Una soltera decide si darle una segunda cita a su acompañante después de preguntárselo a ChatGPT: “Hay que regularla, no somos una ONG”

En una noche llena de risas, baile y algo de política controvertida, María, una soltera apasionada por los viajes y el baile, tuvo una cita con Lázaro, un ingeniero forestal sevillano con un peculiar sentido de la sinceridad. Sin embargo, lo que realmente destacó en esta cita, transmitida en el popular programa de citas First Dates, fue la decisión de María de recurrir a la inteligencia artificial para decidir si debía o no darle una segunda oportunidad a Lázaro.

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María, quien había compartido con el presentador Carlos Sobera su afición por las películas de amor y los cuentos de hadas, dejó claro que no iba a tomar decisiones a la ligera. “Yo le pregunto a todo, a la inteligencia artificial”, confesó, para sorpresa del presentador, quien no tardó en mostrar su incredulidad. El curioso momento llegó cuando María, a punto de tomar su decisión final, sacó su móvil y preguntó a ChatGPT sobre la cita.

Antes de llegar a ese punto, la noche había comenzado de manera prometedora. María y Lázaro compartieron una conversación amena sobre sus pasiones: viajes, cultura y salsa. María se mostró encantada con la propuesta de Lázaro de llevarla a un mirador “tipo El Rey León”, algo que ella imaginó como un destino romántico perfecto. Sin embargo, el tema se tornó algo más espinoso cuando la conversación se desvió hacia la política y la migración, donde surgió una desacertada declaración de Lázaro que María no pudo dejar pasar.

“Hay que regularla, no somos una ONG”, afirmó Lázaro con firmeza al ser preguntado por María sobre su opinión sobre la migración. Aunque él justificó su comentario como una expresión de sinceridad, la conversación comenzó a tensarse cuando él dijo que “a algunos les dan una pensión y todo, 700€”. María, claramente incómoda, decidió “cambiar de tema”, comentando que prefería dejar esas discusiones para otro momento, algo que Lázaro reconoció como un tema “peliagudo”.

Tras esta charla, María y Lázaro retomaron el tono ligero de la cita, disfrutando de un rato de baile en el reservado del restaurante. A pesar de la incomodidad que había generado el tema político, ambos se mostraron relajados y continuaron la velada de forma más divertida y siguiendo los pasos que marcaba la colombiana.

La decisión final fue precedida por una curiosa consulta a ChatGPT. María le preguntó a la inteligencia artificial si debía continuar con la cita o no, buscando un consejo neutral. La I.A. le proporcionó un análisis equilibrado: “Una cita regular, con buena conexión en cuanto a intereses y baile, pero los desacuerdos sobre política y migración podrían generar incomodidad. Si se manejan estos temas con cuidado, la cita podría considerarse positiva. Si no, es probable que deje una sensación mixta.”

María, aunque divertida por la situación, coincidió con el diagnóstico de la I.A. y, al mismo tiempo, recordó que no todo en una cita tiene que ser perfecto. “Esos temas son peliagudos, la verdad”, dijo Lázaro, reconociendo que su comentario no había sido el más apropiado para un primer encuentro. Al final, la soltera se mostró abierta a la idea de explorar una segunda cita, aunque con la advertencia de que necesitarían manejar con mayor cautela temas delicados en el futuro. La inteligencia artificial, que había sido su aliada en muchas decisiones previas, también jugó un papel importante en este caso, ayudando a María a reflexionar sobre los altibajos de la noche.

La cita, que había empezado como una búsqueda de conexión, terminó siendo una reflexión sobre la importancia de la comunicación y los temas que, a veces, deben dejarse para más adelante en una relación. Mientras Lázaro se mostró dispuesto a seguir aprendiendo sobre la salsa y otros temas que quedaban por explorar, María dejó claro que la política sería algo que podría discutir más adelante, si la relación avanzaba.