Cuál es el plan de conservación de Nueva Zelanda para sus aves nativas

En los bosques neozelandeses, se libra una batalla por la biodiversidad. La innovadora estrategia para eliminar amenazas y asegurar el futuro de la fauna se realizará en 2050

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Más de 55 especies de
Más de 55 especies de aves han sido exterminadas por depredadores invasores en Nueva Zelanda (Imagen Ilustrativa Infobae)

En la primavera neozelandesa, cuando los polluelos comienzan a salir de los huevos en los frondosos bosques del país, un grupo de voluntarios sube empinadas laderas cargando mochilas con bolsas de veneno. Su misión no es sencilla ni exenta de dilemas éticos: proteger a las aves nativas de depredadores introducidos que devastaron la ecología única del archipiélago. El proyecto “Depredador Libre 2050″ promete ser un esfuerzo monumental, descrito como “el proyecto de conservación más ambicioso del mundo” por su entonces primer ministro, John Key

La llegada de los depredadores

Según National Geographic, durante 80 millones de años, la vida en Aotearoa, el nombre maorí de Nueva Zelanda, evolucionó sin mamíferos terrestres, con excepción de algunos murciélagos. Este aislamiento permitió que especies como el kiwi y el huia desarrollaran características únicas, adaptándose a un entorno sin amenazas de depredadores terrestres. Sin embargo, hace 750 años, la llegada de los primeros humanos trajo consigo nuevas amenazas, como la rata kiore, probablemente transportada como fuente de alimento en canoas polinesias.

Los armiños, introducidos en Nueva
Los armiños, introducidos en Nueva Zelanda en la década de 1870, son cazadores letales que amenazan a las aves nativas del país

Los colonizadores europeos intensificaron el problema al introducir especies como ratas negras y marrones, así como armiños, hurones y zarigüeyas, con fines de control de plagas o para la industria peletera. Estos mamíferos encontraron presas fáciles en las aves y reptiles nativos, incapaces de defenderse.

Actualmente, se estima que las especies invasoras consumen al menos 25 millones de polluelos y huevos de aves autóctonas cada año, y que el 95% de los kiwis nacidos en áreas con armiños no llegan a la adultez.

Proyecto “Depredador Libre 2050″

Fue en 2016 cuando Nueva Zelanda fijó un objetivo monumental: erradicar siete especies de depredadores invasores, que incluye tres tipos de ratas, armiños, hurones, comadrejas y zarigüeyas, antes del año 2050. Comparado con el programa Apolo, que llevó al hombre a la Luna, este proyecto implica un esfuerzo hercúleo en términos técnicos y económicos. La superficie del país, de 260 mil kilómetros cuadrados, incluye montañas, glaciares, bosques, dunas y áreas urbanas, lo que complica aún más la tarea.

El último avistamiento confirmado de
El último avistamiento confirmado de huia en estado salvaje fue en 1907 (Wikimedia)

El costo estimado del proyecto asciende a 6 mil millones de dólares, y los desafíos no son menores. Las estrategias tradicionales, como el uso de trampas y veneno, son insuficientes para abordar la magnitud del problema. Además, los armiños, una de las especies más letales, desconfían de estas tácticas.

Innovaciones y éxitos en la erradicación de depredadores

A pesar de las dificultades, Nueva Zelanda ha cosechado logros notables en pequeñas islas costeras. Durante los últimos 65 años, se han eliminado depredadores de más de 300 islas, creando santuarios seguros para especies como el kakapo, un loro nocturno no volador, y el tuátara, un reptil que data de la era de los dinosaurios.

Estos éxitos inspiran a los conservacionistas, quienes están desarrollando nuevas tecnologías, como trampas más efectivas y sistemas de veneno dirigidos, para replicar estas victorias en áreas más grandes. Sin embargo, muchos expertos coinciden en que alcanzar el objetivo de “cero depredadores” será extremadamente difícil, especialmente en un lapso de 30 años.

El kiwi: símbolo de esperanza y vulnerabilidad

Las autoridades neozelandesas implementan estaciones
Las autoridades neozelandesas implementan estaciones de cebo para envenenar a las ratas y, consecuentemente, a los armiños que las devoren (Wikipedia)

Ningún animal representa mejor la fragilidad de la fauna nativa de Nueva Zelanda que el kiwi, un ave nocturna que no vuela, con plumas similares a pelo y un agudo sentido del olfato.

Antes de la llegada de los humanos, estas aves exploraban tranquilamente los suelos del bosque en busca de larvas. Ahora, enfrentan amenazas constantes. De las cinco especies de kiwi existentes, todas están en riesgo de extinción, al igual que el 80% de las aves endémicas del país y el 94% de los reptiles nativos.

La lucha por preservar las especies únicas de Nueva Zelanda es tanto una carrera contra el tiempo como una muestra de innovación y colaboración. Mientras ecologistas, biólogos y técnicos continúan desarrollando soluciones, el éxito del proyecto “Depredador Libre 2050″ dependerá de superar enormes obstáculos logísticos, éticos y financieros.

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