El BCRA terminó su intervención en el mercado de cambios de este viernes con ventas por USD 49 millones para asistir a la demanda privada. De esta forma, la entidad monetaria anota un saldo negativo de USD 147 millones en las primeras tres ruedas operativas de febrero.
La divisa informal vuelve a operarse a $379 para la venta después de las 13:30 horas, luego de haberse negociado a $381 al mediodía. En la semana el dólar libre anota una baja de siete pesos o un 1,8 por ciento.
La divisa de EEUU gana tres pesos en el día en los reducidos negocios del mercado paralelo, para pactarse a $381 para la venta. De esta manera, el dólar libre recorta a cinco pesos la baja en el recorrido semanal, después de haberse operado a $386 el viernes anterior.
La divisa negociada en el mercado informal gana un peso en el día y se vende a 379 pesos. El “blue” sube por segundo día, aunque aún se mantiene debajo de los $387, el récord intradiario alcanzado en la mañana del lunes. En la semana el dólar libre retrocede siete pesos o un 1,8 por ciento.
La cotización “blue” del dólar es negociada sin variantes este viernes, a $378 para la venta. El billete ofrecido en la plaza informal anota una pérdida de ocho pesos o un 2,1% en la semana, aunque en el transcurso del 2023 conserva una ganancia de 32 pesos o 9,2 por ciento.
Con un dólar mayorista que es operado con alza de 27 centavos, a $187,97, la brecha cambiaria queda en el 101,1%, luego de haber testeado el 108% a finales de enero.
El “peso convertible” nació el primero de enero de 1992. Fue el sucesor del Austral, moneda que tuvo el triste récord de haber sumergido a la Argentina en niveles inflacionarios jamás vistos en el país: el año 1989 se despidió dejando atrás una inflación del 3.079% dándole paso al año 1990 donde la misma se ubicó en el 2.313%. Aquella moneda nacida el 15 de Junio de 1985 tuvo como billete de máxima denominación al de 500.000 australes, que vio la luz en noviembre de 1990. Poco tiempo después –un 1 de enero de 1992 y a razón de 10.000 australes por unidad- nacía el “peso convertible”. El billete de mayor denominación entonces equivalía a 50 dólares: 500.000 australes => 50 pesos convertibles => 50 dólares.
Una de las formas más objetivas de evaluar la acción de un gobierno es a través de lo que le sucede a su moneda a lo largo del tiempo. Es como el diagnóstico de un médico clínico luego de observar una resonancia magnética.
Aunque el ministro de Economía, Sergio Massa, logró sobrecumplir la meta de acumulación de reservas establecida en el acuerdo con el Fondo Monetario para 2022, lo cierto es que no sólo el nivel de dólares disponibles en la cuenta de las reservas netas del Banco Central sigue siendo el punto más sensible para cumplir lo pactado con el organismo, además de sostener el precario equilibrio de la actividad económica. También la administración de esas reservas, a la luz de la reciente advertencia del FMI, adquiere mayor relevancia.
La disparada del 3,25% de las acciones tecnológicas en el Nasdaq y la sensación de que la Reserva Federal de los EEUU tendrá una política monetaria menos agresiva, no solo favoreció a los mercados norteamericanos sino que los inversores, al perder la aversión al riesgo, comenzaron a mirar los bonos latinoamericanos.