Amor digital: las relaciones románticas en la era de internet

Eugenia Mitchelstein y Pablo J. Boczkowski

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Se conocen por Tinder, matchean, se encuentran, se gustan. Se buscan en redes sociales, se favean los tuits, intercambian números de WhatsApp, vuelven a salir, suben fotos juntos a Instagram. Todo va bien, hasta que una mirada de hastío, una respuesta indiferente o un desacuerdo fundamental marcan el fin de la relación. Alguien manda un mensaje ominoso: "Tenemos que hablar", bloquea a la otra persona en redes, reinstala Tinder y todo vuelve a empezar.

Un millón y medio de primeras citas se coordinan en Tinder por semana en todo el mundo. La Argentina es el segundo país hispanoparlante con más usuarios, después de México. Y Tinder no es la única. Otras aplicaciones, como Happn, Grindr, Match.com, OkCupid, también cambiaron las maneras de conocer gente.

Facebook está testeando una función para encontrar pareja que aprovecha los millones de usuarios de la plataforma a coincidir con la persona correcta. Facebook Dating, como se llama la iniciativa, está orientada a formar vínculos de largo plazo más que relaciones pasajeras. Por ahora, Facebook Dating solo está disponible en Colombia, donde se está testeando desde finales de septiembre.

¿Cómo transforman estos dispositivos la vida romántica de las personas? ¿Cuál es la diferencia entre conocerse en persona y a través de la pantalla del celular? ¿Cuánto se alejan estos perfiles preparados de manera específica para generar atracción de los seres humanos que los completaron? Y, por último, ¿qué rol juega la tecnología a la hora de terminar una relación? La ciencia también puede estar al servicio de los corazones solitarios y ayudarnos a contestar estas preguntas.

University of Michigan
University of Michigan

Nicole Ellison es profesora en la Universidad de Michigan y estudia cómo se presentan los individuos en sus perfiles de aplicaciones de citas. Ella explica que estos servicios "aumentan la cantidad de potenciales parejas y les permiten a las personas acceder a más información sobre esas potenciales parejas que la que tendrían en un primer encuentro cara a cara, como un bar o una fiesta".

Eli Finkel, profesor de psicología de Northwestern University y especialista en atracción interpersonal, aclara que luego del primer encuentro, "los efectos de las citas online son mucho más pequeños. Puede que la disponibilidad de tantas otras potenciales parejas haga que las personas sean menos receptivas a seguir saliendo con alguien con quien no se entusiasmaron, pero eso es un cambio mucho menor que el de aumento en la cantidad de personas disponibles para una primera cita".

Josh Miller
Josh Miller

Para Finkel, los algoritmos no son efectivos a la hora de predecir si dos personas se van a llevar bien, ya que "una relación es una entidad muy distinta a las personas involucradas en ella. La química romántica emerge cuando los dos están juntos, pero parece ser imposible de predecir por adelantado, por principios como similitud o complementariedad".

Los algoritmos se basan en la información que proveen los participantes, que no siempre es precisa. Ellison comparó el peso y la altura reales de 80 aspirantes a conseguir pareja en línea con lo que declaraban en sus perfiles, y encontró que los hombres tienden a agregarse altura (un centímetro y medio, en promedio) y las mujeres, a quitarse peso (un promedio de cuatro kilos).

Estas desviaciones son pequeñas, porque, como analiza Ellison: "Las personas queremos presentar nuestra mejor versión, tanto online como offline, pero no queremos ser percibidas como falaces (…) También aspiramos a ser auténticas en nuestras relaciones, y a que otros se sientan atraídos por lo que somos, y no por una farsa".

La primera impresión en la aplicación no es suficiente para iniciar una relación, y en algún momento quienes llenaron los perfiles deben encontrarse cara a cara, afirma Finkel: "Los seres humanos son tridimensionales y es difícil tener una idea de otra persona solo desde una pantalla bidimensional".

Por otra parte, quienes usan aplicaciones de citas suelen tener además perfiles en redes sociales, y como propone Ellison, "estar en contacto a través de otras plataformas puede atenuar la medida en que participamos en la presentación selectiva de información".

La tecnología no solo juega un rol al principio de las relaciones: también ha ampliado las opciones a la hora de plantear una separación. Ilana Gershon, profesora de antropología de la Universidad de Indiana, ha publicado un libro sobre rupturas de pareja a través de los medios sociales.

James Brosher
James Brosher

"Tener todas estas opciones para terminar las relaciones ha hecho que las personas decidan separarse de nuevas maneras, y que tengan que tomar nuevas decisiones una vez que se separan, como qué hacer con los rastros de la pareja en Facebook, o si eliminar el número de los contactos del celular para no llamarla en un momento de vulnerabilidad o borrachera", relata Gershon.

A pesar de esta multiplicidad de opciones, casi todas las personas entrevistadas para el libro de Gershon "pensaron que terminar una relación cara a cara era la manera ideal de hacerlo". La antropóloga explica que, aunque el estándar sigue siendo la separación presencial, "iniciar una ruptura por teléfono ahora es mucho más aceptable que hace quince o veinte años. Como existen tantas opciones diferentes para terminar las relaciones (mensajes de texto, Facebook, correo electrónico, Twitter) tener una conversación, incluso si no es cara a cara, ahora se considera como aceptable".

Luego de la separación, las redes sociales vuelven a presentarnos opciones a las que tal vez preferiríamos no acceder. Gershon ejemplifica: "En las rupturas, el abandonado o la abandonada a menudo quiere saber qué piensa la otra persona (…) y con todas estas nuevas formas de comunicarse, tiene la sensación de que si solo revisa su perfil de Facebook, puede descubrir si siente alivio o tristeza por haber terminado. Pero esta vigilancia virtual (…) no proporciona el cierre que esperaba obtener".

Presentación selectiva en los perfiles, algoritmos poco efectivos, rupturas por WhatsApp y el rastro casi indeleble en las redes sociales de quien nos dejó. ¿Qué recomiendan los especialistas a la hora de encarar la búsqueda de pareja a través de internet?

Finkel es optimista: "Just do it. Y no gastes mucho tiempo determinado quién será compatible con vos, ya que no podés definir eso solo a través del perfil. Usá las citas online para expandir el número de potenciales parejas, pero pasá al mundo offline lo antes posible. Tómense un café o una cerveza y fíjense si hay una química".

Gershon, que estudió el final de los romances, tiene un consejo clave para las separaciones: "Cambiá tus contraseñas después de una ruptura, o mejor aún, cuando creas que podés separarte. Compartir contraseñas casi siempre es un problema durante las rupturas. Tener una contraseña que tu ex pareja pueda adivinar es igual de malo".

Bienvenides a la jungla digital.

Eugenia Mitchelstein es profesora en el Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad de San Andrés. Pablo J. Boczkowski es profesor en el Departamento de Estudios de la Comunicación de Northwestern University, Estados Unidos. Mitchelstein y Boczkowski son codirectores del Centro de Estudios sobre Medios y Sociedad en Argentina (MESO).