La industria electrointensiva en jaque: la prórroga de la reducción de los peajes queda en el aire por el adelanto electoral

Las perspectivas para 2023 no son muy optimistas respecto a la recuperación de la actividad industrial

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Instalación siderúrgica.
Instalación siderúrgica.

La industria electrointensiva española sigue perdiendo competitividad frente a sus homólogas europeas por los altos precios de la electricidad. Ante esta coyuntura, el Gobierno puso en marcha una rebaja temporal del 80% de los peajes que pagan unas 600 empresas en su factura eléctrica que termina el próximo 30 de junio. La prórroga de estas medidas para el segundo semestre de este año, como exige la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (Aege), queda ahora en el aire con el adelanto electoral.

La rebaja temporal del 80% de los peajes que se incluyen en la factura -con los que se pagan las inversiones en redes eléctricas de distribución y de transporte- se suma a la bonificación permanente del 85% de los cargos del recibo, con los que se financian la retribución a las renovables reguladas, la deuda del sistema y los sobrecostes de los territorios extrapeninsulares, que perciben todos los consumidores electrointensivos.

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Sin embargo, la celebración de los comicios y los posteriores resultados pueden ralentizar esta y otras de las medidas que necesita el sector, que sigue reclamando el aumento de la dotación presupuestaria para compensar las emisiones indirectas de CO2.

Los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2023 contempla una partida de 244 millones de euros para estas ayudas, igualando el montante repartido el año anterior, una cifra que la patronal que agrupa a compañías como ArcelorMittal o Acerinox, considera “insuficiente” y reclama que se eleve hasta los 500 millones de euros. Según la regulación comunitaria, estas compensaciones pueden cubrir hasta un 75% de los costes indirectos por CO2 de las empresas electrointensivas y para financiar el programa puede destinarse un máximo del 25% de los ingresos de cada país por las subastas de derechos de emisión, por lo que el continuado incremento de la factura eléctrica justifica el aumento de estas ayudas.

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Y es que, la asociación ha puesto de manifiesto las complicaciones que sufre la industria, que ha sufrido una caída del consumo del 25% durante el pasado año como consecuencia de los altos precios registrados. Y lo cierto es que las perspectivas para este 2023 no son muy optimistas en cuanto a la recuperación de la actividad industrial: el sector espera que los precios de la luz continúen por encima de los 100 euros/MWh en el mercado mayorista

Para los consumidores electrointensivos el precio de la electricidad ha pasado de ser el principal elemento en los costes de producción a tener más peso que el resto de variables de producción juntas, lo que les hace extremadamente sensibles al coste eléctrico. “Operamos en mercados globales, por lo que un precio eléctrico en niveles como los actuales supone un grave problema para nuestra competitividad”, ha puntualizado José Antonio Jainaga, presidente de Aege.

Los consumidores industriales de países de nuestro entorno se están beneficiando de medidas destinadas a proteger su actividad, tanto las de carácter permanente como las habilitadas dentro del marco temporal aprobado por la Comisión Europea. Esto, lógicamente, ayuda a mitigar el impacto en sus precios energéticos, evitando paradas en la producción y deslocalizaciones. “Se produce un fuerte desequilibrio de la competitividad que perjudica seriamente a nuestras industrias electrointensivas frente a nuestros principales competidores”, ha comentado Jainaga.

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