El diluvio de San Mateo: cuando la CDMX se inundó por 5 años

En 1629 la Ciudad de México fue víctima de una torrencial lluvia que causó una grave inundación en la zona conurbada de la capital del país

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Foto ilustrativa de una inundación en la Ciudad de México en el siglo XX (Fotos: @imagenhector)
Foto ilustrativa de una inundación en la Ciudad de México en el siglo XX (Fotos: @imagenhector)

La historia de México ha sido contada a lo largo de los años de tal manera que hay muchas cosas que se desconocen sobre el periodo de la colonia, ese lapso de tiempo en el que los españoles dominaron el territorio mexicano durante tres siglos: de 1521, con la caída de Tenochtitlan hasta 1821, con la declaración de independencia.

Fue en ese intervalo de tiempo que una fuerte lluvia azotó a la capital del país, provocando una gran inundación que duró cinco años, y que dejó por víctimas a miles de personas, animales, así como cosechas y viviendas. Se trata del gran diluvio de San Mateo, ocurrido en 1629.

La Ciudad de México, como la conocemos actualmente, no siempre lució de la misma manera, pues al arribo español a tierras mexicas la gran metrópoli se encontraba asentada en un islote, rodeado por un gran cuerpo de agua: el lago de Texcoco.

Inundación en Ciudad de México siglo XX (Fotos: @imagenhector)
Inundación en Ciudad de México siglo XX (Fotos: @imagenhector)

En su momento, los nativos sufrieron graves inundaciones, como la de 1449 que los llevó a construir un dique para controlar el paso del agua a los alrededores de la ciudad. Sin embargo, tras la guerra entre españoles y aztecas, el dique quedó destruido, dejando expuesta a la región.

De acuerdo con el historiador Bernardo García Benítez, los españoles tomaron la decisión de mantener la capital de la Nueva España sobre los restos de Tenochtitlán por una cuestión geoestratégica, al ser el centro político preestablecido por el antiguo imperio, y desde donde era posible ejercer control sobre sociedades aledañas.

No obstante, la cuenca del Valle de México era un cazo cerrado en donde todas las aguas de los cerros colindantes terminaban desembocando en él, alimentando el lago de Texcoco. Y es que, como todas las cuencas cerradas, la de México albergaba un enorme cuerpo de agua.

Cuenta del Valle de México y el Lago de Texcoco sobre Tenochtitlan (Foto: Twitter/@@hzagal)
Cuenta del Valle de México y el Lago de Texcoco sobre Tenochtitlan (Foto: Twitter/@@hzagal)

Fue ahí donde los llamados colonos reedificaron una nueva ciudad sobre los escombros, los cuales terminaron por tapar varios canales de agua existentes en lo que un día fue la ciudad de la chinampas, además de que los nuevos residentes comenzaron a implementar acciones de azolvamiento para el desagüe de la zona conurbada pues, como los antiguos pobladores, los nuevos residentes también sufrieron inundaciones a causa de la posición geográfica en la que se encontraban.

A pesar de las acciones puestas en marcha para controlar las frecuentes inundaciones, como la de 1555, 1586, 1604 y 1607, la ciudad no dejaba de sufrir las constantes embestidas del lago y las lluvias. Por ello, tras la última inundación de 1607, el Virrey Luis de Velasco ordenó la construcción de un gran canal para el desagüe de los lagos.

Lago de Texcoco (Foto: Gobierno de México)
Lago de Texcoco (Foto: Gobierno de México)

La obra fue ideada y puesta en marcha por Enrico Martínez, con parcial éxito en los primeros años, pero siendo insuficiente, pues las lluvias siempre revivían las aguas del valle, “como si sus antiguos canales se rehusaran a morir”, escribió García Martínez en un artículo para la revista Arqueología Mexicana.

¿Qué pasó en 1629 en México?

La pesadilla ocurrió entre la noche del 21 y la madrugada del 22 de septiembre de 1629, cuando la Ciudad de México sufrió una lluvia que duró 36 horas, provocando que el nivel del agua en el primer cuadro de la ciudad alcanzara los 2 metros de altura.

El llamado Diluvio de San Mateo cobró la vida de aproximadamente 30 mil personas que, de acuerdo con las crónicas, sus cadáveres se encontraban flotando entre las calles. El agua se estancó en la ciudad por cinco años, hasta que en 1934 comenzó a fluir, para finalmente liberar a la capital de la Nueva España tras 60 meses.

Inundación en la Ciudad de México en 1955 (Fotos: @imagenhector)
Inundación en la Ciudad de México en 1955 (Fotos: @imagenhector)

Según García Martínez, el suceso era predecible, pues el agua tras los diques en los ahora extintos lagos de Zumpango y Xaltocan -que evitaban su flujo hacia el lago de Texcoco- acumuló lluvias de muchos años; era una bomba de tiempo que acabaría por inundar la ciudad.

A ese hecho se le suma el que, durante las lluvias, se dice que Enrico Martínez ordenó el cierre del gran canal para que el torrente no destruyera la obra en proceso. Dicha decisión terminó por contribuir a que la inundación en la Ciudad de México haya sido mortal.

La catástrofe terminó por destruir cultivos y almacenes de comida, provocando un caos total. Además, las viviendas de adobe fueron deshechas por el agua.

Antiguo Lago de Texcoco
Antiguo Lago de Texcoco

Se cuenta que durante la noche del diluvio únicamente se salvó la plaza de la ciudad y unas calles aledañas, en donde cientos de perros se refugiaron. A ese lugar se le conoció como isla de perros; expuso el doctor en historia por el Colegio de México, García Martínez.

Bernardo García estima que la población de la capital en aquel entonces rondaba los 150 mil personas, de entre quienes lo más pobres fueron los que sufrieron más la inundación. Incluso, del total de defunciones, la mayoría fue por falta de alimento y por las enfermedades asociadas al ambiente lacustre. Cientos de familias se fueron de la región.

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