Atletas mujeres huyen de Afganistán: baloncestista discapacitada llega a España y futbolistas a Australia

El plazo de evacuación está a punto de cerrarse en el aeropuerto de Kabul pero ya Nilofar Bayat vive una nueva vida en España.

Bayat es abogada y capitana de la selección afgana de baloncesto femenil en silla de ruedas. Tuvo la suerte que sus mensajes de auxilio fueran escuchados con la misma celeridad con que las tropas talibanas se apoderaran de la ciudad capital.

Ella y su marido Ramish, también jugador en silla de ruedas, ambos empleados de la Cruz Roja Internacional en Kabul, estuvieron entre los más de 1.100 afganos trasladados de manera temporal a la base madrileña de Torrejón en una semana.

Ambos también son víctimas de guerra, gravemente heridos por bombas.

Poco después de la llegada Bayat se movió desde Madrid a Bilbao donde el club local de baloncesto, líder de la División de Honor, le ofreció un contrato de acogida.

Su salida y la de su marido había sido ejecutada por el Ministerio de Asuntos Exteriores a petición de las máximas autoridades deportivas españolas.

Cuando tenía dos años, un misil talibán impactó en el patio de su casa, su hermanito murió, su padre fue herido y ella sufrió una lesión en la médula espinal.

Limitada físicamente encontró en el deporte la vía para seguir adelante a pesar de las discriminaciones. Integrada al equipo de baloncesto en sillas de ruedas ha disputado varios Juegos Asiáticos.

Su objetivo eran los Juegos Paralímpicos de Tokio, pero no logró la clasificación.

Por medio de amigos periodistas españoles que inmediatamente difundieron su caso por redes sociales Bayat logró contactar con la Federación Española de Baloncesto y pedir ayuda.

“No puedo salir y sé que no estoy segura aquí. Los talibanes me matarán. No les gustan las mujeres como yo. Tengo miedo porque hasta hace 20 años ellos gobernaban Afganistán, y fue entonces cuando me hirieron y quedé en sillas de ruedas” escribió la atleta.

En Bilbao Bayat narró los días pasados, su odisea para llegar al aeropuerto, y agradeció a todas las personas que les ayudaron a salir de su país. Dice estar contenta y triste a la vez.

“Los talibanes nunca cambian y son más peligrosos que hace veinte años. Estoy muy triste porque el resto de países avanza y el nuestro retrocede, especialmente por las mujeres, que están en peligro, no pueden trabajar ni tienen derechos.

“Estoy muy preocupada por mi familia y el resto de personas que han quedado allí.Cada vez que veo las noticias me da dolor de cabeza” expresa de acuerdo a la prensa ibérica.

La solidaridad podría continuar con otro caso similar.

Latifa Sakhizadeh, otra jugadora del equipo afgano de baloncesto en silla de ruedas, ha enviado un correo electrónico a otro club del País Vasco.

“Por favor, ayudadme. Mi vida no está segura. La seguridad de mi país no es buena, los talibanes me matarán”, aseguró en su correo electrónico en inglés Esta jugadora se encuentra en Kabul con su marido y sus padres.

Con la llegada de los talibanes el deporte femenino afgano está amenazado de muerte tras el terror ya sufrido entre 1996 y 2001.Las atletas viven aterrorizadas, escondidas y buscando abandonar su país de acuerdo a diversas fuentes.

Este miércoles Australia evacuó a más de 50 futbolistas afganas, familiares y oficiales deportivos , después de la presión de figuras destacadas del mundo deportivo, informó el martes la Australian Broadcasting Corporation (ABC), según Reuters.

Alrededor de 1.000 personas han sido evacuadas en vuelos australianos desde Kabul y entre ellas se encontraban esas deportistas.

FIFPRO, la asociación mundial de futbolistas profesionales muy involucrada en los esfuerzos para sacar a los atletas, confirmó la evacuación del grupo pero sin dar cifras.

