El Canal de Panamá, pieza central del comercio internacional, enfrenta una crisis tras la histórica sequía de 2023, que obligó a reducir tanto el tránsito de barcos como el peso de la carga. El lago Gatún, principal fuente de agua dulce para el canal y para miles de residentes de Ciudad de Panamá y Colón, registró en enero de 2024 su nivel más bajo desde que existen registros, con casi dos metros menos que el promedio habitual.
Esta situación generó preocupación entre autoridades y científicos, quienes advierten sobre la posibilidad de episodios similares con mayor frecuencia si no se toman medidas urgentes contra el cambio climático, según la American Geophysical Union (AGU).
La sequía de 2023 provocó consecuencias inmediatas. Datos de la AGU indican que la Autoridad del Canal de Panamá redujo el número de barcos que cruzan a diario de 38 a 22, además de imponer límites estrictos al peso de la carga permitida.
Esta restricción afectó la economía panameña y tuvo impacto en la cadena logística global debido a la importancia estratégica del canal para el tránsito marítimo entre el Atlántico y el Pacífico. La caída del nivel del lago Gatún, que abastece tanto al canal como a la población local, puso de manifiesto la vulnerabilidad de la infraestructura ante eventos climáticos extremos.

Proyecciones sobre sequías futuras y emisiones contaminantes
Un estudio reciente publicado en la revista Geophysical Research Letters de la AGU presenta una perspectiva preocupante sobre el futuro del canal bajo distintos escenarios de emisiones de gases de efecto invernadero.
El equipo de investigación, liderado por Samuel Muñoz de Northeastern University, desarrolló un modelo que proyecta los niveles de agua en el lago Gatún en los próximos 75 años. El análisis incluyó variables como temperatura, evaporación y precipitaciones, y validó los resultados con datos históricos para confirmar su precisión.
Los resultados del estudio resultan contundentes: si las emisiones continúan en aumento, la frecuencia de sequías extremas como la de 2023 podría duplicarse hacia finales del siglo XXI. Los escenarios de mayores emisiones muestran que la disminución de lluvias durante la temporada húmeda de Panamá será el factor de riesgo más relevante, con una reducción de hasta 50 milímetros de precipitación mensual entre mayo y agosto. El incremento de la evaporación intensifica la escasez de agua, afectando tanto la operación del canal como el suministro para la población.
En contraste, la AGU afirma que una mitigación agresiva de las emisiones permitiría mantener los niveles del lago Gatún relativamente estables, con solo pequeñas disminuciones respecto al siglo pasado. “Si reducimos las emisiones y optamos por uno de los caminos de menor impacto, el sistema se mantiene bastante estable”, explicó Muñoz. Sin embargo, advirtió: “Estos bajos niveles de agua, que ahora resultan muy disruptivos, se convertirán en la norma hacia finales de siglo”.

Funcionamiento y adaptación del Canal de Panamá
El funcionamiento del Canal de Panamá depende de la disponibilidad de agua dulce. Cada tránsito de un barco requiere más de 98 millones de litros para llenar las esclusas y permitir el paso entre los océanos Atlántico y Pacífico.
El lago Gatún, un embalse artificial creado para este fin, también resulta esencial para el suministro de agua potable a las ciudades cercanas. La sequía de 2023 puso en riesgo este frágil equilibrio, al reducir la capacidad operativa del canal y amenazar el acceso al agua para miles de personas.
Ante este escenario, las autoridades del canal comenzaron a aplicar medidas de adaptación. Según la AGU, se están optimizando los sistemas de uso eficiente del agua y se inició la planificación de un nuevo embalse para afrontar un futuro potencialmente más seco. Estas acciones buscan garantizar la continuidad de las operaciones y la seguridad hídrica de la población, aunque los expertos insisten en que la solución principal radica en enfrentar las causas profundas del problema.
Los científicos responsables del estudio insisten en la urgencia de actuar frente al cambio climático. Muñoz manifestó su disposición a colaborar con las autoridades y la comunidad científica panameña para perfeccionar los modelos de predicción y diseñar estrategias de adaptación.
La AGU destaca que el mundo está en un punto decisivo: la reducción de emisiones podría estabilizar los niveles del lago Gatún y asegurar la viabilidad del canal, mientras que la inacción expondría la infraestructura a crisis cada vez más graves en las próximas décadas.
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