En tres años, la deuda externa creció casi 10% y el Gobierno se apartó de la regla fiscal

El Gobierno colombiano enfrenta críticas por su decisión de apartarse de la regla fiscal. Los analistas cuestionan el impacto en la confianza del mercado y en la estabilidad financiera

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La deuda externa de Colombia
La deuda externa de Colombia alcanza USD201.136 millones, un incremento significativo que preocupa a economistas y al mercado internacional - crédito Luisa González/REUTERS

Desde hace más de dos décadas, el crecimiento de la deuda externa en Colombia es sostenido, pero en los últimos meses tomó un rumbo que preocupa a economistas, inversionistas y al propio mercado. La última cifra, correspondiente a febrero de 2025, confirma que el país alcanzó los USD201.136 millones en deuda externa, lo que supone un incremento del 9,42% frente al cierre de 2022, cuando Gustavo Petro apenas iniciaba su mandato presidencial y la deuda se ubicaba en USD183.818 millones.

Más allá del volumen, lo que encendió las alertas es el contexto, la decisión del Gobierno de apartarse de la regla fiscal generó incertidumbre sobre el manejo macroeconómico. “El anuncio de que no se va a cumplir la regla fiscal manda la señal de que el Gobierno va a seguir aumentando el gasto público y la deuda, lo cual podría generar presiones adicionales sobre la demanda agregada”, advirtió Andrés Giraldo, PhD en Economía y profesor en la Universidad Javeriana en El Colombiano.

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La eliminación de la regla
La eliminación de la regla fiscal por parte del gobierno Petro aumenta la incertidumbre económica y afecta la confianza en los mercados - crédito iStock y Carf

La estructura de la deuda también da pistas importantes. De los más de 200.000 millones de dólares, USD112.996 millones corresponden a deuda pública (56%), mientras que USD88.140 millones (44%) provienen del sector privado. Aunque el peso del endeudamiento estatal sigue siendo mayor, la participación del sector privado no es menor y también representa una carga considerable para la economía nacional.

Cuando se observa la relación entre deuda externa y Producto Interno Bruto (PIB), se identifica una trayectoria que, si bien ha tendido a estabilizarse en los últimos años, sigue siendo elevada. En 2020, año marcado por la pandemia, el indicador alcanzó un pico de 57%, para luego reducirse gradualmente, 53,9% en 2021, 53,1% en 2022, 53,2% en 2023 y 48,2% en 2024. El último dato, de febrero de 2025, se situó en 48,03%, lo que representa una ligera mejoría en términos relativos, aunque no suficiente para disipar las dudas sobre la sostenibilidad de la deuda.

De los USD201.136 millones en
De los USD201.136 millones en deuda externa, un 56 % corresponde al sector público y el resto al privado, complicando la economía nacional - crédito iStock

El problema, sin embargo, no es nuevo. La deuda externa de Colombia tuvo un crecimiento acumulado de 413% desde 2001, cuando se ubicaba en USD39.163 millones. Ese aumento atravesó cinco gobiernos, una crisis sanitaria global y múltiples episodios de turbulencia económica y política. “En Colombia tenemos un problema estructural en la deuda externa, que se cruza de manera coherente y convergente, con el déficit fiscal, el cual lleva mucho más de 50 años apareciendo de manera continua y permanente”, explicó Henry Amorocho, profesor de Hacienda Pública en la Universidad del Rosario.

Para entender la magnitud del cambio, basta con mirar hacia atrás. En 1979, la deuda externa era de apenas USD5.842 millones y representaba el 16% del PIB. Hoy, las cifras muestran un país mucho más endeudado, expuesto a los vaivenes del mercado internacional y bajo la lupa de calificadoras, inversionistas y organismos multilaterales. La evolución no es lineal, ha atravesado crisis, bonanzas petroleras, reformas fallidas y políticas expansivas que, en conjunto, empujaron el endeudamiento a niveles históricamente altos.

La relación de deuda externa
La relación de deuda externa y Producto Interno Bruto en Colombia alcanzó un 48,03 % en 2025, mostrando desafíos financieros persistentes - crédito iStock

La preocupación no solo gira en torno a los montos, también a la percepción de que no hay un ancla clara en la política fiscal. La eliminación, de facto, de la regla fiscal puede debilitar la confianza y afectar variables clave como el tipo de cambio, la inflación o el costo del financiamiento externo.

Mientras el Gobierno busca justificar su estrategia como una vía para impulsar la inversión social, el mercado pide señales de disciplina. La tensión entre estas dos visiones marcará los próximos meses y podría definir, en buena parte, el rumbo económico del país. La credibilidad institucional, en este contexto, será tan decisiva como cualquier cifra.