
El cambio climático ya está teniendo consecuencias. El 28 de mayo de este año, el colapso masivo de un glaciar en el sur de Suiza destruyó parcialmente el pueblo de Blatten que, por suerte, había sido evacuado por completo una semana antes. En septiembre de 2023, un colapso glaciar en Groenlandia desencadenó una sucesión Ade eventos y acabó provocando un tsunami con olas de 200 metros y generó una señal sísmica que se mantuvo durante nueve días.
El año pasado se superó por primera vez el umbral de temperatura
Se hablaba, en su día, de un punto de no retorno que se alcanzaría, si la tendencia de emisiones y calentamiento global se mantenía, entre 2030 y 2035. A partir de entonces no habría nada que hacer. En 2024, se alcanzó por primera vez una temperatura media en el planeta 1,5ºC superior a la temperatura preindustrial, a pesar de que el Acuerdo de París establecía precisamente ese 1,5ºC como límite crucial para evitar eventos climáticos extremos y la pérdida de biodiversidad.
Grado y medio puede parecer poco, pero es más que suficiente para alterar según que ecosistemas sensibles a cambios mínimos, con profundas consecuencias: a medida que la Tierra se va calentando, se intensifican los fenómenos extremos como inundaciones, olas de calor, y tormentas. El nivel del mar crece, poco a poco y cada vez más rápido; y numerosas especies irán desapareciendo, poco a poco, a medida que sus ecosistemas se ven alterados hasta tal punto sobrevivir en los mismos se les hace imposible.
Según explica William Ripple, profesor de la Universidad Estatal de Oregon, en un estudio publicado en la revista Bioscience, “cada fracción de grado por encima de este límite implica un clima más inestable, mayor degradación ambiental y un impacto creciente en la vida humana”. De momento, es el primer año en el que se mide una temperatura media por encima del umbral establecido, lo que, señalan, no supone un incumplimiento del Acuerdo (ya que se refiere a un aumento consolidado en el tiempo, un periodo de unos 20 años en los que se mantiene dicho crecimiento), pero los patrones históricos examinados por Ripple indican que el primer año en el que se rebasa un determinado límite térmico suele formar ya parte de ese periodo de 20 años en los que esa temperatura se mantiene de manera sostenida. Es decir, que el 2024, al haber sido el primer año en que la temperatura supera en 1,5ºC la preindustrial, posiblemente sea el comienzo de una fase de dos décadas con temperaturas de ese nivel.
“Superar los 1,5°C en un año no debe verse como motivo de resignación, sino como una señal urgente para actuar“, advirtieron los investigadores. Otra investigación, de Alex Cannon - del Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático de Canadá - llegó a conclusiones similares por otro camino. Según su análisis, si en 2024 se registró un aumento ”temporal" por encima de 1,50ºC, es probable que se cruce de forma definitiva este umbral alrededor de 2029. Así es: todo apunta a que, a pesar de las advertencias, se cruzará el punto de no retorno alrededor de 2030.
El 40% de la masa glaciar está “condenada” a desaparecer
Según informan desde SciTech Daily, incluso si la Tierra dejase de calentarse ya, ahora mismo, hay ciertos umbrales que ya se han atravesado. Así lo confirma el grupo de investigación liderado por Harry Zekollari, de la Vrije Universiteit de Bruselas y ex investigador postdoctoral en el Chair of Glaciology del Departamento D-BAUG de ETH Zurich. En concreto, habla de los glaciares (que pueden parecer poco importantes, pero en realidad tienen el potencial de aumentar de forma catastrófica el nivel del mar, además de ser una fuente importante de agua dulce). Limitar el calentamiento global a ese umbral de 1,5ºC podría evitar la pérdida de glaciares dos veces más rápido que, por ejemplo, en un escenario de 2,7ºC: cuanto menos calor, mejor, claro. ¿El problema? Aunque las temperaturas mundiales se estabilizasen en su nivel actual, se estima que alrededor del 40% de los glaciares no polares (fuera de Groenlandia y la Antártida) del planeta desaparecerían.
