¿Plasma para todos? Por qué no es posible el tratamiento experimental en forma masiva para COVID-19

El plasma convaleciente se ha transformado en uno de los tratamientos más utilizados contra el coronavirus, frente al fracaso de drogas que generan efectos adversos. Existen varios requisitos para donar y también para recibir la donación, según el protocolo de cada institución médica

Compartir
Compartir articulo
Un enfermero con mascarilla y guantes muestra plasma sanguíneo de una persona que se recuperó del COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus, que será utilizado en pacientes críticos, en un banco de sangre en Basora, Irak. 20 de junio, 2020. REUTERS/Essam Al-Sudani
Un enfermero con mascarilla y guantes muestra plasma sanguíneo de una persona que se recuperó del COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus, que será utilizado en pacientes críticos, en un banco de sangre en Basora, Irak. 20 de junio, 2020. REUTERS/Essam Al-Sudani

El plasma es una parte de la sangre que queda cuando, al extraerla, decantan los glóbulos rojos y blancos. La parte líquida, sin células, que suele ser de tono amarillo, es el plasma. Cuando una persona se infecta con un virus, patógeno o microorganismo que lo enferma la primera respuesta parte del sistema inmune. Este produce anticuerpos con las células de los glóbulos blancos.

Bien conocido por los argentinos debido a la epidemia de fiebre hemorrágica argentina que azotó al país hace 70 años, el tratamiento de plasma inmune de convaleciente, que logró reducir significativamente la letalidad gracias al destacado trabajo del doctor Julio Maiztegui, hoy se transformó en una de las mejores armas contra la enfermedad COVID-19 que origina el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, hasta tanto haya una vacuna eficaz para combatirlo.

“Cuando una persona se infecta con un virus, patógeno o microorganismo que lo enferma, la primera respuesta parte del sistema inmune. Este produce anticuerpos con las células de los glóbulos blancos. Se trata de moléculas que van a defender al cuerpo de aquello que lo enferma. Esos anticuerpos específicos van a atacar directamente al virus. Si bien tenemos anticuerpos para defendernos de otros padecimientos producto de las vacunas, necesitamos que nuestro sistema inmune prepare y tenga listos para usar anticuerpos para el COVID-19. Como aún no tenemos vacunas para él –y, por ende, no tenemos anticuerpos–, cuando el virus llega la persona se enferma. Cuando un sujeto se cura, más allá de la medicación que haya recibido, desarrolló esos anticuerpos que lo ayudaron a curarse”, explicó a Infobae la doctora Laura Bover, graduada en química biológica de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires y doctorada en el Instituto Leloir (en su tiempo Fundación Campomar).

Un hombre se recupera luego de ser tratado con plasma -  REUTERS/Thaier Al-Sudani
Un hombre se recupera luego de ser tratado con plasma - REUTERS/Thaier Al-Sudani

Bover se desempeñó por más de 25 años en el Instituto Leloir, donde integró el grupo pionero en inmunoterapia, bajo la mentoría del premio Nobel César Milstein. En el año 2002, Bover emigró a Estados Unidos para trabajar en la Universidad de Texas, en el MD Anderson Cancer Center, el más relevante hospital de la disciplina en el mundo y desde allí trabaja con más de 70 profesionales interdisciplinarios del mundo en un grupo autodenominado CPC-19 (Convalescent Plasma COVID- 19) a fin de elaborar un sistema de código abierto colaborativo para elaborar un protocolo de emergencia para la utilización del plasma de pacientes convalecientes. Este grupo ha basado el inicio de su trabajo en los protocolos que hizo públicos el doctor Arturo Casadevall, investigador de Johns Hopkins University, en Baltimore, y que ya están siendo usados en nuestro país.

A través del uso de plasma convaleciente de pacientes diagnosticados y recuperados de SARS-COV (coronavirus) los profesionales médicos pueden encontrar una herramienta terapéutica para los enfermos que actualmente luchan contra la infección.

“Cuando se administra plasma convaleciente a una persona susceptible a COVID-19, estos anticuerpos circularán en la sangre, alcanzarán los tejidos y mitigarán la gravedad de la infección. Dependiendo de la cantidad y composición de anticuerpos, la protección conferida por la inmunoglobulina transferida puede durar de semanas a meses, logrando en muchos casos buena respuesta clínica así como disminuir la estadía de internación con buena tolerancia”, explicó a Infobae la doctora Miriam María Méndez (MN 114.480), Jefa del Servicio de Hemoterapia Hospital Alemán.

