El 67% de los trabajadores en España no llegan a 30.000 euros: los contratos de media jornada no permiten mejorar estos porcentajes

Las diferencias salariales dentro de la sociedad española son significantes, con picos que hacen subir mucho la media y salarios que apenas alcanzan para un ritmo de vida habitual. Además, los cambios en los mercados y las subidas generalizadas de los precios ha hecho que las cantidades se perciban de forma muy distinta que hace años.

Según datos del INE recogidos desde 2023, el salario en España ronda los 23.350 euros brutos anuales. De esta manera, las personas que reciban un sueldo por encima pueden presumir de la mitad alta, mientras que por debajo de esta cantidad ya estamos hablando de un total muy escaso.

El Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en España para 2025 es de 16.576 euros brutos al año. El dato medio incluye a los trabajadores con una jornada parcial, lo que hace que el 18% de los españoles no alcance la cantidad mínima si se tratase de una jornada completa.

El 33% de los españoles con un sueldo más alto se encuentra a partir de los 30.000 euros anuales. Visto de otra forma, un 67% de los españoles no gana 30.000 euros cada año. La media (23.350) no alcanza los 2.000 euros al mes. El salario mínimo se encuentra en máximos históricos, rondando los 1.200 euros.

Si buscamos la élite económica de España, observamos que el 1% más adinerado son aquellos que perciben un salario de 90.000 euros anuales en adelante. En el 10% más alto se encuentran las personas que superan los 50.000 euros.

Por otro lado, las diferencias entre comunidades son llamativas. País Vasco ocupa el primer puesto, con una media de 30.000 euros, lo que duplica a Andalucía o Castilla La-Mancha (recordemos que estas cifras incluyen las medias jornadas, pues solo con las completas los números serían más altos).

La brecha de género teniendo un efecto en la economía que se crece con el paso de los años. En las edades cercanas a los 50, se observa una diferencia salarial de hasta un 10%. Esto se debe principalmente a que a estas edades comienza a optarse a puestos de más responsabilidad, donde todavía hay un dominio masculino.

Los salarios por sí mismos no son digno de estudio, pues están totalmente condicionados al resto de datos que van a condicionar los gastos de los hogares. Desde 2020, los sueldos nominales subieron un 11%, pero la inflación fue del 15%. La subida de los precios más alta que la de los sueldos indica que se perdió poder adquisitivo.

Desde 2008, los salarios, en términos nominales, han crecido principalmente entre la población joven, beneficiada del aumento del salario mínimo, y en las personas que superan los 60 años. Esto último es un indicativo del envejecimiento poblacional, que hace que haya más personas de mayor edad en cargos con mejores retribuciones.

En cifras reales, es decir, contabilizando los gastos aumentados por la inflación, existe una pérdida de dinero generalizada, con algunas excepciones en grupos de edades y clases muy concretos.