Vladimir Putin, el presidente de Rusia, manifestó su ira nuevamente ante los ataques de Ucrania en la región de Kursk, un territorio ruso. En un discurso reciente, Putin declaró que las acciones desestabilizadoras siguen vigentes: “De la misma manera que antes luchábamos contra los terroristas, ahora luchamos contra los que cometen delitos en la región de Kursk, Donbass y Novorossiya”.
Kursk, fue un objeto de una incursión sorpresiva por parte de las fuerzas ucranianas, en medio de la guerra rusa que inició del conflicto armado en febrero de 2022, cuando Rusia invadió Ucrania, según informan observadores internacionales. Este conflicto ha resultado en un considerable número de víctimas y ha provocado un importante desplazamiento de la población civil, sumiendo a la región en una crisis humanitaria significativa.
Putin comparó los ataques contemporáneos con los desafíos anteriores que enfrentó su administración: “Pero de la misma manera que logramos nuestros objetivos en la lucha contra el terrorismo, lograremos nuestros objetivos en la lucha contra el neonazismo. Y sin duda castigaremos a los criminales, de eso no puede haber ninguna duda”.
Las declaraciones del presidente ruso reflejan su frustración tras la sorpresiva y exitosa incursión ucraniana a lo que él describe como amenazas externas, reafirmando su amenaza de tomar medidas estrictas contra cualquier incursión u operación que considere perjudicial para la soberanía rusa.
El contexto de estos comentarios se enmarca en una escalada reciente de violencia en diversas regiones fronterizas debido a la ofensiva ucraniana en respuesta a las operaciones rusas en su territorio.
Hasta la fecha, los reiterados enfrentamientos entre las fuerzas rusas y ucranianas han acentuado las tensiones en la región, provocando reacciones diversas entre la comunidad internacional y agotando más recursos en la prolongada guerra. La comunidad global permanece atenta al desarrollo de estos eventos y a las declaraciones de ambas partes, que podrían influir en la estabilidad regional a corto y mediano plazo.
Putin, junto con el enviado presidencial al Distrito Federal del Cáucaso Norte, Yury Chaika, y el jefe de la República de Osetia del Norte, Sergei Menyailo, se reunieron el martes 20 de agosto con representantes del Comité de Madres de Beslán.
En sus palabras de apertura comparó a quienes luchan contra las fuerzas rusas en la región de Kursk con los responsables de la toma de rehenes en la escuela de Beslán en 2004.
Putin visitó el martes la ciudad de Beslán en la república rusa de Osetia del Norte, donde conmemoró la memoria de las víctimas del mortífero asedio a la escuela de 2004.
El 1 de septiembre de 2004, militantes que exigían la retirada de las tropas rusas de Chechenia secuestraron a unos 1.100 niños, padres y profesores cuando celebraban el comienzo del año escolar.
Colocaron explosivos en el gimnasio de la escuela y mantuvieron a la gente como rehenes durante tres días, negándoles comida y agua potable y matando a muchos de los rehenes varones.
El 3 de septiembre, el asedio terminó con una serie de explosiones y un tiroteo sangriento después de que las fuerzas rusas entraran en acción. Más de 330 rehenes perdieron la vida, incluidos 186 niños, como resultado del asedio.