Los expertos tienen la esperanza de que a medida que más personas contraigan COVID-19 y se recuperen, el número de donantes potenciales continuará aumentando - REUTERS/Essam Al-Sudani
Los expertos tienen la esperanza de que a medida que más personas contraigan COVID-19 y se recuperen, el número de donantes potenciales continuará aumentando - REUTERS/Essam Al-Sudani

Actualmente, el único tipo de anticuerpos disponible para uso inmediato se encuentra en el plasma humano de pacientes convalecientes. A medida que más personas contraigan COVID-19 y se recuperen, el número de donantes potenciales continuará aumentando.

“La experiencia de brotes anteriores con otros coronavirus, como el SARS-CoV-1 o el ébola en 2013, muestra que el plasma convaleciente contiene anticuerpos neutralizantes contra el virus. De manera que lo mismo sucedería en el caso del virus SARS-CoV-2: la terapia pasiva de anticuerpos sería una terapéutica posiblemente eficaz y con escasas o nulas reacciones adversas. Antes del advenimiento de la terapia antimicrobiana en la década de 1940, éste era el único medio de tratar muchas enfermedades infecciosas”, agregó la especialista.

Siguiendo las directivas del Ministerio de Salud de la Nación, cada centro de salud ha desarrollado su propio protocolo para el uso de plasma convaleciente en el paciente con infección moderada a grave por Covid-19, y contemplan desde la elección del donante (paciente recuperado), la obtención del plasma por aféresis hasta la transfusión y la evolución de quien lo recibe (hemovigilancia).

Cuando se administra plasma convaleciente a una persona susceptible a COVID-19, estos anticuerpos circularán en la sangre, alcanzarán los tejidos y mitigarán la gravedad de la infección. REUTERS/Andreas Gebert/File Photo
Cuando se administra plasma convaleciente a una persona susceptible a COVID-19, estos anticuerpos circularán en la sangre, alcanzarán los tejidos y mitigarán la gravedad de la infección. REUTERS/Andreas Gebert/File Photo

“En el caso particular del protocolo de uso de plasma convaleciente del Hospital Alemán, es importante destacar que para su confección se realizó una revisión exhaustiva, tanto de los casos clínicos tratados con pacientes con COVID-19, las publicaciones de instituciones prestigiosas como el John Hopkins Hospital y la Clínica Mayo, hasta los antecedentes de esta terapéutica que fue utilizada en otras situaciones con virus emergentes”, detalla Méndez.

Y agregó: “La utilización de plasma no es para todos igual. Eso lo define el equipo médico que atiende al paciente grave y según el protocolo que sigue la institución donde está internado”.

¿Cómo es el procedimiento de la donación de plasma?

El procedimiento se realiza con un equipo de plasmaféresis que solo extrae unos mililitros de plasma sin ningún otro componente, ni glóbulos rojos, ni glóbulos blancos, ni plaquetas. Estos componentes de la sangre se devuelven luego al paciente sin el plasma, el cual el organismo sustituye rápidamente.

A través del método denominado de aféresis se realiza la extracción de plasma -  REUTERS/Lindsey Wasson
A través del método denominado de aféresis se realiza la extracción de plasma - REUTERS/Lindsey Wasson

Previamente, se lleva a cabo una entrevista al paciente, un examen clínico y pruebas de laboratorio para asegurar la salud del donante y la del receptor anónimo. El tiempo de proceso es de alrededor de 60 minutos.

Es importante destacar que los médicos recuerdan que no todos los recuperados pueden donar, ni todos los pacientes pueden recibirlo. Pero no cualquiera puede ser donante: el porcentaje de donantes es alrededor del 20% de los pacientes enfermos. Y sólo siete de cada diez personas que tuvieron COVID-19 van a generar anticuerpos.

Un enfermo puede generar hasta tres donaciones en un mes (la sangre pasa por el plasmaféresis y luego sin el plasma vuelve al paciente), pero tiene que tienen que pasar, por los menos 30 días de estar recuperado de COVID-19.

La terapia pasiva de anticuerpos sería una terapéutica posiblemente eficaz y con escasas o nulas reacciones adversas
La terapia pasiva de anticuerpos sería una terapéutica posiblemente eficaz y con escasas o nulas reacciones adversas

Consultada si es posible repetir el éxito de esta terapia que tuvo con otros virus como la fiebre hemorrágica argentina, el ébola o el virus H1N!, la doctora Bover afirmó: “No lo sabemos porque la respuesta es diferente en cada virus. En éste estamos aprendiendo, no sabemos cuántos anticuerpos tienen los pacientes que se recuperaron. Necesitamos saber la densidad y detectar de esos anticuerpos la presencia de los que van a impedir al virus entrar al pulmón (anticuerpos neutralizantes), por ejemplo, y qué cantidad de anticuerpos específicos. Estos atacan directamente al virus, en tanto los neutralizantes impiden que se genere un cuadro más grave”.

