Katie Kitamura disecciona los diferentes tipos de violencia contra las mujeres en ‘Intimidades’

La escritora ubica su última novela en el Tribunal de La Haya para hablar de las relaciones de poder, el uso del lenguaje, los crímenes de guerra y los micromachismos perpetuados por el sistema

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Portada de 'Intimidades', de Katie Kitamura (Sexto Piso)
Portada de 'Intimidades', de Katie Kitamura (Sexto Piso)

Una mujer que acaba de perder a su padre se siente desorientada y no sabe qué rumbo tomar. Ha vivido siempre en Nueva York, pero sus padres eran de origen asiático y ya nada le retiene en Estados Unidos. Por eso aceptará un trabajo de traductora en el Tribunal Penal de La Haya. Allí intentará integrarse en el ambiente de esa ciudad hostil, conocerá a un hombre con el que iniciará una relación, pero su labor profesional comenzará a pesarle cada vez más, ya que tiene que participar en juicios terribles de crímenes lesa humanidad.

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Es lo que plantea Katie Kitamura en Intimidades, un libro en el que se contrasta la noción de cercanía con una forma de violencia, contra las personas en general y las mujeres en particular. “Intimidad es una palabra que contiene connotaciones contradictorias, se supone que es lo que todos queremos alcanzar con los amigos, con la pareja. Pero en la novela también quería presentar casos de intimidades no deseadas, en las que se inscribe el acoso o la intimidación sexual”, cuenta la escritora en su visita a Madrid a Infobae España. Además, la protagonista de esta historia, también tendrá que exponerse a otro nivel de intimidad, el que establecerá con un ex jefe de un país africano que está siendo juzgado por crímenes de guerra. Ella se convertirá en su intérprete particular, y poco a poco, esa proximidad le generará un estado de ansiedad latente que terminará por estallar.

La importancia de las raíces

En la obra de Kitamura el tema de las raíces se encuentra siempre muy presente. Ella es hija de inmigrantes japoneses y se crió en los Estados Unidos, pero también ha vivido en Reino Unido, en Francia, por lo que conoce de primera mano lo que es sentirse desarraigada de los orígenes. “La historia de mis padres es un poco atípica, porque después de pasar 20 años en Estados Unidos se volvieron a vivir a Japón, así que yo crecí en un hogar entre dos aguas, siempre bilingüe por estar entre un sitio y otro”, comenta. “En cualquier caso, este hecho se filtra en el modo en el que abordo mis ficciones”.

Katie Kitamura
Katie Kitamura

Intimidades parte de su interés por realizar una novela que tuviera como escenario el Tribunal Internacional de La Haya, pero al principio no sabía cómo abordarlo sin caer en el sensacionalismo. “Como escritora, la cuestión era de qué manera se enfrenta una mujer a una cierta disonancia cognoscitiva con su trabajo, donde ocurren sucesos de un alcance histórico fundamental, al mismo tiempo que tiene sus propias preocupaciones banales sobre su vida amorosa, sobre sus amigos y familia”, continúa Katie Kitamura. “Sentí que era algo que muchas personas experimentan. Vivimos en un mundo en el que sabemos que se producen crisis difíciles de digerir, como las guerras o el cambio climático, pero, ¿cómo nos afectan en realidad? Al final del día, estás más preocupada de qué les das a los niños de comer”.

Distintos niveles de violencia

Reconoce que no fue tan difícil como esperaba introducirse en los entresijos del Tribunal Internacional de La Haya, en la Corte Penal, que es donde transcurre esta historia. “No es que sea una descripción perfecta de la institución, pero se centra mucho en la transparencia, está muy comprometida con eso, así que las transcripciones de los juicios están disponibles en Internet y cualquier persona puede acceder a ellos, así que me empapé bien de todo sin problema, aunque también asistí a algún juicio en directo para observar de cerca la dimensión del asunto”.

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El ex jefe del Estado que aparece en la novela se basa en Laurent Gbagbo, expresidente de Costa de Marfil, que fue encarcelado después de generar una crisis político-militar y juzgado por el Tribunal de La Haya en 2019 para ser finalmente absuelto.

Pero hay un aspecto muy interesante en Intimidades, y es cómo una mujer se enfrenta desde todos los niveles posibles a la violencia que ejercen los hombres. “Por una parte está la violencia del genocidio, que no vemos, pero que de alguna manera sentimos, y después todas esas violencias a las que nos enfrentamos en nuestra vida cotidiana”. Y después, está la violencia lingüística sexual, de la que las mujeres también somos objeto. Todo ello convierte la novela en una serie de pequeñas o grandes intimidaciones, tiernas o terribles. “Creo que las relaciones de poder se encuentran muy presentes en ese sustrato, por lo que el acoso no siempre se centra en el deseo, sino en el poder”.

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