En 'El régimen', Kate Winslet equilibra humor y autocracia

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TelevisionWinslet, KateThe Regime (TV Program)

En la serie limitada de humor absurdo de HBO, Winslet interpreta a una dictadora centroeuropea que va inventando cosas sobre la marcha.

La canciller Elena Vernham quiere que sepas que "no es nada ridícula". Nunca serviría salmón en un acto oficial. (Eso sería "dócil").

El personaje de ficción, interpretado por Kate Winslet en la nueva serie limitada de humor negro de HBO, El régimen, es una autócrata neurótica que está perdiendo el control de su país. Un intertítulo al principio de la serie, que se estrena el domingo, anuncia que nos encontramos en algún lugar de "Europa Central", en un país cuya hortaliza oficial es la remolacha azucarera. Como dice una senadora de EE. UU. interpretada por Martha Plimpton durante una visita oficial: "¿Una mujer líder fuerte que cuida de su pueblo y resiste a China? Todo eso nos encanta".

Sin embargo, el pueblo de Elena sufre un desempleo masivo y muchos pasan hambre. Por eso resulta un poco chocante que en Navidad emita un mensaje al país, y sea un video de ella cantando "Santa Baby", con una minifalda de piel y botas.

"Quería hacer algo que se sintiera absurdo", dijo Winslet en una entrevista en video desde su casa en Sussex, Inglaterra. Elena es hipocondríaca y agorafóbica, y Winslet dijo que, desde un punto de vista político, su personaje "tiene absolutamente momentos donde se inventa cosas".

Es "temeraria", dijo Winslet, "y a la vez está aterrorizada del mundo".

El régimen es una creación de Will Tracy, cuyos anteriores trabajos como guionista incluyen Succession y la sátira gastronómica El menú, dos proyectos en los que también aparecen personajes delirantes, ebrios de su propio poder. Tracy dijo que disfruta crear personajes tiránicos "porque han creado una situación en la que no se puede discutir ni razonar con ellos".

Ha estado obsesionado con la lectura sobre geopolítica y regímenes autoritarios desde el final de su adolescencia, dijo. Para El régimen, investigó a líderes de Siria, Rusia y Rumanía, y descubrió que compartían "una relación inestable con la realidad" y "una necesidad desesperada de supervivencia".

En una entrevista, se mostró reacio a nombrar las figuras de la vida real que inspiraron el personaje de Elena, porque no quería que la serie se entendiera como un pastiche. Sin embargo, los telespectadores más avispados se darán cuenta de que la canciller comparte nombre (y carrera científica) con Elena Ceausescu, esposa del dictador rumano Nicolae Ceausescu. O que el palacio de Elena sea una burbuja en cuarentena, como lo fue la residencia del Presidente de Rusia, Vladimir Putin, durante los primeros días de la pandemia.

También había potencial cómico, dijo Tracy, en la idea de que los países europeos más pequeños --como el de Elena-- que no son miembros de la OTAN o de la Unión Europea podrían ser "relegados a la mesa de los niños de la geopolítica". Si eres "un cierto tipo de líder autoritario, paranoico e inseguro, eso podría acomplejarte rápidamente", dijo.

Pero Winslet fue categórica al afirmar que El régimen no es "un documental, no es una recreación de hechos históricos".

"No es un programa sobre hechos actuales", añadió.

Tracy dijo que le parecía más responsable --y más divertido-- crear su propio mundo en lugar de asumir el bagaje de la historia de un país real. Las escenas del palacio se rodaron en el palacio de Schönbrunn, en Viena, para crear la sensación de un país "que vive en las ruinas de su antiguo prestigio cultural", dijo.

La tierra de Elena es rica en cobalto, que interesa a Estados Unidos. La canciller es "más o menos una tirana y un monstruo al principio de la serie, pero Estados Unidos parece bastante dispuesto a hacer negocios con ella", dijo Tracy.

Sin embargo, es lo bastante consciente de sí misma como para saber también cómo la ven en Occidente, y se refiere a sí misma en broma como "una rubia chabacana de un país chabacano". Consolata Boyle, la diseñadora de vestuario del show, dijo que había trabajado con Winslet para crear un look que virara hacia "lo de mal gusto o lo vulgar", lo que implicaba vestidos de tejidos sintéticos y siluetas ceñidas al cuerpo.

Sin embargo, su pelo inmaculadamente peinado y sus ceñidos vestidos ajustados forman parte de una elaborada actuación. Habla con la mandíbula desencajada y un ceceo apenas perceptible de niña pequeña. Winslet declaró que quería que el impedimento del habla de su personaje, al igual que su vulnerabilidad, fuera "algo que se esfuerza mucho por ocultar todo el tiempo y que la ha perseguido durante toda su vida".

El ceceo sale a relucir sobre todo cuando va a visitar el cadáver de su padre y habla con él. Él también fue político, aunque murió antes de alcanzar el poder, y su cuerpo conservado yace en el mausoleo de palacio. Al igual que Elena busca la validación de Occidente, también sigue anhelando la aprobación de su difunto padre.

Pero la serie se centra realmente en la relación de Elena con otro hombre, Herbert Zubak (Matthias Schoenaerts), un apuesto soldado apodado "El carnicero", quien es contratado para hacer ondear un aparato que mide la humedad del aire delante de la hipocondríaca canciller vaya donde vaya, porque está aterrorizada de que el palacio esté infestado de moho. Pero a lo largo de los seis episodios de la serie, Elena y Herbert se hacen íntimos.

Schoenarts afirmó que Hubert y Elena eran "dos personas que nunca deberían haberse conocido", que se obsesionan la una con la otra. Mientras Elena lucha por mantener su poder cuando la opinión pública cambia, la pareja "encuentra algo en el otro que los mantiene vivos un poco más", dijo Schoenarts.

Según Winslet, el núcleo de la serie es una mujer que lucha por su pequeño país y, a veces, no tiene ni idea de lo que está haciendo. Según la actriz, eso apeló a su propio sentido del humor, y añadió que le atraía "cualquier cosa que sea un poco maliciosa y que implique que la gente se ridiculice a sí misma". (Añadió que era "una gran fan de Will Ferrell y Blades of Glory", añadió).

Interpretar a Elena ha sido "divertidísimo", dijo, sonriendo. "Tengo que hacerle saber al público que esto es algo de lo que pueden reírse".