El U-2 cumple 65 años: el legendario avión espía que cambió el curso de la Guerra Fría

El programa encubierto de la CIA fue lanzado en 1954 por el presidente Dwight D. Eisenhower ante la preocupación por los avances militares de URSS y la escasa inteligencia disponible sobre el bloque soviético. El accidente que en 1960 reveló la verdadera naturaleza del avión y tensó la relación entre las dos superpotencias

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Un avión U-2
Un avión U-2

Hace 65 años, el entonces director de la CIA Allen Dulles fue notificado de que el presidente Dwight D. Eisenhower acababa de aprobar una misión top secret para desarrollar un avión de reconocimiento a gran altitud que los soviéticos no pudieran rastrear o interceptar. Ese proyecto se concretó en el avión espía más famoso jamás construido: el U-2.

El presidente estadounidense, un ex general que ocupó el cargo de 1953 a 1961, tomó la decisión de lanzar el programa ante la preocupación por los desarrollos militares de la Unión Soviética y la escasa inteligencia disponible sobre la URSS y los países satélites de Europa del Este.

Dwight Eisenhower llevó a la Casa Blanca su carisma como general comandante durante la Segunda Guerra Mundial
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Los temores habían sido avivados por la detonación rusa de una bomba de hidrógeno en agosto de 1953, apenas nueve meses después de que Estados Unidos probara su primera bomba termonuclear. Eso, junto con el descubrimiento de un nuevo bombardero intercontinental soviético, había generado en los estadounidenses el temor de estar en una situación de desventaja en la carrera armamentista.

Un informe titulado “La Agencia Central de Inteligencia y el reconocimiento aéreo”, publicado por primera vez por la CIA en 1998, reveló que las autoridades estadounidenses —con Eisenhower a la cabeza— estaban conscientes de que los sobrevuelos del territorio soviético por un avión militar armado sería considerados un acto de guerra. Por eso, el panel presidencial secreto que se encargó del proyecto propuso volar un avión desarmado pilotado por un civil en una operación encubierta de la CIA. También decidieron qué cobertura sería que el U-2 fuera parte de un programa de investigación del clima.

El Congreso apenas fue informado de la misión. Solo los principales legisladores del subcomité de la CIA del Comité de Servicios Armados del Senado y los dos miembros minoritarios de mayor rango del Comité de Asignaciones de la Cámara fueron informados en febrero de 1956, meses antes de que se desplegaran los primeros U-2.

Cómo es el U-2

Para octubre de 1954, el panel presidencial secreto se había decidido por un diseño de Lockheed que pretendía volar por encima de 21 mil metros, más allá de los radares soviéticos y por encima del alcance de los interceptores rusos.

El resultado fue un avión de un solo asiento y capaz de volar a gran altitud, volado por los Estados Unidos para la recopilación de inteligencia, vigilancia y reconocimiento. También conocido como Dragon Lady, el U-2 ha estado en servicio desde 1956 hasta el día de hoy, mientras el último avión de la serie fue construido en 1989.

(AP)
(AP)

Primeras misiones

Los aviones U-2 comenzaron a hacer vuelos de reconocimiento sobre la URSS en 1956, dando a los Estados Unidos su primer vistazo detallado de las instalaciones militares soviéticas. A fines de junio, se llevaron a cabo dos misiones U-2 sobre países del Pacto de Varsovia en Europa del Este. El primer vuelo sobre Rusia tuvo lugar el 4 de julio de 1956. El segundo, el 5 de julio, consistió en pasar por Leningrado y Moscú. Las fotos resultantes proporcionaron información sobre los bombarderos soviéticos y las fábricas de misiles y motores de cohetes.

Eisenhower quedó satisfecho con la información recopilada. Las fotografías tomadas por los aviones espías revelaron que las capacidades nucleares soviéticas estaban significativamente menos avanzadas de lo que había afirmado el líder soviético Nikita Khrushchev. Eisenhower se enteró de que Estados Unidos, en lugar de sufrir una escasez de armas, como afirmaban muchos políticos estadounidenses, tenía fuerzas nucleares muy superiores a las de su enemigo de la Guerra Fría. Según los historiadores, fue uno de los elementos que contribuyeron a inclinar la balanza de la Guerra Fría hacia Estados Unidos.

Dwight Eisenhower y Nikita Khrushchev, en Camp Cavid, en 1959
Dwight Eisenhower y Nikita Khrushchev, en Camp Cavid, en 1959

Pese a que podía detectarlos, durante casi cuatro años la URSS fue incapaz de detener los sobrevuelos. Volando a una altitud de más de 20 mil metros sobre el suelo, el avión U-2 era inalcanzable por los aviones y misiles soviéticos. Sin embargo, en la primavera de 1960, la URSS había desarrollado un nuevo misil tierra-aire Zenith con un alcance más largo. El 1 de mayo de 1960 esa arma causó uno de los incidentes que fue uno de los momentos más calientes de la Guerra Fría.

El incidente de 1960

El resto del Congreso se enteró de la existencia del programa U-2 recién en mayo de 1960, cuando la Unión Soviética derribó uno de los aviones espía en el espacio aéreo soviético y capturó a su piloto, Francis Gary Powers.

El piloto del avión espía U2 Francis Gary Powers con su casco y traje de vuelo después de ser derribado sobre territorio soviético el 1 de mayo de 1960, URSS (Sovfoto/Universal Images Group/Shutterstock)
El piloto del avión espía U2 Francis Gary Powers con su casco y traje de vuelo después de ser derribado sobre territorio soviético el 1 de mayo de 1960, URSS (Sovfoto/Universal Images Group/Shutterstock)

El incidente abrió una crisis diplomática internacional que obligó a Eisenhower a admitir que la explicación del avión meteorológico era falsa y la CIA había estado realizando misiones de espionaje sobre la URSS durante varios años. El accidente ocurrió en los días anteriores a una cumbre en París que en la intención del presidente estadounidense debía sentar las bases de nuevos acuerdos sobre la producción y pruebas de armas nucleares. Sin embargo, tras el accidente, los soviéticos abandonaron las conversaciones.

Por su parte, Powers permanecía en una prisión soviética. En agosto de 1960, fue juzgado por espionaje y condenado a 10 años de reclusión. Finalmente pasó menos de dos años preso: fue liberado en febrero de 1962, cuando él y el agente soviético Rudolf Abel se convirtieron en los protagonistas del primer “intercambio de espías” entre Estados Unidos y la Unión Soviética.

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