Un ciclista intenta ayudar a una serpiente que estaba en medio del camino y termina necesitando ayuda él mismo: “Mi mano estaba demasiado cerca de su cabeza”

Dan Geiger, un escritor y ciclista de Nueva York, iba en bicicleta por las Palisades cuando se cruzó con una serpiente cabeza de cobre, una especie venenosa, que parecía letárgica

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Un ciclista intenta ayudar a
Un ciclista intenta ayudar a una serpiente que estaba en medio del camino y termina necesitando ayuda él mismo (Montaje Infobae)

Era una mañana clara en los escarpados acantilados de Palisades, Nueva Jersey (Estados Unidos). Dan Geiger - un escritor y ciclista asiduo de Nueva York - iba en su bicicleta, como tantos otros días, a lo largo del río Hudson, la frontera natural que separa los estados de New Jersey y New York. Mientras pedaleaba por el sendero escénico, se percató de la presencia de una serpiente en el camino. Su instinto protector le jugó una mala pasada: no podía dejar al animal, por mucho que fuese un reptil de sangre fría, a su suerte en una vía en la que tenía todas las probabilidades de ser atropellada.

Mucha gente habrá sido testigo, en algún momento de su vida, de la desagradable imagen que supone ver al animalillo de turno aplastado por las ruedas de algún vehículo y abandonado en el arcén. A Geiger le pudo el saber que, si no hacía nada, aquella serpiente tendría ese mismo final. ¿El problema? No es herpetólogo ni tenía idea alguna de cómo manejar serpientes, y por saber, si hubiese sabido la especie a la que pertenecía aquel ejemplar, lo mismo ni se habría acercado. El caso es que lo hizo mal: aunque primero intentó utilizar su botella de agua para mover al reptil, al verse sin éxito pasó a utilizar sus propias manos. Mala idea. La serpiente - un ejemplar de cabeza de cobre, especie venenosa - no entendió que Dan estaba intentando ayudar y le propinó un mordisco en el dedo índice. “La empujé un poco”, contó Geiger al medio estadounidense Fox 5, asegurando que parecía letárgica, y no se movió. “Como que la volví a empujar un poco, y estaba demasiado cerca”, recordó, “mi mano estaba demasiado cerca de su cabeza, supongo, y me atacó con precisión y velocidad”.

La serpiente cabeza de cobre
La serpiente cabeza de cobre es venenosa, pero no letal (Flickr)

Quiso ayudar y salió escarmentado: pasó dos noches en el hospital

La mordedura dejó el dedo de Geiger en estado crítico. El veneno de esta especie no es letal, pero sí muy doloroso, además de causar un daño significativo en la zona afectada mientras se deja actuar. Dan, quizás sin tener muy claro si estaba en peligro o no pero, comprensiblemente, sin ganas de averiguarlo, se acercó a pedir ayuda a otros dos viandantes quienes llamaron de inmediato a los servicios de emergencia.

Por suerte para el ciclista, a unos 20 minutos en coche - o ambulancia - del parque de los Palisades está el Centro Médico de la Universidad de Hackensack, donde un equipo médico versado en toxicología esperaba la llegada de la emergencia. Aparentemente - según el New York Post -, aunque estas serpientes son habituales en la zona, lo que no lo es tanto son las mordeduras. Por suerte, aun así, y gracias a la rápida reacción de los transeúntes a los que pidió ayuda y, sobre todo, a la disponibilidad de un antídoto en el hospital, se pudo paliar el efecto del veneno.

El antídoto se administra de forma intravenosa, y por el momento es el único tratamiento efectivo. A pesar de esto, según explicó a Fox 5 la directora de la División de Toxicología Médica del Centro Médico de la Universidad de Hackensack, la doctora Daria Falkowitz, “una vez consigues el antídoto, creo que la gente se espera que sea como una cura milagrosa con la que, de repente, todo vuelve a la normalidad”. Lo que hace en realidad, explica, es “evitar que las cosas vayan a peor, así que cualquier daño a los tejidos que se haya sufrido antes de recibirlo (el antídoto), seguirá ahí. Aunque en un principio no tenga mala pinta, el daño está hecho, así que esperamos que evolucione a lo largo de uno o dos días”. Así fue para Geiger: pasó dos noches en el hospital y después recibió el alta, aunque según el personal del hospital tendrá que esperar una semana antes de poder utilizar su mano correctamente.