
Sin bafles, televisores y, posiblemente sin profesores habría quedado un grupo de niños del barrio Bilbao, en la localidad de Suba en Bogotá, luego de que un ladrón irrumpiera durante el fin de semana en su jardín infantil y se llevara al menos 5 millones de pesos en objetos de valor y dinero efectivo.
El delincuente ingresó por la ventana de la oficina principal y, en cuestión de minutos, tomó todo lo que encontró a su paso, incluyendo 3 millones pesos destinados al pago de nómina de los profesores de la institución.
Pero, no contento con tomar el efectivo, empezó a recorrer salón por salón hasta conseguir llevarse dos televisores y varios bafles, necesarios para que los docentes logren hacer sus clases de manera interactiva.
La directora del jardín, de nombre Lorena, denunció en una entrevista para el Matutino de Arriba Bogotá que el pasado domingo 23 de julio habría ocurrido el robo: “Este tipo ingresa por la ventana del segundo piso, presuntamente, se pasa de la casa de al lado. Hurta el dinero que hemos recaudado en efectivo, se lleva un par de televisores y algunas pertenencias que necesitamos para los chiquitines”.
En total, habría logrado hacerse a unos 5 millones de pesos que mantenían a los niños y sus clases en conexión, con actividades y lúdicas que, de momento, fueron suspendidas.
“Fue muy triste, porque el lunes los niños llegaron y ellos empiezan a cuestionar. A preguntar qué pasó con los televisores. Por qué no están”, lamentó, al igual que los padres de familia y la comunidad de Bilbao que, unida por el dolor de los más pequeños, logró rastrear e identificar al delincuente.
Sin embargo, ha resultado frustrante, ya que a pesar de haber realizado la denuncia no cuentan “con los datos personales del ladrón. De hecho hicimos una investigación con la ayuda de los padres de familia, la comunidad en general. Encontramos al ladrón, sabemos quién es, en dónde vive, cuál es el número de su casa. Pero no contamos con el número de su cédula”. Y esto impide que denuncien una denuncia directamente a su nombre.
Días antes, también en Bogotá, fue robada una fundación para niños con cáncer
Paralizada se encuentra la construcción de la casa albergue que acogería a al menos 15 niños diagnosticados con cáncer en el barrio Galerías de la localidad de Teusaquillo, luego de que, en la madrugada del miércoles 26 de julio, tres delincuentes ingresaran al lote y hurtaran las herramientas con las que avanzaba la obra.
De acuerdo con Patricia Avendaño, directora de la fundación Lucha contra el cáncer, rompieron los candados y, una vez adentro, amordazaron al guardia de seguridad que custodiaba el edificio, aún sin terminar.
“Llegan, lo intimidan los ladrones, se llevan toda la herramienta. No hemos podido trabajar en la construcción, porque no hay herramientas y estamos cruzados de brazos. Es una situación bastante dolorosa, porque, realmente, es una cosa muy bonita que va a beneficiar a muchos niños con cáncer”, lamentó en entrevista para el matutino de Arriba Bogotá.
Lucha contra el cáncer es una fundación que, a pesar de contar con un presupuesto reducido, trabajaba en la construcción de una casa en la que niños y niñas que no cuentan con los recursos necesarios para afrontar la enfermedad podrían hospedarse y completar su tratamiento.
“Es una casa albergue, donde iban a vivir 15 niños junto a sus cuidadores durante el proceso de su tratamiento oncológico. El proyecto comenzó en enero de este y año y lo que hemos adelantado, lo hemos adelantado con mucho esfuerzo”, insistió.
La construcción era posible gracias a los aportes voluntarios, como el de la constructora que decidió prestar las herramientas con las que trabajaban hasta el momento del hurto.
Comenzaron haciendo “varias campañas, generando recursos y consiguiendo recursos. Tenemos unas alcancías que la gente llena. Nos entrega la alcancía llena de sus moneditas y sus ahorros para ir ahorrando e ir consiguiendo recursos para construir la casa. Hay una constructora, la constructora se pone la 10 y nos dice: listo, no les vamos a cobrar nada del proyecto. Vamos a encargarnos. Porque son los encargados del manejo de la obra”, manifestó Avendaño.
Según ella, hay muchas personas que están “poniéndose la capa” por sus súper calvitos, pero con situaciones externas como la del robo, de momento, resulta imposible continuar con la obra. De ahí que su llamado sea a las autoridades, para que revisen las cámaras de seguridad del sector y logren dar con las herramientas, con las que construían la casa.
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