Es una de las principales asignaturas pendientes en el seno de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Las cifras del suicidio en la Policía Nacional y la Guardia Civil, pese a los esfuerzos en ambos cuerpos, siguen al alza. En los primeros ocho meses del año, un total de 16 agentes han decidido poner fin a su vida, la misma cifra que en todo el 2023, según datos recabados por Infobae España.
Desde el pasado mes de enero, la Guardia Civil ha sufrido la pérdida de 11 de sus agentes, mientras que el número de suicidios en la Policía Nacional se sitúa en cinco. La tendencia apunta a un 2024 con unos datos por encima de la media de una veintena de casos al año. Y es que el suicidio, una de las principales causas de mortalidad en personas jóvenes en España, tiene una importante incidencia entre los funcionarios de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
En el marco del Día Mundial de la Prevención del Suicidio, que se conmemora el 10 de septiembre, asociaciones de la Guardia Civil y sindicatos de la Policía Nacional reclaman medidas “urgentes” para seguir cuidando la salud mental de los agentes. En concreto, la asociación Jucil pide “la creación de un plan de prevención integral y más recursos psicológicos”.
Dado el incremento de casos durante la pasada década, la Dirección General de la Policía Nacional implementó a finales de 2020, tras los meses más complicados de la pandemia, el denominado Plan de promoción de la salud mental y prevención de la conducta suicida. Por su parte, la Dirección General de la Guardia Civil lanzó en 2018 un plan de respuesta ante “conductas anómalas” en el marco de la prevención de riesgos laborales.
Tras reconocer que no tenía medios “suficientes” para prestar una atención adecuada e inmediata a sus agentes, la Guardia Civil contrató recientemente un servicio externo de atención psicológica. De esta forma, el personal del cuerpo tiene a su disposición sesiones gratuitas proporcionadas por una empresa especializada en este campo, tanto de forma presencial como de forma telemática.
En declaraciones a Infobae España, la policía y presidenta de la asociación Ángeles de Azul y Verde, Vanesa Oulego, apuntó que en la propia primera denominación del protocolo del instituto armado estaba implícita la “estigmatización” que aún sufren los guardias civiles en relación a la gestión de su salud mental. Oulego preside una asociación que, de forma altruista, ofrece asistencia psicológica y asesoramiento a policías y guardias civiles desde el año 2014.
Factores de riesgo
A los motivos generales que amenazan la salud mental de cualquier ciudadano, se suman, en el caso de los funcionarios policiales, algunos “factores de riesgo” que aumentan la tasa de suicidios. Entre ellos, Jucil destaca la elevada presión laboral, la exposición constante a situaciones de riesgo y estrés emocional, y el impacto psicológico derivado de la gestión de la violencia y el sufrimiento humano”.
A ello se suma, prosigue Jucil, “factores estructurales como la falta de acceso adecuado a recursos de apoyo psicológico y la existencia de prejuicios culturales dentro de las instituciones, que a menudo dificultan que los agentes busquen ayuda profesional cuando lo necesitan”.
Otro dato clave para entender las cifras del suicidio en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado es el fácil acceso a un arma de fuego, ya que alrededor del 85 % de los casos se producen con el arma reglamentaria. Por ese motivo, una de las primeras medidas adoptadas por los protocolos de prevención de ambos cuerpos es la retirada del arma.