Por qué el fentanilo es el “asesino silencioso” del noroeste de México

A pesar de que la mayor parte de la droga es destinada por los cárteles mexicanos al mercado de drogas estadounidense, lo cierto es que un pequeño porcentaje muy significativo se queda en las ciudades del norte de México

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El noroeste de México está afrontando una nueva crisis de sald sin precedentes (Crédito: connectas.org)
El noroeste de México está afrontando una nueva crisis de sald sin precedentes (Crédito: connectas.org)

La dimensión real de las muertes por fentanilo en México es desconocida e ignorada en la mayor parte del país. Los estados que más padecen esta nueva crisis de salud son los que se encuentran en el noroeste de la república, particularmente Baja California y Sinaloa.

“Hoy Tijuana, Mexicali, Guaymas, las fronteras de Sonora, son lugares donde el fentanilo ha cobrado una gran importancia como negocio para los grupos criminales”, señaló el investigador del Departamento de Estudios Culturales en El Colegio de la Frontera Norte, José Andrés Sumano Rodríguez.

La cercanía con los Estados Unidos, el cliente favorito de esta droga opiácea, convierte al noroeste mexicano en un importante paso de tránsito para el tráfico de fentanilo, un analgésico sintético 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más potente que la morfina.

A pesar de que la mayor parte de la droga es destinada por los cárteles mexicanos al mercado de drogas estadounidense, lo cierto es que un pequeño porcentaje, aunque muy significativo —2 miligramos pueden matar una persona—, se queda en las ciudades del norte de México.

Los peritos aún no pueden determinar la cantidad de fentanilo en la sangre de los fallecidos (Huffington Post)
Los peritos aún no pueden determinar la cantidad de fentanilo en la sangre de los fallecidos (Huffington Post)

Sin embargo, el panorama general de la problemática de salud pública todavía no puede ser visualizado desde un dimensión precisa debido a la falta de capacidades de medición y dictámenes forenses concisos en los centros médicos de salud.

Tal es el caso del Servicio Médico Forense (Semefo) de Mexicali, Baja California, donde una investigación de la organización experta en narcotráfico, Insight Crime, reveló que a pesar de que ya se implementaron ahí pruebas rápidas de consumo de drogas, de las cuales el 33% dieron positivas a fentanilo, entre junio y agosto, todavía no se puede indicar en las actas de defunción “muerte por sobredosis”.

Ello a pesar de cada vez se han presentado más cadáveres con características similares: muertes por paros respiratorios o cardiorrespiratorios, coloración azul o morada de los cuerpos, y muchas veces, jeringas todavía colgadas de los brazos de los difuntos.

“Poco a poco ha ido empezando acrecentarse el consumo en zonas como Tijuana. Hay ahí un nicho, un negocio importante de narcomenudeo de fentanilo a nivel local, particularmente en la frontera, en ciudades que ya habían padecido el problema del cristal y que ahora también están viviendo de manera importante el fentanilo”, señaló Sumano Rodríguez.

Cada vez buscan más tratamiento

“El fentanilo es un fuerte opioide sintético similar a la morfina, pero entre 50 y 100 veces más potente”, informa el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos (Foto: REUTERS/Shannon Stapleton)
“El fentanilo es un fuerte opioide sintético similar a la morfina, pero entre 50 y 100 veces más potente”, informa el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos (Foto: REUTERS/Shannon Stapleton)

Aún no se cuenta con la tecnología necesaria para determinar las cantidades de droga en los fallecidos, por lo que la dimensión real del problema sigue siendo hasta el momento desconocida y prácticamente ignorada.

Un médico del Semefo dijo a la organización que el fentanilo es una droga tan fuerte que puede causar una sobredosis en cuestión de segundos, al grado en que los consumidores ni siquiera alcanzan a retirar las agujas de sus cuerpos antes de quedar inconscientes.

En Sinaloa, sede de uno de los cárteles principales que están detrás del tráfico a gran escala del opioide, la situación es muy parecida a Mexicali. Algunos hospitales públicos de Culiacán, según la investigación, han llegado a recibir dos pacientes con sobredosis de fentanilo en un solo turno médico.

El fentanilo que se consume ilegalmente y que está asociado con frecuencia a sobredosis se fabrica en laboratorios. (Foto: FGR)
El fentanilo que se consume ilegalmente y que está asociado con frecuencia a sobredosis se fabrica en laboratorios. (Foto: FGR)

En lo que va del año se han registrado oficialmente tres muertes por sobredosis, mientras que en Tijuana cinco, aunque los expertos están convencidos de que el subregistro es mucho más alto por las evidentes debilidades en la infraestructura tecnológica a la hora de deteminar las causas de muerte.

En el caso de Tijuana y Mexicali, la organización civil que atiende a población vulnerable, “Prevencasa”, informó que en una sola mañana han llegado atender hasta seis personas por sobredosis de la droga. Más de 500 han sido atendidas en los últimos años, según los reportes.

En el caso específico de Mexicali, en los primeros ocho meses de 2022 se atendieron 60 sobredosis por parte de organizaciones como Verter y la Cruz Roja, que además están capacitadas para suministrar naloxona, el medicamento que se utiliza para revertir los síntomas del fentanilo.

La demanda por tratamiento de consumo de fentanilo en México ha crecido en los últimos cinco años. En 2017 una sola persona buscó tratamiento para su adicción, pero el año pasado ya fueron 184.

“Se tiene que dejar esa narrativa donde los EEUU acusan a México de inundar de drogas a su población, cuando la demanda, y particularmente en el caso de fentanilo, la crearon ellos y sus propios médicos”, apuntó Rodríguez.

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