Como carne y salgo con un vegano

Por Jordi Llorca

Compartir
Compartir articulo
Foto por Àngela y Flickr
Foto por Àngela y Flickr

La controversia desde dentro de la pareja.

El veganismo suele ser tema habitual de conversación si tienes amigos que lo son —en mi caso, más bien amigas—. Desde hace un tiempo, he pasado de una opinión de cuñado omnívoro con frases como "¿solo comes lechuga?", a comprender muchos de los motivos que les mueven a dar la espalda a la gran industria cárnica, cosmética o textil.

Cuando te informas y conoces los argumentos y principios, como con el clarividente documental Cowspiracy: The Sustainability Secret —está en Netfix, te das cuenta de por qué el número de veganos no para de aumentar. No se me ocurre nada más persuasivo que conseguir un mundo mejor. Esto es así.

Entre otras cosas, me hizo reflexionar sobre cómo sería salir con un vegano siendo como soy, omnívoro —omni para los amigos—, y decidí hablar con la parte más carnívora de este tipo de parejas para que me contase cómo se convive con alguien que, según la Vegan Society, "busca excluir todas las formas de explotación y crueldad con los animales, ya sea alimento, ropa o cualquier otro propósito".

Álvaro y Àngela celebrando el primer zumo de su exprimidor. Foto por Àngela
Álvaro y Àngela celebrando el primer zumo de su exprimidor. Foto por Àngela

Álvaro, 32 años. Cada vemos menos omni y más vegano

Àngela es mi primera pareja vegana. Me llamó la atención que no comiera carne, pero enseguida me sorprendió mucho más su compromiso. Una pareja puede tener virtudes, pero resalta por sí sola esa sensibilidad con los animales y el medioambiente. No solo es la comida. Es una filosofía para cambiar el chip y romper con lo que te han dicho toda la vida. Las cosas se pueden hacer de otra manera. Fue un shock al principio, sobre todo cuando averiguas lo que hay detrás del sistema.

Aunque más allá de los principios, lo que comenzó a preocuparme fueron las rutinas o cenas con amigos. En ese momento lo veía como un hándicap, pero como vas entrando en la rueda al compartir la vida con esa persona, le vas restando importancia. Tenía sensibilidad por el mundo animal con anterioridad, pero no entraba en mis planes acercarme cada vez más al mundo vegano.

De vez en cuando como queso y pescado, pero piensas “joder, ¿cómo es posible tener esa doble moral?”

También tuvimos rifirrafes porque ella lo tiene muy claro y yo no me lo había planteado. Ella, al sentirlo tanto, presionaba un poco. Situaciones como querer comerme un filete de atún y que ella te soltara una reflexión sobre lo perjudicial que es tanta carne en el organismo o las buenas praxis que se hacen en países como la India. Incluso por un jersey. Te pones a la defensiva, pero viene dado porque tiene razón y cuesta verlo.

Al acercarme al veganismo, me siento como cuando un niño descubre algo nuevo: lo propago por todos lados con exaltación. De vez en cuando como queso y pescado, pero pienso "joder, ¿cómo es posible tener esa doble moral?", pues porque he estado 32 años haciéndolo y cuesta. Es comprensible y mi pareja lo sabe.

Andrea y Oriol con su inseparable carlino: Bimba. Foto por Andrea
Andrea y Oriol con su inseparable carlino: Bimba. Foto por Andrea

Oriol, 23 años. Hizo comer carne a su pareja sin querer

Llevo más de cinco años con mi novia Andrea, y ha pasado por distintas etapas. Cuando la conocí era ovolacteavegetariana, aunque se podría decir que por mi culpa volvió a comer carne. No fue intencionado, sino que íbamos a bares o restaurantes y comenzó a picotear de mi plato. Ya sabes, no dejó de comer bistecs porque no le gustaran, sino más bien por pena hacia el trato animal.

Ocurrió un par de veces durante muy poco tiempo y, para que no volviera a suceder, decidió entrar de lleno en el veganismo. Cuando me lo dijo, no pensaba que iba a aguantar por el cambio tan radical, pero desde hace año y medio puedo decir que estoy saliendo con una vegana.

De vez en cuando algún conocido suelta frases como “esto del veganismo es una estupidez” y ella salta

La verdad es que lo llevamos muy bien. Ella sabe que soy difícil para la comida, me cuesta probar cosas nuevas, sobre todo vegetales, pero desde que está tan concienciada, hemos ido a más restaurantes y me atrevo con más platos. Como mucho mejor y tengo más encuentros con el tema de la ropa y demás. Me imagino que le gustaría que terminase siendo vegano, pero a día de hoy me veo incapaz.

