Los padres deben entender que criar a un hijo es una carrera de fondo y no un sprint

Vicky Hallett (Especial para The Washington Post)

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Alicia Phillips Mandaville y su hijo Ike se ejercitan juntos en un centro Urban Evolution (Marvin Joseph/The Washington Post)
Alicia Phillips Mandaville y su hijo Ike se ejercitan juntos en un centro Urban Evolution (Marvin Joseph/The Washington Post)

Washington – La paternidad trae innumerables sorpresas. La mayoría involucra los fluidos corporales. Como, por ejemplo, la repentina falta de oportunidades para que mamá y papá suden.

"Antes, ambos nos levantábamos por la mañana y solíamos hacer ejercicio", explica Amanda Holliday, una profesora de baile y fitness que tuvo un hijo en 2016. "Eso ya no ocurre ahora". Incluso si hay la posibilidad de llevarse al pequeño a uno de los entrenamientos, no todo queda en el número de repeticiones ni en la ropa que hay poner en la bolsa del gimnasio.

Y a pesar de que parece que debería ser más fácil dejar de lado el tiempo a medida que nuestros hijos se convierten en preadolescentes, lo mejor, según aconseja Jennifer Lungren, de 44 años es no contar con eso. Ella ha estado enseñando clases de acondicionamiento físico para madres durante 15 años. Gracias a sus cuatro hijos (de 8, 10, 13 y 15 años), todas las tardes, noches y fines de semana son una confusión entre actividades.

Si no deseas tomar un descanso de 18 años de ejercicio, considera estas estrategias para que los entrenamientos funcionen para las familias.

Padres de bebés.

Enhorabuena, ahora tienes a tu cargo un bebé que llorará y gritará si no le prestas atención constantemente.

Según dice Holliday, de 30 años y que rápidamente descubrió que su hijo era más feliz cuando se acurrucaba y se balanceaba en un portabebés, esta situación puede ser una gran oportunidad. Mecerlo para dormir a las 3 de la madrugada se volvió algo aburrido, por lo que experimentó añadiendo algunos movimientos de salsa. Fue un compañero tan bueno que creó una clase de baile para bebés, el Baby Mombo, que comenzó a enseñar cuando él tenía 8 semanas de vida. Piensa en pasos suaves y en la danza del vientre para aumentar el ritmo cardíaco y trabajar el centro del cuerpo, además de hacer sentadillas para tonificar.

Urban Evolution co-owner Malikah Lakhani, dueña de Urban Evolution, junto a sus gemelos, Rahi y Rumi, de 2 años (Marvin Joseph/The Washington Post)
Urban Evolution co-owner Malikah Lakhani, dueña de Urban Evolution, junto a sus gemelos, Rahi y Rumi, de 2 años (Marvin Joseph/The Washington Post)

"Las personas lo han tomado a diferentes niveles de sueño", comenta Holliday, que mantiene la coreografía simple. Y, por supuesto, a medida que el niño se pone más pesado, eso se convierte en un desafío.

También hay otras cosas que puedes hacer con un niño en una carriola, como correr o hacer un programa estructurado. El más conocido, posiblemente, sea Stroller Strides, una clase desarrollada por Fit4Mom, que tiene franquicias en todo el país. La idea es realizar movimientos de cuerpo completo con canciones para mantener a todo el mundo entretenido.

Lauren Gerard, de 27 años e instructora de Fit4Mom en Washington y que no hizo ningún tipo de ejercicio durante el año después del nacimiento de su hija de 3 años, dice que lo importante es simplemente comenzar a hacer algo. "Todo parecía una tarea monumental", recuerda. Pero una vez que logró ir a un entrenamiento, descubrió que la energía le duraba todo el día.

Padres de niños pequeños.

Una vez que los niños pasan de gatear a caminar, todos los padres se convierten en velocistas expertos. Pero la mayoría de las veces, el trabajo de un salvavidas es bastante sedentario, lo que significa perder oportunidades de ejercicio.

Por lo tanto, en las nuevas clases para niños pequeños en Urban Evolution Parkour Gym, los propietarios Salil Maniktahla y Malikah Lakhani (que tienen gemelos de dos años) han hecho obligatoria la participación de los padres. El objetivo es ayudarlos a aprender a escalar, equilibrarse y caer con sus hijos. "Así es como jugamos con nuestros propios hijos", comenta Maniktahla. Los padres pueden aprender más experimentando en lugar de solo supervisar. Además, dice, salir de un pozo de espuma es realmente difícil.

Richard Colmorn, de 8 años, se toma un descanso después de una sesión de gimnasia (Marvin Joseph/The Washington Post)
Richard Colmorn, de 8 años, se toma un descanso después de una sesión de gimnasia (Marvin Joseph/The Washington Post)

Holliday, que enseña derivaciones del popular entrenamiento de baile Zumba – Zumbini (edades entre los 0 y los 4 años) y Family Zumba (entre los 4 y más mayores), también está de acuerdo. "Es curioso cómo muchos padres vienen en jeans la primera vez y acabamos sudando", señala ella mientras admite que quieren que salten como canguros no solo cuando están con ella sino también cuando están en casa o en el parque. A pesar de que andar vagando en el patio de recreo "no va a provocar la pérdida de 10 kilos", es una forma de hacer algún tipo de ejercicio adicional.

