Debilitada en el campo de batalla y ávida por reclutar nuevos soldados, Rusia impulsará centros de entrenamiento militar en 16 universidades

El primer ministro ruso firmó un decreto mediante el cual se prevé la creación de estas estructuras, una medida que se enmarca dentro del compromiso del Gobierno ruso de “capacitar a los ciudadanos”

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Esta medida se enmarca dentro del compromiso del Gobierno ruso de “capacitar a los ciudadanos” (Sputnik/Aleksey Nikolskyi/Kremlin via REUTERS)
Esta medida se enmarca dentro del compromiso del Gobierno ruso de “capacitar a los ciudadanos” (Sputnik/Aleksey Nikolskyi/Kremlin via REUTERS)

El primer ministro de Rusia, Mijail Mushustin, ha firmado este martes un decreto mediante el cual se prevé la creación de centros de entrenamiento militar en hasta 16 centros universitarios públicos repartidos por todo el país euroasiático.

Esta medida se enmarca dentro del compromiso del Gobierno ruso de “capacitar a los ciudadanos”, especialmente a los estudiantes, de acuerdo con los programas de entrenamiento militar, recoge la agencia rusa de noticias Interfax.

En la lista publicada por las autoridades rusas se adelanta que los centros de entrenamiento militar se dispondrán en universidades de las regiones de Astracán, Kírov, Izhevsk, Lípetsk, Nóvgorod, Oriol, Pskov, Sajalín, Smolensk, Tiumén, Vólogda y Yaroslavl, así como en las repúblicas de Mordovia, Chechenia y Mari El.

La semana pasada, el Ministerio de Educación y Ciencia, junto con la cartera de Defensa de Rusia, informaron del desarrollo de un módulo de entrenamiento militar, que sería enviado a las universidades para su inclusión en los programas educativos.

Teniendo en cuenta los nuevos 16 centros de entrenamiento militar, el número total de tales estructuras en las universidades estatales de la Federación Rusa aumentará a 120, según recoge la agencia de noticias TASS.

Un uniforme de un soldado ruso muerto yace en un campo minado, mientras continúa el ataque de Rusia a Ucrania, durante la reunión de soldados rusos muertos que quedan para ser intercambiados por soldados ucranianos caídos en campos minados en la parte norte de la región de Donetsk de Ucrania, diciembre 14, 2022 (REUTERS/Shannon Stapleton)
Un uniforme de un soldado ruso muerto yace en un campo minado, mientras continúa el ataque de Rusia a Ucrania, durante la reunión de soldados rusos muertos que quedan para ser intercambiados por soldados ucranianos caídos en campos minados en la parte norte de la región de Donetsk de Ucrania, diciembre 14, 2022 (REUTERS/Shannon Stapleton)

El 24 de diciembre, cuando gran parte del mundo celebró la Navidad, se cumplieron diez meses desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania. Diez meses en los que las cosas no salieron según lo planeado por Vladimir Putin. Si bien las fuerzas invasoras llevaron a cabo brutales crímenes de guerra y violaciones a los derechos humanos, se toparon con una contundente resistencia del Ejército ucraniano que, con el apoyo militar y estratégico de Occidente, golpeó con dureza a las tropas rusas ocasionando grandes pérdidas.

En la previa al inicio de la invasión rusa, el poderío militar del Kremlin era ampliamente superior al de Kiev. De hecho, se ubicaba como la segunda potencia militar a nivel mundial. Seguramente esto llevó a Putin a pensar que en apenas unos días, o tal vez semanas, conseguiría su objetivo de hacer caer al gobierno de Volodimir Zelensky y tomar el control de la capital ucraniana para, así, instalar un gobierno satélite a su medida. No sólo no sucedió eso, sino que a diez meses del conflicto, las tropas rusas continúan sufriendo graves pérdidas.

De acuerdo a datos del Ministerio de Defensa ucraniano, la cifra de soldados rusos caídos -entre muertos y heridos- ya superó la barrera de los 100.000. Esto refleja dos cosas: el pésimo cálculo del jefe del Kremlin, y la determinación del pueblo ucraniano que desde el comienzo de los ataques rusos se unió para defender la integridad y soberanía de su país.

Ruslan Spirin, representante de Ucrania para América Latina, dijo en diálogo con Infobae que en estos diez meses Rusia “perdió mucho más que en diez años de guerra en Afganistán”. “Putin está enviando a sus soldados como carne de cañón para eliminar a la población rusa que puede organizar una revolución allí, dentro de su país. Tiene mucho más miedo de su propia gente que de los enemigos externos”.

(Con información de EP)

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