
El reciente incremento de 200 mil millones de pesos al presupuesto del deporte colombiano para 2026, aprobado tras semanas de tensiones políticas y voces de alarma desde el alto rendimiento, representó un respiro para un sector que venía denunciando un deterioro profundo.
La decisión, avalada por el Congreso, elevó el monto total destinado al Ministerio del Deporte y se produjo luego de que atletas, entrenadores y dirigentes advirtieran que el recorte planteado inicialmente ponía en riesgo la formación, la infraestructura y la competitividad internacional del país.
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Entre esas voces críticas destacó la del tenista Nicolás Mejía, quien hizo uno de los llamados más contundentes al Gobierno: “El deporte ha sido dejado totalmente tirado en estos últimos años”.
Su intervención, registrada por Blu Radio, sacudió la conversación pública y puso en evidencia un malestar que se venía acumulando en diversos escenarios.
Para Mejía, el Estado necesita retomar con urgencia una política sostenida de apoyo, financiamiento y acompañamiento a los deportistas de alto rendimiento y a los programas que permiten el desarrollo de nuevos talentos.

“El deporte es vida, bienestar y salud… del Gobierno necesitamos muchísimo más”, afirmó el tenista, quien además recordó momentos de integración nacional como la final de Wimbledon disputada por Cabal y Farah o las participaciones de la Selección Colombia en los mundiales, ejemplos de cómo el deporte ha logrado unir al país incluso en momentos de crisis.
Su intervención conectó con el sentimiento de cientos de atletas que han manifestado dificultades para continuar sus carreras por falta de recursos, atrasos en los pagos o recortes en programas esenciales.
La presión pública de Mejía y de varias figuras del deporte coincidió con un momento determinante en el Congreso.
El senador vallecaucano Juan Carlos Garcés, del Partido de la U, lideró la gestión política que finalmente garantizó la adición presupuestal.
Garcés articuló alianzas en Senado y Cámara para revertir el recorte, y defendió que el deporte debía ser una prioridad nacional, más allá de las disputas partidistas.
“El deporte tiene la capacidad de unir voluntades más allá de las diferencias políticas”, declaró. Según explicó, los nuevos recursos permitirán financiar el deporte escolar, la recreación y el alto rendimiento, además de proteger programas en riesgo.
“Cuando invertimos en deporte, invertimos en salud, disciplina y convivencia. No puede ser que dejemos de financiar más de mil escuelas”, añadió.
El debate había escalado desde septiembre, cuando la plenaria del Senado abrió sus puertas a deportistas olímpicos que advirtieron sobre el impacto del recorte proyectado.
Carlos Ramírez, doble medallista olímpico, fue una de las voces más técnicas y preocupantes en ese espacio. Según el comunicado del Senado, el bicicrosista expuso que el Ministerio del Deporte contaría con apenas 310 mil millones de pesos en 2026, cifra insuficiente para cubrir necesidades estructurales del país.
Ramírez detalló que el programa Atleta Excelencia —del cual dependen más de 400 deportistas— solo tenía asegurado presupuesto hasta el primer semestre de 2026; que el laboratorio de antidopaje recibiría apenas mil millones de pesos, inviables para su funcionamiento pleno; y que el Centro de Alto Rendimiento ni siquiera tenía recursos asignados para mantenimiento.
Además, alertó que la preparación para los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de 2028 quedaría comprometida con solo 40 mil millones cuando se requieren al menos 160 mil millones.
Otro testimonio que resonó en el Capitolio fue el del taekwondista Luis Soto, quien habló desde su experiencia de vida y subrayó el papel del deporte en la construcción de paz.
“Cada tatami, cada pista, cada coliseo, cada cancha es una oportunidad más de vida. Yo pude cambiar un arma por un uniforme. Hoy en día, soy lo que soy gracias al deporte”, aseguró. Soto llamó la atención de los congresistas: “El deporte no es un gasto: es una inversión para un país que sueña con paz”.

Todas estas voces coincidieron en que un retroceso presupuestal sería un golpe irreversible para miles de jóvenes que encuentran en el deporte un proyecto de vida.
Por eso, la adición de 200 mil millones fue celebrada como una victoria colectiva impulsada por la presión de atletas, federaciones y legisladores.
Según El País Cali, estos recursos permitirán fortalecer los semilleros, apoyar de manera integral a los atletas de alto rendimiento y revitalizar el deporte paralímpico, uno de los sectores más afectados por los recortes.
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