Latinoamérica: un largo y ardiente verano

Se ha iniciado el derrumbe de los países que representan el socialismo del siglo XXI

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María Corina Machado (REUTERS/Leonardo Fernandez Viloria)
María Corina Machado (REUTERS/Leonardo Fernandez Viloria)

El calendario boreal nos anuncia la inminente llegada del otoño. Pero las ardientes temperaturas imperantes en el hemisferio no parecieran coincidir con los meteorólogos. Por el contrario, la región experimentará uno de los más calientes veranos en los que coinciden las temperaturas físicas con las de la política, ya que se ha iniciado el derrumbe de los países que representan el socialismo del siglo XXI.

Porque aun cuando nuestra natural informalidad latinoamericana no nos lleve a percibirlo, el piso de muchos regímenes está por explotar bajo una irrupción de lava libertaria.

Sin que la mayoría de los analistas lo perciban, y muy a pesar de sí mismo, estos regímenes han estimulado el desarrollo de sociedades civiles libres y capaces de construir sistemas democráticos. Porque han destruido el mito del Buen Salvaje al tiempo que han demostrado que ninguna nación progresa sin libertad. En consecuencia, la sociedad civil ha dejado de creer en los dogmas del colonialismo, la dependencia y la solidaridad comunitaria. Quiere ahora un Poder Judicial libre, un poder legislativo capaz de crear marcos de desarrollo y límites a la conducta individual y colectiva, y un Poder Ejecutivo honesto y comprometido con el desarrollo. Esto se ve con claridad en Venezuela, donde la sociedad civil, de manera masiva, se ha unido detrás del único liderazgo que garantiza estos resultados: el de María Corina Machado.

Comenzando por el norte, el arribo del resto del contingente de tropas kenianas en Haití va a desatar una reacción violenta de las pandillas criminales que azotan a esa nación desde hace más de un lustro. Según fuentes que cubren los canales de los servicios de inteligencia, las pandillas haitianas, y muy particularmente el jefe de todas ellas, Jimmy “Barbecue” Chérizier, se han pasado el verano entero haciéndose de armas de asalto para confrontar con efectividad a la misión de Kenia. Y detrás de las pandillas está la sociedad civil, que está harta de ocupaciones de ejércitos extranjeros y del azote de las bandas. En el enfrentamiento, esa sociedad civil va a emerger con fuerza en rechazo de ambos. Cuando eso ocurra, los líderes del hemisferio entero quizás comprenderán que hay que tener una respuesta distinta a la crisis haitiana al envío de ejércitos. Lamentablemente, entre hoy y ese punto habrá muchos los inocentes caídos en Haití.

Fotografía de archivo en donde se ven a agentes de Policía kenianos mientras patrullan Puerto Príncipe (EFE/ Mentor David Lorens)
Fotografía de archivo en donde se ven a agentes de Policía kenianos mientras patrullan Puerto Príncipe (EFE/ Mentor David Lorens)

En Bolivia la situación es insostenible. La economía está desecha. Se agotó el gas sin que haya producido riqueza. No hay un sólo dólar en el Banco Central. Los servicios públicos son casi inexistentes y el pleito entre Evo Morales y Luis Arce al interior del partido de gobierno tiene paralizadas las instituciones del Estado. Para salir del atolladero, Luis Arce ha concebido dos subterfugios. El primero, un golpe de Estado controlado que fracasó estrepitosamente al hacer público el plan Juan José Zúñiga, comandante del ejército. Según Zuñiga, el operativo que él había encabezado había sido planeado en un club privado por el propio Arce. El segundo es colocar a un destacado líder de la oposición funcional como candidato a la venidera elección presidencial. El seleccionado, Manfred Reyes Vila, podrá garantizar a Arce participación en el gobierno mientras envía a Evo Morales a una celda de congelación. La sociedad civil boliviana, sin embargo, destruirá estos planes siguiendo al candidato unitario de la oposición que seguro despuntará este invierno.

En Cuba la situación se hace cada día más penosa. Sin el definitivo y eficiente apoyo de Andrés Manuel López Obrador y Nicolás Maduro -ambos de salida del poder-, Díaz-Canel bien puede terminar en una dacha en las afueras de Moscú. Y desde luego, este será un verano lleno de vicisitudes para el pueblo cubano.

Venezuela está ya en la cuenta regresiva del totalitarismo mafioso que la ha secuestrado. Y aún cuando el colapso es inminente, el país llega a la fecha de recuperación de su libertad lleno de esperanzas por el liderazgo forjado en la batalla y encarnado por la dupla Machado/González Urrutia. Y este logro también estará mojado en las lágrimas de las madres y esposas de los caídos en la cruenta represión que siguió al triunfo electoral de la sociedad civil.

Desde la óptica de Estados Unidos, por primera vez en su historia pareciera que la providencia le va a regalar vecinos demócratas a carta cabal porque los gobiernos que emerjan del colapso del socialismo del siglo XXI serán creados y conformados por la sociedad civil tal y como en el siglo XVIII se juntaron 13 provincias para crear una democracia de verdad.

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