La playa más famosa de Miami está cambiando. En el News Cafe, de Ocean Drive y 8th St, en South Beach, una orden de gaseosa llega a la mesa en un vaso con hielo. En Nikki Beach, South Pointe, lo mismo: nada en el lugar donde hasta el 31 de diciembre había un sorbete plástico. Y en Nexxt, sobre Lincoln Road, donde termina Euclid Ave, también.
Puede pedir usted un sorbete, una cañita, una pajilla, un popote, un pitillo; puede pedir, respetando la lengua de los locales, "a straw, please". Pero le explicarán que, desde comienzos del año, la alcaldía de Miami Beach está en la fase de "advertencias" a los comercios sobre el completo retiro de los sorbetes plásticos, que entrará en vigor el 1 de febrero de 2019.
Hubo primero una fase de educación; luego de la de advertencia, llegarán multas a quienes no cumplan con la prohibición de uno de los objetos que más polución causan en las playas. Así que restaurantes y bares ya se están entrenando, y acostumbrando al público, en la nueva clase de consumo: directamente del vaso o con un sorbete de papel.
Entre los comensales las reacciones son positivas: "No hay diferencia", "Son más friendly para mordisquear", "Son más anchas", evaluaron. Los meseros observaron que siempre lucen muy bien al llegar a la mesa, pero que no se mantienen enteras en el caso de las gaseosas: en lo que dura un almuerzo, se desarman. En cambio, en los tragos con alcohol, y en especial los de variante frozen, se mantienen con dignidad hasta el final.
La decisión del City Hall de Miami Beach, que votó la prohibición de sorbetes plásticos en julio de 2018, para que fuera puesta en marcha en 2019, tuvo apoyo generalizado. Los habitantes del balneario y los turistas ven a diario el impacto del plástico en la costa y los canales. Según Volunteer Clean Up, una organización sin fines de lucro, la basura, y en particular el plástico, que puede tardar siglos en degradarse, es un problema grave.
"Un millón de bolsas de plástico se recogen cada día en los cursos de agua de la Florida", señaló. Las superan, por poco, las botellas de plástico y los envoltorios de alimentos, y las siguen las tapas de envases, los cubiertos descartables y los sorbetes, 611.048 cada día. En el condado de Miami Dade, es el octavo contaminante que se recoge, pero tiende a aparecer más que otros en las playas y el océano. Sólo en dos cuadras de Miami Beach, un grupo de bartenders recogieron más de 400 sorbetes plásticos en 2018, como parte de una campaña de concientización.
Desde 2015, cuando se volvió viral el video de una tortuga caguama de Surfside, un poco al norte de Miami Beach, que debió sufrir la dolorosa extracción de un sorbete de plástico de una de sus narinas, el movimiento contra este producto se popularizó. Surfside, Miami Beach, Hallandale y Deerfield Beach, entre otros municipios del sur de la Florida, prohibieron que los establecimientos junto al mar los ofrecieran.
Por fin Miami Beach expandió la prohibición de sorbetes de plástico a todos los cafés y restaurantes que tengan mesas en las veredas, a los parques, a las marinas, a los embarcaderos y a las dársenas. También se prohibieron las paletinas plásticas para revolver el café en lugar de las cucharas.
Primero se establecieron tres meses para la educación de los los comercios, seguidos por un periodo de advertencias escritas a quienes no cumplieran con la preparación. Y ya desde el 1 de febrero, la prohibición será total e implicará multas en caso de infracción.
Otra prohibición está pendiente de una resolución judicial: las bolsas de plástico para la comida para llevar de los restaurantes. La causa en proceso aumentaría los productos prohibidos: añadiría a la lista los contenedores de poliestireno.
Otras ciudades de la Florida se han sumado al rechazo de los sorbetes plásticos: St. Petersburg y Fort Myers, entre ellas. Pero el movimiento trasciende el estado: también varias ciudades en California (Alameda, Berkeley, Davis, Malibu, Manhattan Beach, Oakland y San Luis Obispo, entre otras), Washington (Seattle, Edmonds) y Nueva Jersey (Monmouth Beach) aspiran a eliminar esta fuente de polución de manera definitiva.
El video de la extracción del sorbete alojado en la nariz de la tortuga contiene imágenes que pueden afectar la sensiblidad:
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