Idealmente, eso es un complemento del tiempo que también tú estás tomando. "Tienes que reservarte para ello", dice Shea Miller, de 38 años, que tiene dos hijos, de 4 y 18 meses. Está dedicada a las clases de Body Back Boost de Fit4Mom, entrenamientos de alta intensidad destinados a las mamás sin sus hijos. A veces, ella está allí a las 8pm, justo después de acostar a los pequeños. Otros días son las 5:45 de la mañana, antes de alguien más en casa se despierte (su truco para prepararse rápido en la mañana: dormir con su ropa de entrenamiento).

Hace poco, Miller y otras mamás discutieron sobre cómo el movimiento más difícil, por lo general, es escaparse de la casa. "Mi hija me dice: '¡No te vayas!'", confiesa Cathy Weber, de 40 años. El grupo la tranquilizó: salir a hacer ejercicio no es egoísta. Es ser un modelo a seguir.

Padres de niños en edad escolar.

Naturalmente, los niños sentirán curiosidad acerca del tipo de actividades que realizan para mantenerse en forma y, a medida que crecen, pueden hacerlo contigo: recorrer un sendero o adoptar posturas de yoga. Puede ser gratificante prestar atención a lo que disfrutan y encontrar formas de unirse a ellos.

Clay Smith, de Mobile (Alabama), nunca había sido un corredor. Pero cuando su hijo Stone tenía 6 años y ya era bastante rápido, su profesor de gimnasia le recomendó inscribirlo en una 5K. Entonces, padre e hijo entrenaron durante semanas. "Y pasamos un buen rato", dice Smith, de 42 años, que acredita a su hijo de 13 años por ayudar a toda la familia (incluyendo a su esposa, Christi, y a su hija de 11 años, Audrey Kate) a entrar en el mundo del fitness y en el hábito de correr juntos siempre que sea posible.

"Cuando mi hijo se despertaba un sábado por la mañana y me pedía pasar tiempo conmigo, no quería rechazarlo", comenta Smith. Las carreras de todo tipo se han convertido en su actividad social favorita y es por eso que cuando vivieron en Washington el verano pasado, debido al trabajo de Smith, todos salían a trotar a la calle junto a otros miembros del club Pacers Running. ¿El consejo de Smith? Encontrar una comunidad, especialmente una con otros padres e hijos, hace que se más fácil salir a correr.

Para Jonathan Hill, de 39 años, y Jennifer Dolan, de 42 años, el parkour o la carrera de obstáculos es la forma que tienen de vincularse con su hija de 10 años y su hijo de 8. Descubrieron la Urban Evolution cuando vieron que las clases para niños y adultos, a menudo, se alineaban en el horario. Ahora todos los miembros de la familia están obsesionados por esa práctica.

"La logística es mucho más fácil cuando todos necesitan estar en el mismo lugar al mismo tiempo para las clases", comenta Dolan. También se llevaron la filosofía del parkour a casa cuando transformaron su sótano en una "zona de entrenamiento para niños y adultos", con anillos y cuerdas, entre otras cosas.

Lungren, que recientemente realizó una carrera de 40 minutos mientras su hija de 8 años pedaleaba una bicicleta a su lado, recomienda a las familias que analicen si hay forma de hacer ejercicio a la vez. Su ritmo se igualó y pudieron charlar a lo largo de todo el camino. Cuando llegaron a casa, su hija preguntó: "¿Podemos hacer eso de nuevo alguna vez?". Para Lungren era como si estuvieran haciendo Stroller Strides de nuevo.

Padres de preadolescentes y adolescentes.

Tus hijos, finalmente, son más "independientes". ¿Tú? No tanto.

Lungren apunta que sus hijos mayores ocasionalmente dan vueltas o levantan pesas con ella, pero ellos lo hacen de forma mucho más rápida. Ella y su esposo planifican su horario semanal todos los domingos. Si los niños tienen una clase de natación a las 7 de la mañana y necesitan llegar a las 6 para calentar, esa hora es ideal para que Lungren pueda correr. Ella tiene el hábito de guardar en su automóvil algunas pesas y una estera de yoga. No ocupan mucho espacio y le permiten hacer entrenamientos sobre la marcha.

Una lección que los padres deben recordar cuando hacen ejercicio con adolescentes, advierte Ricky Ricardo Aguilar, que dirige el programa para niños de Urban Boxin DC, es que tú no eres su entrenador. Y presionarlos demasiado puede ser contraproducente. "Te metes con su autoestima", explica Aguilar, de 44 años, que habla por experiencia como padre soltero de dos niñas atletas, ahora de 25 y 26 años. Si pudiera volver a hacerlo, sería menos sargento: "Por supuesto que queremos lo mejor para nuestros hijos, pero puedes perder la noción de lo que es importante".

Fue contratado recientemente para hacer una sesión de entrenamiento personal para toda una familia: un hijo adolescente, una hija de 20 años y sus padres. "El padre le estaba dando duro, la madre era un poco más lenta, pero nadie se sintió excluido", comenta Aguilar. "En el boxeo, todos están en su propio nivel".

El ring también ofrece una metáfora adecuada para hacer ejercicio mientras crías a tus hijos: tienes que rodar con los golpes.