El 15% de los alumnos tiene altas capacidades intelectuales: ¿cómo detectarlos y trabajar con ellos?

Laura Diz, presidenta de la Asociación Altas Capacidades Argentina, estuvo en el stand de TICMAS y habló sobre las dificultades que atraviesan los chicos con talentos excepcionales

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Laura Diz, presidenta de la Asociación Embajadores ACI (Foto: Pablo Barrera Calo)
Laura Diz, presidenta de la Asociación Embajadores ACI (Foto: Pablo Barrera Calo)

En promedio, hay más de un chico con altas capacidades intelectuales (ACI) en cada aula de la Argentina. Representan alrededor de un 15%. Muchos de ellos, sin embargo, no son detectados en toda su escolaridad. Laura Diz, presidenta de la Asociación Altas Capacidades Argentina, estuvo en el stand de TICMAS en la Feria del Libro y repasó las cuentas pendientes y desafíos del sistema educativo con esos chicos.

"Las altas capacidades implican un talento excepcional, no ser un poco mejor, dibujar un poco más lindo o ser rápido para las matemáticas. Lo importante es destacar que esa capacidad es un potencial. Está ahí latente y se debe estimular. Si no se va a quedar dormida", dijo Diz en una entrevista que mantuvo con Patricio Zunini.

Desde el prejuicio, la alta capacidad suele ser vista como una ventaja, pero en los hechos puede ser incluso una dificultad. "En el mito urbano se cree que estos chicos son genios y todos están esperando el momento en que brillen. Y estos chicos, en general, no brillan porque no se les da la oportunidad. Como tienen más capacidad no se los atiende. Los niños piensan distinto, aprenden distinto, pero también sienten distinto, mucho más intensamente", expresó la psicóloga social.

Los chicos con ACI empiezan a mostrar rasgos excepcionales desde muy temprano. Hay distintos indicios. Por ejemplo, tienen una excelente motricidad fina o se comunican en forma mucho más fluida o aprenden a leer o escribir sin ninguna ayuda. "Te das cuenta sin querer cuál es la necesidad de un niño si pasás tiempo con él", sostuvo Diz.

(Getty Images)
(Getty Images)

Hace años se tomaba el número de coeficiente intelectual para determinar la alta capacidad. Hoy su detección requiere un trabajo más integral que vincule sus emociones, su socialización, sus áreas de inteligencia. "Muchas veces se los confunde con chicos con déficit de atención porque solo atienden aquello que los apasiona", señaló la especialista.

A su vez, agregó: "Otro mito es que hay escuelas específicas para estos niños y no es así. A pesar de que lo contempla la ley, en los profesorados, a los futuros docentes no se les habla de altas capacidades. A veces el maestro se encuentra desbordado por alumnos que preguntan mucho. Nosotros creamos una guía didáctica para ayudar a los docentes que la difundimos en forma gratuita".

Diz llamó a tomar cartas en el asunto y hacer ajustes en el aula para incluir a los chicos que están más adelantados. "La forma de trabajar es ampliar la currícula. Siempre tratamos de mirar al que tiene un déficit y no de mirar al que está más adelantado", subrayó y dio ejemplos de estrategias por fuera de lo tradicional, como experimentos, trabajo en equipo y al aire libre.

"La predominancia en el aprendizaje es visual y aun así el docente sigue enseñando en forma auditiva. Una persona que habla y muchos alumnos que escuchan. Enseñar no es solo te explico un tema y vos lo entendés. El desafío es diversificar para tener un aula multinivel en la que todos puedan aprender y aprehender a partir de la experiencia", concluyó.

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