Impunidad, corrupción, crimen organizado… ¿por qué matan a los periodistas en México?

Desde 1951, se celebra cada 7 de junio en México el Día de la Libertad de Expresión. Pero en un contexto de violencia generalizada e impunidad, los periodistas se encuentran en un momento crítico en el que diariamente son silenciados, perseguidos y asesinados

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El documental No se mata la verdad retrata la realidad de los periodistas en México

"En Medio Oriente mueres si te agarró un combate, un bombardeo o si caíste en manos de terroristas. En México van a tu casa por ti".

Con estas palabras pronunciadas por el periodista y productor Témoris Grecko se inicia el documental No se mata la verdad, que expone la difícil realidad que enfrentan los periodistas en el país, considerado uno de los más peligrosos del mundo para ejercer la profesión.

El sexenio del actual presidente Enrique Peña Nieto no solo se ha convertido en el más violento para el país, sino también en el más peligroso para los periodistas, con 1.989 agresiones y 41 asesinatos registrados desde diciembre de 2012 hasta el 5 de febrero, de acuerdo con el último informe de la organización Article 19.

A ello hay que sumar los tres asesinatos de periodistas que se registraron durante el mes de mayo y las amenazas documentadas desde el inicio de la campaña electoral, el 30 de marzo.

"En un contexto generalizado de violencia los periodistas son un blanco porque se exponen más que otros ciudadanos, porque investigan y además están expuestos a la falta de derecho", aseguró a Infobae Jan-Albert Hootsen, representante el México del Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).

Periodistas exigieron justicia a los candidatos a la Presidencia (Foto: @alexmelon)
Periodistas exigieron justicia a los candidatos a la Presidencia (Foto: @alexmelon)

A diferencia de otros países como Honduras y Venezuela donde la represión hacia la prensa también es intensa, México cuenta con un marco legal e instituciones que en teoría deberían defender la libertad de expresión y aclarar los crímenes y amenazas en contra de comunicadores.

Una de estas instituciones es la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión​ (Feadle), que depende de la Fiscalía Federal, pero a juicio de Hootsen su estructura es débil, tiene poco presupuesto y su personal está poco capacitado.

Aunque reconoció que corresponde a las empresas otorgar a sus trabajadores sueldos competitivos y la protección necesaria para realizar su labor, también advirtió que el impartir justicia es una obligación del Estado y al quedar sin aclarar los crímenes contra periodistas lanza el mensaje de que existe una gran impunidad.

Témoris Grecko, señaló la necesidad de "ser honestos con la sociedad" y aclarar que no todos los asesinatos contra periodistas están relacionados con la actividad profesional, y también que al pedir que se aclaren los crímenes en contra de quienes sí han muerto por la labor que realizaban no se pide trato preferencial.

"Las estadísticas que ofrecen distintas organizaciones indican que en general la mitad de las agresiones a periodistas provienen de servidores públicos, policías, militares, alcaldes, e incluso del Presidente de la República, como es el equipo de Carmen Aristegui, despedidos por la Casa Blanca (un escándalo sobre la compra de una mansión que hizo la primera dama a un contratista del gobierno y que derivó en el despido de la periodista y de su equipo de la estación de radio en la que trabajaban)", señaló en diálogo con Infobae.

En 2018 han sido asesinados seis periodistas (Foto. @alexmelon)
En 2018 han sido asesinados seis periodistas (Foto. @alexmelon)

Impunidad que mata

En el informe Democracia simulada, nada que aplaudir, Article 19 señaló que de las agresiones contra comunicadores cometidas durante el actual sexenio, 8% fueron cometidas presuntamente por integrantes del crimen organizado, y 48% por funcionarios públicos.

Témoris Grecko aseguró que en solo 5% de los casos presentados la Feadle ha llegado a sentencias, pero que no resuelven totalmente el caso: se condena a los presuntos autores materiales, pero las investigaciones nunca llegan hasta los autores intelectuales.

La persecución de la que son víctimas los periodistas mexicanos, afirmó, no se vive ni siquiera en países en guerra, en los que el Estado está colapsado, como Siria.

"Este (México) es un Estado que dice que se compromete con la libertad de expresión, pero sus cifras son como las de estados colapsados. Es la impunidad la que está matando a periodistas y defensores de derechos humanos, del medio ambiente, a las mujeres y a los curas. Es un sistema de justicia inoperante, que está siendo operado para poner precio a la justicia", expresó.

Javier Valdez fue asesinado el año pasado a una cuadra del semanario Ríodoce, que fundó
Javier Valdez fue asesinado el año pasado a una cuadra del semanario Ríodoce, que fundó

Chalecos antibalas para honrar a los caídos

Las organizaciones no gubernamentales Doblevida y Article 19 presentaron el proyecto Palabras a Prueba de Balas, que consiste en la creación de un chaleco antibalas cubierto con las notas de prensa que informan sobre los atentados contra los comunicadores y que resiste armas de alto calibre, por medio del cual se exigirá a los candidatos presidenciales, de manera simbólica, a que se comprometan con la "Agenda en materia de libertad de expresión e información 2018".

"Se trata de la fabricación de un chaleco antibalas sobre el cual se imprimieron noticias referentes a los periodistas ajusticiados, y le pediremos a reporteros, conductores y locutores que lo porten y se tomen una foto, con el objetivo de que esa imagen se viralice y concientice a la ciudadanía sobre lo que implica para la libertad de prensa los atentados mortales contra los comunicadores", explicó Manuel Camacho, fundador de Doblevida.

Detalló que se fabricaron dos chalecos antibalas reales, los cuales, a la altura del corazón, llevarán escritos los nombres de los 116 periodistas asesinados en nuestro país desde el 2000, como una manera de honrar a los profesionales de la información que perdieron la vida por el simple hecho de ejercer su trabajo.

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