Misterio por la ausencia de Wanchope Ábila en el banco de Boca ante Independiente

El delantero lleva 17 días inactivo por una lesión y se esperaba que ocupara un lugar entre los relevos para sumar minutos de cara a la revancha ante Racing por la Libertadores

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infobae

Boca visita a Independiente en un partido de la segunda fecha de la Zona Campeonato A, el primer clásico desde que comenzó la Copa Diego Maradona. El encuentro se juega en el estadio Libertadores de América de Independiente, con arbitraje de Mauro Vigliano y televisación de Fox Sports.

Tras el empate 1-1 con Arsenal en La Bombonera por la primera jornada, el equipo que diagramó Miguel Ángel Russo está conformado por mayoría de suplentes y juveniles. ¿El motivo? Que el próximo miércoles, como local, buscará el pase a las semifinales de la Copa Libertadores ante Racing, que ganó el duelo de ida por 1-0.

Sin embargo, hubo una gran sorpresa cuando se pegó la planilla oficial y la misma es por la ausencia de Ramón Ábila del banco de los suplentes. Se esperaba que Wanchope, recuperado de una lesión que lo marginó por 17 días de las canchas, sumara algunos minutos de cara al duelo ante la Academia, pero llamativamente quedó desafectado del partido ante el Rojo y llegará con los justo al miércoles por el duelo copero.

“No pasó nada. Se entrenó esta mañana, quieren que esté para el miércoles un rato”, expresó una fuente del cuerpo técnico, que no fue informada, al Show de Boca, programa partidario que se emite por Radio Splendid.

Lo que causó aún más sorpresa fue el llamado de último momento del delantero juveniles de 19 años, Luis Vázquez, quien no figuraba entre los concentrados para el encuentro ante Independiente. El banco de suplentes ante el Rojo estuvo integrado por: Javier García; Leonardo Jara, Carlos Izquierdoz, Matías Sándes, Nicolás Capaldo, Cristian Medina, Gonzalo Maroni, Edwin Cardona, Eduardo Salvio, Sebastián Villa, Carlos Tevez y Luis Vázquez.

lesión de wanchope ábila

Corrían 32 minutos del primer tiempo del duelo ante Talleres en el estadio Mario Alberto Kempes, cuando Ramón Ábila se tocó el aductor derecho, hizo un gesto de molestia y se sentó en el césped, para aguardar el cambio. Enseguida, Miguel Ángel Russo, director técnico de Boca, se acercó al banco de suplentes y pidió que Franco Soldano realizara un calentamiento express. Fue la señal del final del partido para Wanchope.

El delantero, de 31 años, se volvió a lesionar en la visita del Xeneize ante Talleres del 6 de diciembre, en un nuevo capítulo de la racha de problemas físicos que lo persiguen desde su arribo a la ribera, y que no le han permitido logran continuidad, más allá de que ha conseguido edificar buenos momentos.

La última lesión de Walchope se había dado a principios de noviembre, luego de que le anotara un gol a Lanús por la actual Copa de la Liga Profesional. Antes, se había desgarrado en septiembre, cuando Boca ya desandaba su camino en la fase de grupos de la Copa Libertadores. Ábila arribó al Xeneize en 2017 y en ese instante acarreaba una ruptura fibrilar. Desde entonces, acumula una decena de problemas físicos de este tipo. El más emblemático: el que sufrió en la previa de la Superfinal de la Copa Libertadores 2018 frente a River. De todos modos, arriesgó, y en el campo de juego se notó que no estaba 100% apto.

Esta lesión lo margino del encuentro en la Bombonera ante Inter de Porto Alegre por el duelo de vuelta de los octavos de la Copa Libertadores, y del primer duelo ante Racing por los cuartos de final, del miércoles último en Avellaneda.

Salió por precaución. Tienen la orden de que, ante cualquier sensación, deben pedir el cambio, estamos en momentos decisivos. Estamos tranquilos, vamos a ver mañana cómo está”, señaló el entrenador Miguel Ángel Russo.

La palabra de Wanchope Ábila

Luego del triunfo de la semana pasada frente a Newell’s como local, Ábila había abierto su corazón, contando la tragedia familiar que le tocó vivir en 2020: “La verdad es que quería comentar otra cosa porque vengo golpeado desde hace varios meses. La pandemia me quitó a mi hermano. Tuve la mala suerte que se quitara la vida en mi casa, por una depresión que nunca nos avisó y que nosotros nunca nos enteramos que tenía”.

“No se dan una idea la tristeza que se siente que en un llamado a otro te digan que un hermano se quitó la vida en tu propia casa. Se ha vuelto muy triste mi casa, yo obviamente estoy ahí para ayudarlos y a apoyarlos”, había comentado, con la voz quebrada.

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