demanda suficiente como para “ser alquilada hasta 10 veces” en una sola jornada.

Además del beneficio inmediato para quienes buscan refrescarse cerca de casa y lejos de multitudes, los propietarios de las piscinas también logran ingresos adicionales. Emmanuelle y Dominique han alcanzado unos 5.000 euros por temporada con el alquiler, lo que supera los costes de mantenimiento y en ocasiones financia mejoras al equipamiento. Más allá de la rentabilidad, para algunos como la anfitriona en Aix, se trata de una experiencia enriquecedora en el plano personal: “También es bueno compartir; al menos esa es mi filosofía de vida. Ayuda a crear conexiones y de vez en cuando conocemos gente maravillosa”.

Imagen de recurso de una
Imagen de recurso de una piscina. (Juan Salamanca/Pexels)

Con las olas de calor proyectadas para el resto del verano, el fenómeno de las piscinas en alquiler se afianza como una solución práctica tanto económica como social, marcando una tendencia que crece a la par del termómetro.