Nunca hemos tenido discusiones entre nosotros por el tema, pero sí que es cierto que de vez en cuando algún conocido suelta frases como "esto del veganismo es una estupidez" y ella salta. Es normal. Antes yo también pensaba así. Lo veía como muy extremo, pero con Andrea he visto que no es para tanto y por eso, ante esos comentarios, les cuento mi cambio de opinión para que lo entiendan. Lo más fuerte es que hay muchísimas personas que no saben la diferencia entre vegano y vegetariano. Falta información.

Manuel, su hija Cloe y Aliona. Foto por Manuel
Manuel, su hija Cloe y Aliona. Foto por Manuel

Aliona, 32 años. No quieren elegir por su hija

Mi marido dejó de comer carne por salud hace algo más de un año. Siempre tenía problemas gástricos con su sobrepeso y desde que cambió su dieta está mucho más activo y saludable. Ha bajado muchos kilos y es más exigente. Yo sigo comiendo sobre todo pescado y, si lo hago en casa, se altera un poco porque huele mucho. Eso sí, cuando salimos fuera tengo carta blanca.

Nuestra pequeña Cloe va a cumplir un añito y come de todo. De hecho, él le da de comer a menudo, aunque a veces siento que le molesta el olor a carne o pescado. No queremos elegir por ella, aunque su padre tiene una gran sensibilidad y seguramente influirá. Por el momento, mi hija escoge antes una pieza de fruta que una galleta. Eso tiene que ser positivo.

Todo ha cambiado, incluso el tema sexual. No sé a quién le tengo que dar las gracias, pero últimamente está más salvaje

Si me preguntas si prefiero el antes o el ahora no sabría decirte. Es muy difícil. Antes improvisábamos más y ahora siempre hay que pensar el qué o el dónde. Lo bueno es que comemos tanta variedad, tantos cereales y verduras que nos encanta.

En esos sitios, la fruta y la verdura son más caras, pero como comíamos carne y pescado a todas horas, a día de hoy salimos ganando. Todo ha cambiado, incluso en el tema sexual. No sé a quién le tengo que dar las gracias, pero últimamente está más salvaje.

Para entender este mundillo todavía falta mucha empatía y educación. Tenemos muy arraigado que la proteína es la carne. Hay poca información y la gente no lo entiende. Si salimos con amigos todos nos dicen que nos faltan nutrientes. ¡Incluso a mí! Ahora resulta que se preocupan por nuestra salud, pero antes, cuando comíamos mucho en McDonald's y nos inflábamos a carne y patatas fritas, no veían problema alguno. El mundo al revés.

Yasmina y Josué. Foto por Yasmina
Yasmina y Josué. Foto por Yasmina

Yasmina, 22 años. Le encanta el no-queso que le ha descubierto su novio

No me obliga ni me atosiga con el tema, pero sí que es cierto que ahora tengo más conciencia. Cuando voy al mercado, me cuesta mirar los aparadores con toda la carne a la vista. Más que comida, son seres vivos. No descarto ser vegana a largo plazo, aunque a día de hoy no me veo. Como menos carne, pero sigue estando en mi alimentación.

Nos solemos complementar muy bien cuando vamos a cenar por ahí. Ya estoy acostumbrada a sus ideales, por lo que, si he quedado y vamos a un japonés o chino, le pregunto si se apunta porque sé que hay opciones veganas. Y si vamos a otro sitio y me pido, por ejemplo, una pizza omni, no me pone malas caras. Conozco casos de veganos que solo quieren salir con veganos, pero me imagino que dependerá de la empatía.

Me hace mucha ilusión probar su no-pollo, su no-atún o, incluso, su no-pato

Si estamos en su casa, cocina él. Me pongo superfeliz con lo que haga porque me da bastante pereza cocinar. Además, me hace mucha ilusión probar su no-pollo, su no-atún o, incluso, su no-pato. Hace un tiempo probé el no-queso y está bastante bueno. Si sacan el de roquefort me lo plantearé en serio.

Ni mi familia ni mis amigos le han tratado distinto porque sea vegano. Solo se sorprenden un poco cuando les digo que no come miel, pero ya está. Me imagino que será el reflejo de que algo está cambiando para bien. O al menos eso espero.

Sigue al autor en Instagram: @jllorca

Publicado originalmente en VICE.com