Ella es Jani Silva, la lideresa del Putumayo que fue nominada al premio Nobel de Paz

La defensora ambientalista es presidenta de la Asociación de Desarrollo Integral Sostenible de La Perla Amazónica - Adispa, una organización dedicada al trabajo en las reservas campesinas

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Defensora ambientalista del Putumayo sería la segunda colombiana en llevarse el premio. Crédito: Comisión Intereclesial de Justicia y Paz
Defensora ambientalista del Putumayo sería la segunda colombiana en llevarse el premio. Crédito: Comisión Intereclesial de Justicia y Paz

Con más de 43 años de trayectoria en labor social, comunitaria y ambiental, Jani Silva fue nominada para llevarse el Nobel de Paz, un reconocimiento internacional de suma importancia que se ha posicionado como el evento anual más relevante que tiene lugar en Noruega desde hace más de 100 años.

Jani se enteró de la nominación a través de una llamada telefónica de un funcionario de Amnistía Internacional, donde le dieron la noticia. De acuerdo con lo que reveló a El Espectador, mencionó que en ese momento no había considerado la grandeza de la nominación, lo que le tomó un momento.

Señaló que: “Me dijeron que había más de 300 nominados de más de 200 países. El hecho de ser nominada es un reconocimiento muy grande al proceso y trabajo que hemos venido haciendo”.

Las razones que le permitirían a Jani Silva convertirse en la siguiente colombiana en llevarse el importante reconocimiento, se deben a una vida dedicada a procesos comunitarios en la que también, según indicó, es una forma de reconocer a las mujeres campesinas que han resistido a la violencia y contribuyendo a la paz.

Así lo confirmó en conversación con W Radio, donde mencionó que: “Hay muchas mujeres campesinas que llevan años trabajando por sus comunidades y que no son visibilizadas, yo pediría que se trabaje un nuevo país en paz con todas esas mujeres y organizaciones que hay en los sectores colombianos”.

Jani Silva es la presidenta de la Asociación de Desarrollo Integral Sostenible de La Perla Amazónica - Adispa, en Putumayo, una organización comunitaria que trabaja en procesos de gestión y reactivación en zona de reserva campesina y que ya ha sido reconocida a nivel nacional e internacional, incluso ha sido cobijada por Derechos Humanos de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz.

La hoy nominada al importante reconocimiento, también se expresó en el Alto Comisionado para la Paz, donde se refirió en concreto a la Paz Total. Mencionó que:

“Es importante hablar y contribuir para que se dé esa Paz Total porque no merecemos vivir en una violencia absurda (...) No merecemos tampoco, como colombianos, como colombianas, vivamos día a día en una zozobra, todos merecemos vivir esa paz y eso debe ser un compromiso de todos”.

La lideresa se pronunció sobre iniciativa de Paz Total. Crédito: @ComisionadoPaz/Twitter
La lideresa se pronunció sobre iniciativa de Paz Total. Crédito: @ComisionadoPaz/Twitter

Denuncias por amenazas en contra de la lideresa del Putumayo

El trabajo por el que está nominada la lideresa del Putumayo ha implicado también generar autonomía y derechos para las mujeres, así como también el constante trabajo por la defensa y el cuidado de la naturaleza. Sin embargo, esta labor también ha estado en peligro por agentes como los grupos armados al margen de la ley y la llegada de las petroleras.

Es así que Jani también ha sido víctima de hostigamientos desde hace algunos años en el territorio. Según declaró: “Hace un tiempo que recibo amenazas y han atentado contra mi vida. No he podido regresar arriba, a la finca de donde saco los peces y la yuca, o crío mis gallinas”.

Incluso Amnistía Internacional dio a conocer, en su momento, una carta a través de la cual exigía la protección de la lideresa y la cual estaba dirigida a las autoridades colombianas para que tomaran medidas que permitieran garantizar su seguridad. Esto, porque, según indicó la entidad, el Gobierno de Colombia no habría puesto en marcha un plan integral que le permitiera fortalecer la seguridad para Jani Silva.

Además, destacó el documento, los hechos se estarían agudizando desde el año 2020, momento en el que se registraron persecuciones por personas desconocidas, amenazas de muerte, disparos a poca distancia de su lugar de residencia, vigilancia digital ilegal del Ejército colombiano y hasta el conocimiento de un plan para acabar con su vida.

Según señaló la defensora ambientalista, se estarían generando amenazas: “Porque defiendo mi territorio, la gente me ha puesto una pistola en la cabeza para matarme. Sin embargo, me quedo en mi territorio, no podemos huir ni dejarnos ganar por el miedo”.