El infectólogo Fernando Polack, que dirige la Fundación Infant y junto con Bover está realizando un estudio para comprobar científicamente si el plasma de pacientes que han padecido coronavirus sirve para morigerar los efectos en los nuevos contagiados, explicó a Infobae que se trata de un tratamiento muy prometedor, y que existen diferentes mecanismos que justificarían buenos resultados en su uso ya que permite la neutralización del virus, controla la sobreactivación del sistema inmune al responder a la infección y sirve como inmunomodulador del estado hipercuagulable que se da en estos pacientes.

“Sin embargo, todo tipo de decisión médica con respecto a brindar o no tratamiento tiene que estar basado en publicaciones efectuadas en revistas científicas, a fin de verificar la veracidad y seguridad de los datos por parte de editores y otros investigadores que piden revisiones de las afirmaciones brindadas. Basándonos en estudios ya publicados, podemos saber hasta la fecha que es segura la administración de plasma convaleciente en pacientes que cursan la enfermedad COVID-19. El estudio más grande efectuado hasta ahora fue el de la Clínica Mayo que incluyó a 20.000 pacientes. Y menos del 1% evidenció complicaciones en las transfusiones. La conclusión de este estudio evidencia que el uso de plasma beneficia más a los pacientes graves durante los primeros días de cursada la infección”, advirtió el experto.

El investigador Fernando Polack es un referente en infectología a nivel mundial
El investigador Fernando Polack es un referente en infectología a nivel mundial

Y agregó: “Pero cuando vamos a los estudios publicados sobre la eficacia del tratamiento, hay varios pacientes que tuvieron resultados divergentes: algunos a favor y otros en contra de su utilidad. Cuando nos remitimos a ensayos clínicos aleatorizados, es decir, la metodología que se utiliza para verificar si un tratamiento es eficaz o no, comparando el plasma de convaleciente contra placebo, o contra otro tipo de tratamiento estándar, existe a la fecha un solo estudio publicado en la revista JAMA. El estudio fue realizado en Wuhan, China, a 103 pacientes, donde algunos recibieron plasma y otros, placebo. Los resultados no mostraron mejoría en los pacientes hasta 28 días después de tratados. Es por eso que todavía no podemos afirmar a la fecha que el plasma de convaleciente funciona. Por ahora solo existen resultados prometedores”.

Uso de plasma en EEUU

Uno de las instituciones médicas líderes en la investigación de tratamientos contra el COVID-19 es Mayo Clinic. Sus investigadores ya han tratado a más de 20.000 pacientes con plasma experimental de convalecientes, afirmando que fue seguro después de la transfusión. Los resultados del programa para acceso ampliado en la COVID-19, perteneciente a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, constan en Mayo Clinic Proceedings.

Un enfermo puede generar hasta tres donaciones en un mes 
 - REUTERS/Thaier Al-Sudani
Un enfermo puede generar hasta tres donaciones en un mes - REUTERS/Thaier Al-Sudani

El estudio realizado analizó los 7 días posteriores a las transfusiones realizadas entre el 3 de abril y el 11 de junio en pacientes hospitalizados, a quienes se los consideraba en riesgo de avanzar a un estado grave o mortal. De los pacientes, casi el 40 por ciento eran del sexo femenino, el 20 por ciento eran afroamericanos, casi el 35 por ciento era de origen hispano y el 5 por ciento era de origen asiático. Las tasas de mortalidad a los 7 días descendieron a 8.6 por ciento, desde el 12 por ciento mostrado en un estudio sobre seguridad previamente realizado en los primeros 5000 pacientes transfundidos. Los sucesos adversos graves continuaron por debajo del uno por ciento.

“Continuamos esforzándonos por entender el plasma de convalecientes. Nos sentimos optimistas a medida que evaluamos la creciente cantidad de datos, pero siempre nos mantenemos objetivos”, comenta el doctor Michael Joyner, investigador principal del programa para acceso ampliado (EAP, por sus siglas en inglés) en Mayo Clinic y autor principal del artículo.

El informe ampliado sobre la seguridad revela un descenso en la mortalidad que parece coincidir simultáneamente con la disponibilidad más rápida de plasma para transfundir, aunque los autores advierten que esto en sí mismo no aporta ninguna evidencia sobre la eficacia del plasma de convalecientes para tratar la COVID-19. Dado el uso acelerado de la terapia, las investigaciones ahora se amplían para concentrarse en determinar qué indica su eficacia. Por el momento, el tratamiento con plasma de convalecientes es la única terapia basada en anticuerpos para la COVID-19.

