Tatuadora es acosada por vecinas religiosas en Bogotá: le echan sal y agua bendita

Leidy Mora es el nombre de la tatuadora que reside en Bogotá y, según mostró a través de redes sociales, sufre de acoso por parte de unas vecinas suyas que son fanáticas religiosas.

De acuerdo con lo expuesto por la artista, estas mujeres la siguen hasta la puerta de su casa, le tiran sal y agua bendita, le ponen imágenes religiosas en la cara y le gritan “bruja” en cuando se la encuentran a la salida del edificio.

Y aunque había decidido callar y ser paciente ante esta situación, las personas en cuestión llegaron al punto de hablar sobre su pequeña hija y de llegar hasta el estudio de tatuajes donde trabaja. Razón por la cual hizo pública esta persecución.

De igual manera, la tatuadora muestra cuando, en ese mismo momento, decide salir a enfrentar a estar personas y les pregunta hasta cuándo van a ir a incomodarla y acosarla.

Las imágenes también muestran cómo Leidy Mora es calificada por estas personas de “grosera”, pero la joven manifiesta que quienes están faltando al respeto son ellas porque la quieren obligar a convertirse a su religión.

La tatuadora acosada por sus vecinas manifestó que ya hizo la denuncia pertinente ante las autoridades, pero, al parecer, sus vecinas insisten en perseguirla.

Resulta que la joven luce tatuada en varias partes de su cuerpo, suele vestir de negro, tiene alargamiento coronario en sus colmillos y sube videos en redes sociales con los cuales comparte que cría a su hija bajo este mismo estilo.

De hecho, en Tiktok esto le ha hecho ganar más de 1.7 millones de seguidores y las grabaciones en las que muestra los juguetes de la bebé, su ropa y hasta la peculiar pañalera que tiene para ella, son los más populares entre su comunidad.

Asimismo, sus seguidores se han dedicado a hacerle algunas recomendaciones sobre lo que puede hacer apra quitarse a esas fanáticas religiosas de encima, siendo la más comentada rezar la oración del padre nuestro en latín.

Inclusive, hubo internautas que recordaron una situación similar vivida por una mujer en Ciudad de México, a quien sus vecinos la señalaban de practicar brujería por tener un cuervo como mascota.

Ella, al darse cuenta de lo ocurrido, optó por hablar en latín y decirle a sus vecinos que, supuestamente, había un espectro en la zona y ella los protegería a todos. Sin embargo, estos métodos no dieron resultado y tuvo que cambiarse de residencia para dejar de ser acosada.