Once: la muestra de fotos que revela la transformación del emblemático barrio porteño

En el Espacio de Arte de la AMIA está la exhibición “Once”, una serie de Maximiliano Vernazza que da cuenta de uno de los lugares más simbólicos de la Ciudad de Buenos Aires

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(Maximiliano Vernazza)
(Maximiliano Vernazza)

Once es más que un barrio. Once es un concepto. Basta con caminar, recorrerlo, perderse en sus calles, la marea de gente, los negocios, el enjambre. Hay barrios que te maravillan, otros que te entristecen, están los que te conmueven y también los que te espantan, pero con Once te sucede todo eso junto. Y te atraviesa.

En un relato —más cerca de la crónica que del cuento—, el escritor Marcelo Cohen lo definió como "una obra de arte del desequilibrio".

Movido por estas sensaciones, Maximiliano Vernazza decidió fotografiarlo. Hace tres años empezó. Durante un tiempo prolongado visitó el barrio tomando fotos. Alrededor de las seis, siete de la tarde, Once cambia: el bullicio merma, la cantidad de personas disminuye, los negocios bajan las persianas. El barrio muta. Esa mutación que nadie llegar a percibir con claridad es la que le atrajo a Vernazza. Así nació Once, la muestra que se expone en el Espacio de Arte de AMIA hasta el 28 de septiembre.

(Maximiliano Vernazza)
(Maximiliano Vernazza)

"Me llamaba la atención la noche y los fines de semana —le cuenta a Infobae Cultura ahora, mientras recorremos la muestra—. ¿Qué es lo que no se ve? Cuando bajan las persianas aparecen grafitis, por ejemplo. Hay cosas que están tapadas por la gente. Desde vidrieras, veredas… La cantidad de candados que le ponen: hay lugares que ponen tres barras y cinco o seis candados. También me llamaba la atención que, en esta era de Instagram, cómo se sigue publicitando con el afiche. Los bailes de la zona por algo siguen pegando. Bueno, mucha prostitución también, préstamos, alquileres. También bares que de día no están. Las cartelerías abandonadas, los frentes de los hoteles, los edificios con la ropa colgando afuera. Y salí a caminar, también muchos domingos a la mañana, con lluvia, sin lluvia. Caminar y caminar".

A su lado, el curador de la exposición, Elio Kapszuk, lo escucha atento. Se toparon en el Festival La Luz y enseguida congeniaron. "El Once es parte de mi identidad. No solamente porque nací en el Once, sino también porque es parte de la identidad judía. Me parecía muy natural que este trabajo se muestre en este espacio. Trabajar la identidad se puede trabajar de muchísimas formas, pero está muy bien poner un foco en el Once que no vemos. Este, el de la muestra, es un Once oculto", le dice a Infobae Cultura.

(Maximiliano Vernazza)
(Maximiliano Vernazza)

A los 19 años, Maximiliano Vernazza ya empezó a hacer cursos de fotografía. Por todos lados. Trabaja en la revista Gente hace más de veinte y tiene una serie muy potente sobre Charly García. Sin embargo, necesitaba más. Como si nada le bastara, como si esa necesidad se volviera incontrolable.

"Hace 21 años que fotografío a Charly. Un fotógrafo que admiro mucho que es Tony Valdez me dijo: 'ya está, tenés que salir de Charly, porque sino siempre vas a ser Charly'. Y eso siempre quedó en mi cabeza, y buscaba y buscaba y no le encontraba la vuelta. Ser fotógrafo es como un laburo pero 24 horas. Y no quería encasillarme, quedarme ahí", cuenta ahora, rodeado de sus producciones.

"Maxi tiene toda una obra como reportero gráfico —comenta Kapszuk— que es el hecatombe diario marcado por las noticias, las fotos que reflejan aquello que pasa. Pero por otro lado, en su obra personal había elegido a una persona para fotografiar que tampoco podríamos decir que es la tranquilidad, que es Charly. Y me sorprendió que ahora decidió pararse desde otro lado, al de los silencios. Además, el reportero gráfico no genera un acontecimiento, da testimonio. En esta muestra, esta obra, él sí genera el acontecimiento".

Consciente o no, Vernazza usa la cámara como un radar. Es una búsqueda que, en sus propias palabras, van por lo marginal, lo border, lo bizarro, lo kitsch. Pero sin estridencias, sin golpes bajos. Merodea una zona hasta encontrar elementos disonantes que, al ojo común, son imperceptibles. ¿Acaso no es eso lo que hace un artista?

(Maximiliano Vernazza)
(Maximiliano Vernazza)
(Maximiliano Vernazza)
(Maximiliano Vernazza)

No es todo algarabía en Once. No es sólo regateo, timba, birra y bijouterie. Hay un dolor en Once que se ve en el óxido de sus paredes: una injusticia que instituye. No es casualidad que las tres tragedias más importantes de los últimos tiempos hayan sucedido ahí. El choque del tren Sarmiento en 2012 que dejó un saldo de 51 muertos, el incendio del boliche República Cromañón en 2004 donde murieron 194 personas y el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en 1994 que dejó un saldo de 85 personas asesinadas y 300 heridas.

Estas tres tragedias están representadas en tres fotos sobre una pared aparte. "Hay una energía que al andar por el barrio la sentís", cuenta Vernazza. "Si bien son distintas, tienen algo en común: la lucha por la memoria y la justicia", comenta Kapszuk. Ese es el espíritu del barrio que, lejos de victimizarse, se empodera.

(Maximiliano Vernazza)
(Maximiliano Vernazza)

"Hay también un catálogo del diseño bizarro", dice el curador y señala la foto donde hay un cartel que, como mínimo, es feo. "Y en eso encuentra belleza", agrega. "Además hay un código comercial, que Maxi capturó muy bien, que comparten los comerciantes judíos, los coreanos y los japoneses que es esto: hay locales que todo el tiempo dicen 'nos vamos', 'cierre', 'liquidación'. ¿Pero cómo si hace años que tenés ese cartel?"

"Hay negocios —recuerda Maximiliano Vernazza de aquellas tardes donde no paraba de fortografiar— que durante años están en liquidación. La otra vez le dije a una mina: 'Pero pará, vos cerrabas hace tres meses. Te compré los vasos…' Y se reía."

(Maximiliano Vernazza)
(Maximiliano Vernazza)
(Maximiliano Vernazza)
(Maximiliano Vernazza)

No en términos formales, Once no es un barrio, porque no se encuentra entre los 48 barrios oficiales en que legalmente está dividida la ciudad. ¿Cuáles son sus coordenadas? Once es una abstracción, un oasis colorinche que se autodelimita como una república separatista que logró la independencia sin firmar papeles. Al igual que el Abasto y Congreso, que también forman parte de Balvanera, Once es un barrio imaginario e informal que se construye a partir de un elemento céntrico; en este caso la estación de tren. Es, entonces, la estación y sus alrededores.

Por eso, Once es más que un barrio. Once es un concepto. Y en esta muestra queda claro.

 

* Once
Espacio de Arte de AMIA
Pasteur 633 – CABA
Hasta el 28 de septiembre

 

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