Ali Salam Abdullah, un médico iraquí, muestra plasma sanguíneo tomado de una persona que se recuperó del COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus, que será utilizado en pacientes críticos, en un banco de sangre en Basora, Irak. 20 de junio, 2020. REUTERS/Essam Al-Sudani
Ali Salam Abdullah, un médico iraquí, muestra plasma sanguíneo tomado de una persona que se recuperó del COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus, que será utilizado en pacientes críticos, en un banco de sangre en Basora, Irak. 20 de junio, 2020. REUTERS/Essam Al-Sudani

“Los más de 7000 médicos que forman parte del programa han realizado una labor excepcional al ofrecer el plasma de convalecientes a un grupo diverso de pacientes, con una participación femenina del 40 por ciento, así como una cantidad considerable de pacientes de origen afroamericano, asiático e hispano. Esperamos que la participación de sujetos procedentes de grupos minoritarios continúe aumentando, dada la desproporcionada dureza con que la COVID-19 trata a estas comunidades”, señala la investigadora DeLisa Fairweather.

Los investigadores dicen que si bien la tasa de mortalidad ha disminuido, la gravedad de los pacientes de la última parte del estudio fue menor. Y añaden que esa reducción puede deberse, en parte, al mejor cuidado médico que se ofrece gracias al mayor conocimiento sobre la pandemia y a que más cantidad de pacientes recibieron el plasma en un período temprano de su tratamiento hospitalario.

También precisan que en marzo no existía ningún sistema para entregar el plasma de convalecientes, pero que ahora hay suficientes donantes para abastecer la demanda. Además, a medida que los donantes aparecían con más rapidez, también era mayor la probabilidad de que el plasma contuviese anticuerpos neutralizantes.

Requisitos para donar plasma

Una donación de plasma en el Hospital de Clínicas de la UBA (Maximiliano Luna)
Una donación de plasma en el Hospital de Clínicas de la UBA (Maximiliano Luna)

“Las personas confirmadas de COVID-19 estarán en condiciones de donar su plasma por un método denominado de aféresis, pasados 14 días de su recuperación y contando con dos pruebas negativas para COVID-19 realizadas con al menos un intervalo de 24 horas con toma de muestra nasofaríngea”, dispone el protocolo del Ministerio de Salud.

• Quienes sean potenciales donantes no deben tener antecedentes transfusionales (no haber recibido transfusiones previamente). Y deben carecer de antecedentes gestacionales o abortos.

• Además de tener entre 18 y 65 años, deberá cumplir con todos los requisitos exigidos para un donante de sangre habitual, los mismos podrán visualizarse en: https://www.argentina.gob.ar/salud/donarsangre/quienes

• Además, previo a la donación, deberán firmar un Consentimiento Informado específico que explicita que su donación se realiza para ser utilizada para pacientes que ingresen en el Ensayo Clínico Nacional.

Centros de extracción de plasma para luchar contra el COVID-19

Hospital de Clínicas

Mail: plasmacovid@hospitaldeclinicas.uba.ar Tel: (011) 15 3 614 2839 Horario: Lu/Vie de 9 a 13 hs Dirección: Avda. Córdoba 2351; CABA

Hospital El Cruce

Mail: clubdedonantesvoluntarios@hospitalelcruce.org Tel: (011) 4210 9000 Internos: 1772 / 1765 / 1766 Dirección: Avenida Calchaquí 5401; Florencio Varela

Hospital Posadas

Mail: hemoterapia@hospitalposadas.gov.ar Tel: (011) 4469 9200 (011) 44 69 9300 Interno: 3004 Dirección: Av. Illia y Marconi; El palomar

Hospital General de Agudos Carlos G. Durand

Mail: durand_hemoterapia@buenosaires.gob.ar Tel: (011) 4883 8426 (011) 4952-5555 Internos: 126 / 127 Dirección: Ambrosetti 743

Fundación Hematológica Sarmiento

Mail: plasmacCOVID19@fuhesa.org.ar Tel: (011) 46669898 Celular: 1163833929 Direcciones: Fundación Hematológica Sarmiento: Avenida Córdoba 6429; CABA Hospital Central de San Isidro. Hemoterapia: Santa Fe 431; Acassuso

Fundacion Hemocentro Buenos Aires

Mail: coronavirus@hemocentro.org Tel: (011) 4981-5020 Dirección: Av. Díaz Vélez 3973; CABA

CEMIC: (011) 52991500 o escribir un mail a donacionplasmacemic@gmail.com

CUCAIBA: comunicarse al 08002220101

Hospital Alemán: (011) 4827-7283

SEGUÍ LEYENDO