“Expresamos nuestro agradecimiento al Gobierno australiano, por la evacuación de gran número de mujeres futbolistas y atletas de Afganistán. Estas jóvenes mujeres, como atletas y activistas, se han encontrado en situación de peligro y, en nombre de sus colegas de profesión de todo el mundo, agradecemos a la comunidad internacional el haber acudido en su ayuda.

“Quisiéramos expresar nuestro reconocimiento al trabajo incansable que han realizado día y noche muchas personas; entre ellas, Khalida Popal, Kelly Lindsey, Nikki Dryden, Alison Battisson, Haley Carter y Craig Foster, al ayudarles a conseguir una vía segura para salir de Afganistán.

“Todavía queda mucho por hacer para ayudar y establecer a estas jóvenes, e instamos a la comunidad internacional a asegurar que reciban toda la ayuda que puedan necesitar. Quedan muchas atletas en situación de riesgo en Afganistán, y debe realizarse todo esfuerzo posible para ofrecerles ayuda”.

Una pionera del fútbol afgano de mujeres, Khalida Popal, -refugiada en Dinamarca-, calificó este gesto de “importante victoria”.

La semana pasada Popal había escrito un mensaje a sus compatriotas : “Huyan de sus casas, de los vecinos que saben que son pioneras del deporte e intenten borar su historial.Eliminen sus canales de redes sociales, destruyan sus fotos y escóndanse”.

Popal impulsó el primer equipo nacional de mujeres en 2007. Se retiró del deporte en 2011 para concentrarse en promover el fútbol femenino en su país, un sueño que sigue buscar a pesar de su exilio.

No ha habido confirmación oficial sobre el número exacto de jugadoras de fútbol de Afganistán en el vuelo que salió de Kabul. Se cree que las deportistas representan más de la mitad del número mencionado.

La toma del poder por los talibanes es preocupante para muchas atletas afganas, como Zakia Khudadadi, que debería haber hecho historia cuando estaba camino a convertirse en la primera mujer en representar a su país en los Juegos Paralímpicos de Tokio inaugurados 24 de agosto.

El Comité Paralímpico Internacional reveló el miércoles que ella y Hossain Rasouli, el otro miembro del equipo de Afganistán, estaban a salvo fuera del país, pero que no participarían en los Juegos Paralímpicos de Japón.

La velocista Kimia Yousofi, abanderada de Afganistán en los Juegos Olímpicos de Tokio, se preguntó si sería la primera y la última mujer en desempeñar ese papel para su país. Fue eliminada en las eliminatorias de 100 metros en Tokio, como lo fue en Río en 2016.

Las operaciones de rescate de los afganos que han colaborado con las tropas de Estados Unidos y sus aliados, y en cuyo proceso han logrado ingresar deportistas con visas humanitarias, son cada vez más complicadas a medida que se acerca el 31 de agosto, presuntamente el día final de las evacuaciones.

Los aviones vuelan a tope para sacar al mayor número de gente en el menor tiempo posible.

Todos saben que mucha gente en peligro va a quedar atrás.

Los talibanes han asegurado que los derechos de las mujeres serán respetados a partir de ahora, dentro del “marco de la ley islámica”. Hasta ahora, pocos les creen tras lo vivido bajo su regimen.

En los últimos 20 años el deporte femenino había abierto una puerta alentado por gobiernos, instituciones y las Organizaciones No Gubernamentales que utilizan el deporte para impulsar el cambio social.

“Desafortunadamente, es difícil no ser pesimistas sobre el futuro del deporte afgano. Podemos pensar en el deporte de alto nivel, pero la verdadera catástrofe tiene que ver con el acceso al deporte para la población, especialmente las niñas”, señala David Blough, exdirector de Play International, una de esas ONG.

Los talibanes han anunciado que no permitirán que las tropas internacionales controlen el aeropuerto más allá de esta fecha y advirtieron que no dejarán pasar más afganos hacia el aeropuerto.

Hay más hombres con armas que cierran el paso a los miles de personas que intentan atravesar el control. Muchos atletas que se consideran amenazados todavía están varados en Afganistán.