
Naciones Unidas informó el viernes que siete de sus trabajadores han sido detenidos por los rebeldes hutíes de Yemen, quienes ya mantienen detenidos a decenas de empleados de la organización y otras instituciones humanitarias.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó los hechos y solicitó la “liberación inmediata y sin condiciones” de los detenidos. “Condeno con firmeza la detención arbitraria de parte de los hutíes, las autoridades de facto, de otros siete empleados de Naciones Unidas en su zona de control”, declaró Guterres en un comunicado.
Los hutíes, que controlan amplias regiones de Yemen, incluida su capital, Saná, no han emitido comentarios sobre este caso. Este grupo, respaldado por Irán y vinculado a movimientos terroristas como Hamas y Hezbollah, ha sido señalado previamente por la detención de trabajadores humanitarios.
En junio de 2024, los hutíes arrestaron a 13 empleados de la ONU, más de 50 trabajadores de organizaciones no gubernamentales y un empleado de una embajada.
Los rebeldes justificaron estas detenciones alegando que desmantelaban “una red de espionaje estadounidense-israelí” que, según ellos, operaba bajo la cobertura de organizaciones humanitarias, una acusación que Naciones Unidas rechazó tajantemente.

Ante los recientes arrestos, el coordinador de ayuda humanitaria de la ONU en Yemen, Julien Harneis, anunció que “se han suspendido hasta nueva orden todos los movimientos oficiales desde y hacia las zonas controladas” por los hutíes.
Yemen, devastado por más de una década de guerra civil, enfrenta lo que la ONU ha descrito como una de las peores crisis humanitarias del mundo. Los conflictos armados, el hambre y las enfermedades han agravado la situación de millones de civiles en el país.
Este nuevo incidente ocurre tras la decisión del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, de incluir a los rebeldes hutíes en la lista de “organizaciones terroristas extranjeras”.
Trump volvió a designar a los rebeldes hutíes de Yemen como “organización terrorista extranjera”
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el miércoles la reincorporación de los rebeldes hutíes de Yemen, conocidos como Ansar Allah, a la lista de Organizaciones Terroristas Extranjeras (FTO, por sus siglas en inglés). La medida busca cortar los recursos externos del grupo insurgente respaldado por Irán.
En enero de 2021, al final de su primer mandato (2017-2021), Trump ya había clasificado a los hutíes como organización terrorista. Sin embargo, el presidente demócrata Joe Biden, que asumió el cargo ese mismo año, retiró la designación con el argumento de evitar un empeoramiento de la severa crisis humanitaria en Yemen, según informó la Casa Blanca en su momento.
Los hutíes controlan vastas áreas de Yemen lo que obligaba a las organizaciones humanitarias a tratar directamente con ellos para operar en el país.

La decisión de Biden fue respaldada por grupos de ayuda internacionales que temían tener que abandonar la región debido a las restricciones impuestas por la designación como FTO. Sin embargo, tras el estallido de la guerra en la Franja de Gaza, los hutíes intensificaron sus ataques contra la navegación.
En respuesta, la administración Biden incluyó a los hutíes en 2023 en una categoría menos estricta, la de “grupos terroristas globales especialmente designados”, para permitir la continuidad de la ayuda humanitaria.
Según un comunicado difundido el miércoles por la Casa Blanca, la reincorporación de los hutíes a la lista FTO responde al incremento de sus actividades hostiles.
“Como resultado de la débil política de la administración Biden, los hutíes han disparado contra buques de guerra de la Armada estadounidense decenas de veces”, afirmó el comunicado. “Han atacado infraestructura civil en países socios y han lanzado más de 100 ataques contra buques comerciales en el Estrecho de Bab al-Mandeb”, indica el mismo
La nueva designación también ordena a la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) cortar vínculos con entidades que realicen pagos a los hutíes o se opongan a los esfuerzos internacionales para contrarrestarlos.

Asimismo, dispone que la USAID y el Departamento de Estado revisen las actividades de socios, contratistas y organizaciones no gubernamentales que operan en Yemen.
La medida pretende fortalecer la cooperación de Estados Unidos con sus aliados regionales para “eliminar las capacidades y operaciones de los hutíes, privarlos de recursos y poner fin a sus ataques contra personal, civiles estadounidenses, socios y el transporte marítimo en el Mar Rojo”, destacó el comunicado.
La orden ejecutiva podría tardar varias semanas en entrar en vigor, pero se prevé que tenga un impacto significativo en la dinámica de la guerra en Yemen.
(Con información de AFP y EFE)
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