Una cabeza de vidrio de hace 3.000 años ahonda en uno de los misterios más antiguos de la Biblia

Por Avi Selk

Compartir
Compartir articulo
(Ilan Ben Zion/AP)
(Ilan Ben Zion/AP)

Enterrado bajo las colinas de la frontera norte de Israel, en el nexo de tres antiguos reinos, es uno de los últimos enclaves bíblicos que aún no se habían descubierto. Eso es lo que dijo un equipo internacional de arqueólogos tras iniciar las operaciones para desenterrar las ruinas de Abel Beth Maacah hace cinco años.

La ciudad perdida es también uno de los lugares más enigmáticos mencionados en el Antiguo Testamento.

Según la leyenda, escribieron los arqueólogos, Abel Beth Maacah era una encrucijada fortificada que conectaba los reinos de Israel, Damasco, Tiro y, "quizás la sede de un oráculo local". No está claro a qué rey pertenecía o si, de lo contrario, formaba parte de un cuarto reino llamado Maacah.

En la Biblia se cuentan pocas historias sobre la ciudad y todas son más confusas que esclarecedoras para los científicos que quieren saber qué fue en realidad Abel Beth Maacah.

Una vez, un traidor al rey David de Israel se refugió en Abel, según cuentan los Libros de Samuel. En consecuencia, los hombres del rey empezaron a asediar la ciudad. Cuando estaban a punto de embestir un muro, una "mujer sabia", los llamó desde adentro.

"¿Por qué quieren engullir la herencia del Señor?", preguntó ella.

Los soldados dijeron que solo querían al traidor. Entonces, la "mujer sabia" ordenó a su gente a cortar la cabeza de ese hombre y la arrojó sobre la pared. Fue así como el rey David dejó en paz a Abel Beth Maacah.

Y luego, un siglo más o menos después de ese episodio, si se puede confiar en la datación del radiocarbono, este pequeño individuo apareció en Abel.

El equipo de arqueólogos dirigidos por Israel y Estados Unidos estuvo aproximadamente cinco años en sus investigaciones, "excavando en el suelo de una estructura masiva de la Edad de Hierro", cuando encontraron la cabeza debajo de la parte superior del sitio, de acuerdo a informaciones de Associated Press.

La cabeza, exquisitamente tallada, medía unos cinco centímetros, estaba enterrada en un montón de tierra que databa entre el 900 y el 800 aC, un período en el que el rey David había dividido en dos reinos Israel y cuando Abel habría estado en medio de una complicada lucha de poder geopolítico entre sus muchos vecinos.

Esta situación plantea la siguiente pregunta: ¿quién era el hombre cuya de la figura y qué representaba para la gente de Abel?

"Probablemente estemos suponiendo que era un rey, pero no tenemos una forma de probarlo", dijo a LiveScience Robert Mullins de la Universidad Azusa Pacific, que codirigió el lado estadounidense de la excavación.

Que el hombre era importante es obvio. Incluso aparte de su corona, su elegante barba y su elegante cabello, apuntó Associated Press, fue diseñado con una precisión artística casi inaudita para esa época y región.

"Sus ojos y pupilas en forma de almendra están delineadas en negro y los labios fruncidos le dan una mirada que es, en parte, pensativa y, en parte, dura", escribió la universidad en un comunicado de prensa. Según, la institución universitaria, ese objeto está hecho de un material similar al vidrio, más comúnmente visto en joyería de la Edad de Hierro. Los arqueólogos se apresuraron a exhibirlo en el Museo de Israel, donde simplemente se le etiqueta como "cabeza de una estatua que representa a un rey".

¿Qué rey es ahora la cuestión central y la respuesta podría arrojar más luz sobre el misterio de Abel Beth Maacah?

"Prácticamente no existen fuentes extra bíblicas para aclarar este asunto", remarcaron los arqueólogos para hablar de la historia de la ciudad. Y las referencias de la Biblia a Abel son invariablemente breves y vagas.

Pero lo que los científicos han descubierto sugiere que Abel, probablemente, cambió fluidamente reyes y lealtades a lo largo del siglo IX a.C., lo que significa que la cabeza esculpida podría pertenecer a uno de los monarcas que estuvo implicado en los muchos enfrentamientos.

Curiosamente, dos de las cosas más probables es que conectarían íntimamente la cabeza con uno de los personajes más notorios de la Biblia: la Reina Jezabel de Israel.

En la Biblia, Jezabel generalmente se representa como una traidor blasfema a su reino, que eventualmente fue arrojada por una ventana, pisoteada por caballos y comida por perros. Durante siglos después, se convirtió en sinónimo de inmoralidad, y ahora es el nombre de un derivado de la plataforma web Gawker.

Pero, históricamente, Jezabel pudo haber sido vilipendiada injustamente, tal y como ha argumentado un autor. En cualquier caso, ella era una poderosa reina que unía a las familias de dos reinos vecinos: la hija del rey Etball de Tiro y esposa del rey Acab de Israel.

Y los dos hombres gobernaron alrededor de la época en la que se talló la cabeza.

"Dado que la cabeza se encontró en una ciudad en el límite de tres reinos antiguos diferentes, no sabemos si representa los gustos del rey Acab de Israel, el rey Hazael de Aram-Damasco o el rey Ethball de Tiro, tres gobernantes conocidos por la Biblia y otras fuentes documentales", escribió la Universidad Azusa Pacific. "La cabeza representa un enigma real".

Ya sea que las ruinas de Abel Beth Maacah tenga la semejanza del esposo de Jezabel, su padre o algún otro rey, los arqueólogos planean regresar al sitio a finales de este mes y seguir excavando.

Quizás entonces encuentren el cuerpo de la estatuilla u otra pieza de un rompecabezas de casi 3.000 años de antigüedad.