Ese es el pronóstico: en el mejor de los casos, si se cumple lo establecido por el Acuerdo de París, solo se podría conservar alrededor del 54% de los glaciares no polares del planeta. No deja de ser más del doble de lo que sobreviviría si el calentamiento global superase los 2,7º, claro, pero sigue suponiendo la desaparición de alrededor de un 46% de todos los glaciares no polares. Con la consecuente incorporación del agua que los compone a los grandes cuerpos acuáticos, contribuyendo a un crecdel nivel del mar. “Las decisiones que tomemos hoy resonarán durante siglos, determinando cuántos de nuestros glaciares podrán preservarse”, sentenció Zekollari.
Ya se habían llevado a cabo numerosos estudios antes, pero el de Zekollari destaca porque lleva sus proyecciones más allá del año 2100, fecha límite del resto de investigaciones. “Una de las principales fortalezas de nuestro trabajo es que, por primera vez, se pudo proyectar la evolución global de los glaciares a escalas multicentenarias y utilizando ocho modelos en vez de uno o dos”, explicó Zekollari. “La mayoría de los estudios sobre glaciares se detienen en 2100, lo cual resulta problemático para comprender el verdadero alcance de las políticas climáticas actuales, dada la lenta respuesta de los glaciares al cambio de temperatura”.
Según los cálculos del equipo, incluso si el calentamiento global se detiene en los niveles actuales, cerca del 39 % de la masa glaciar global se perdería comparado con los niveles de 2020, lo cual implicaría, como mínimo, un aumento del nivel del mar de más de 10 cm. El panorama se agrava con el paso de los siglos. Mientras algunos estudios estiman que hacia 2100 se perderá una quinta parte de la masa glaciar, este nuevo trabajo sugiere que, en el largo plazo, la cifra se acerca al doble. “Hemos encontrado que aproximadamente el 40 % de la masa glaciar está ‘condenada’ a desaparecer”, afirmó Zekollari.
La desaparición de los glaciares impacta en diversas áreas, los más importantes siendo la disponibilidad de agua dulce y los peligros naturales derivados de deshielos (como inundaciones y deslizamientos). Lilian Schuster, coautora principal del estudio y representante de la Universidad de Innsbruck, lo expresó así: “Los glaciares son buenos indicadores del cambio climático porque su retroceso nos permite observar en tiempo real cómo cambia el clima. Sin embargo, dado que su ajuste es lento, su tamaño actual subestima enormemente la magnitud del calentamiento ya ocurrido. La situación para los glaciares es mucho peor de lo que se ve actualmente en la montaña”.
Si se sigue en el nivel actual de emisiones, se prevé un aumento promedio global de unos 2,7 °C llegado el año 2100. En palabras de Zekollari, el salto en la pérdida glaciar entre 1,5 °C y 3,0 °C es determinante. El estudio calcula que por cada 0,1 °C extra, el mundo pierde cerca del 2 % adicional de hielo glaciar. El investigador no duda en enfatizar: “Nuestro trabajo deja dolorosamente claro que cada fracción de grado cuenta. Si logramos limitar el calentamiento a 1,5 °C en vez de a 2,7 °C, podríamos todavía salvar el doble de masa glaciar”.
Últimas Noticias
Las 10 películas más populares de Netflix España para relajarte el fin de semana
El auge de las plataformas por streaming ha revolucionado la forma de ver y disfrutar el cine; Netflix no se quiere quedar atrás

Los cruces del Mundial 2026: cuál sería el camino de España a la gran final
La selección española de fútbol cae en el grupo H y deberá enfrentarse a duros rivales en su camino hacia la final, que se disputará en New Jersey

Así fue el encuentro entre Luis de la Fuente y Lionel Scaloni en el sorteo del mundial: “Nos hemos echado una sonrisa ambos…”
En Cadena Ser, el seleccionador español relata el encuentro con su homólogo argentino durante el sorteo del Mundial 2026

Comprobar Bonoloto: los resultados ganadores de este 5 de diciembre
Con Bonoloto no sólo puedes ganar millones de euros en premios, sino que parte del dinero recaudado va para beneficios sociales

El PSOE quiere que Mark Zuckerberg y otros dos directivos de META declaren en el Congreso ante el posible espionaje de millones de usuarios Android
Una investigación realizada por varios centros internacionales ha revelado que la compañía habría rastreado la actividad de varios usuarios de Android a través de un ‘espionaje silencioso’


