Alfonso Zamora, el boxeador mexicano que se alzó con la plata en medio del terrorismo de Múnich 72

El atleta que se erigió como único medallista de la delegación mexicana en la justa de 1972 vivió de cerca los ataques terroristas a la Villa Olímpica del país teutón

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Alfonso Zamora logró subir al podio olímpico a pesar de los atentados perpetrados por el grupo terrorista "Noviembre Negro" en la Villa Olímpica de Múnich (Foto: Twitter/@Batman6210)
Alfonso Zamora logró subir al podio olímpico a pesar de los atentados perpetrados por el grupo terrorista "Noviembre Negro" en la Villa Olímpica de Múnich (Foto: Twitter/@Batman6210)

Alfonso Zamora Quiroz, reconocido boxeador de la Ciudad de México por haber ostentado el título de peso gallo avalado por la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), destacó en su etapa amateur como el único atleta de la delegación mexicana que subió al podio durante los Juegos Olímpicos de Múnich 1972. En aquella justa, algunos atletas fueron víctimas de un atentado en la Villa Olímpica horas antes que el originario de Tlatelolco consiguió su pase a la gran final.

Los orígenes de Zamora se remontan a la unidad habitacional en cuyo corazón hace lugar la Plaza de las Tres Culturas. A los 12 años, Alfonso se vio en la necesidad de abandonar sus estudios y comenzó un peregrinar errante por los pasillos de Tlatelolco y las colonias aledañas, donde tuvo contacto con las drogas y la delincuencia, vicios que lo llevaron al borde de la prisión.

“Yo caí desde niño en las drogas y el pandillerismo, era ladrón. Me juntaba con narcotraficantes desde chico. El ambiente en el que llegué a crecer me jaló, me involucró y sin el boxeo no hubiera subsistido. Me hubiera pasado lo que a todos los que están en ese medio, o mueren o van a la cárcel”, recordó durante una entrevista con el medio ESPN.

Zamora cayó en la final ante el cubano Orlando Martínez, cinco días después de los atentados en la Villa Olímpica (Foto: Twitter/@John_Karl_90)
Zamora cayó en la final ante el cubano Orlando Martínez, cinco días después de los atentados en la Villa Olímpica (Foto: Twitter/@John_Karl_90)

No obstante, la mano paternal de su familia lo obligó a buscar trabajo para alejarse del camino recorrido hasta entonces. Aprovechando la relación que su papá, como taxista, tenía con el mánager Ernesto Gallardo, Alfonso comenzó a trabajar como auxiliar en el mítico gimnasio Jordán, donde logró descubrir su talento con los guantes y emprendió el camino hacia el éxito deportivo.

Su talante y audacia en el ring le hicieron artífice de una sólida formación como amateur. Fue así que a los 18 años consiguió formar parte de la delegación más numerosa de atletas que México ha tenido en una edición de Juegos Olímpicos. Junto con él, siete pugilistas más hicieron el viaje a la ciudad de Múnich, pero Zamora fue quien corrió con la fortuna más grande.

En su camino por la división de peso gallo logró vencer al filipino Ricardo Fortaleza, así como al alemán Stefan Forster, y el español Juan Francisco Rodríguez. Por ese motivo logró acceder a la semifinal para conseguir su pase a la lucha por el oro o el bronce. El pesaje para el compromiso fue pactado para el 5 de septiembre de aquel año, por lo que tuvo que someterse a concentración para lograr cumplir con el tonelaje reglamentario.

Como profesional consiguió reinar en la categoría de peso gallo durante más de dos años (Foto: Twitter/@50AnivMexico68)
Como profesional consiguió reinar en la categoría de peso gallo durante más de dos años (Foto: Twitter/@50AnivMexico68)

La madrugada del 5 de septiembre, integrantes del grupo terrorista autodenominado “Septiembre Negro” irrumpieron en el pabellón 31 de la Villa Olímpica, donde se alojó la delegación israelí. Los personajes mataron a dos atletas y tomaron como rehenes a once más, que murieron a la postre, con la exigencia de la liberación de 234 palestinos presos en Israel, así cómo de dos líderes capturados por autoridades alemanes.

Aunque el suceso irrumpió y tergiversó por completo los Juegos Olímpicos de la paz, el boxeador mexicano negó haberse dado cuenta de lo acontecido. Al despertar, notó un elevado grado de tensión en el ambiente pero ninguno de sus acompañantes quiso mencionarle lo que había pasado durante la noche para evitar sacarlo de concentración aunque tampoco se presentó al pesaje. En ese momento ya era el único boxeador azteca con posibilidades de subir al podio.

El boxeador de Tlatelolco fue el único medallista por México en Múnich 1972 (Foto: Twitter/@DeMemoria)
El boxeador de Tlatelolco fue el único medallista por México en Múnich 1972 (Foto: Twitter/@DeMemoria)

Las amenazas y exigencias del grupo irruptor se extendieron a lo largo de ese día hasta que las autoridades alemanas lograron abatirlos. A pesar de ello, las actividades se reanudaron al día siguiente y los atletas siguieron con sus competencias. Zamora, por su parte, cumplió con la pelea y, aunque al enterarse de lo ocurrido declaró sentirse nervioso, venció al estadounidense Ricardo Carreras para clasificarse a la final por el oro.

En la pelea definitiva tuvo que encarar a Orlando Martínez, pero fue ampliamente superado por el cubano que se adjudicó los cinco puntos y relegó al mexicano a la segunda posición. Un año después de aquella derrota, en abril de 1973, Zamora dio inicio a una carrera como profesional que le dejó un récord 33 victorias, solamente una por decisión y cinco derrotas. Además, fue monarca de la AMB en peso gallo del 14 de marzo de 1975 y hasta el 19 de noviembre de 1977, cuando perdió con Jorge Luján.

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