Los niños mexicanos que cruzan el muro todos los días para ir a la escuela

En la frontera entre Mexicali y Calexico, como la de otras ciudades mellizas de México y Estados Unidos, la política migratoria afecta la vida cotidiana

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Todas las mañanas, más de 250 niños de Mexicali cruzan la frontera para estudiar en Calexico
Todas las mañanas, más de 250 niños de Mexicali cruzan la frontera para estudiar en Calexico

En los 3.185 kilómetros (1.951 millas) de Baja California a Tamaulipas, que equivale a decir desde California a Texas, hay varias ciudades mellizas: Tijuana-San Diego, Ciudad Juárez-El Paso, Matamoros-Brownsville. A lo largo de esa línea extensa, las promesas electorales del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, son menos una cuestión política que de vida cotidiana: la gente cruza cada día de ida y de vuelta, como parte habitual de su rutina.

"Por generaciones, la frontera que divide Calexico, en California, y Mexicali, en México, ha sido más un mojón que una barrera", ilustró el diario Los Angeles Times la historia de una escuela de Calexico a la que todos los días van niños de Mexicali. Su mayor miedo no es el muro: es la depreciación de la moneda que dificulte a las familias, que ganan en pesos, el pago de la matrícula, que es en dólares.

Hoy Calexico es una suerte de suburbio de Mexicali, y las familias se conectan a ambos lados de la frontera (Google Maps)
Hoy Calexico es una suerte de suburbio de Mexicali, y las familias se conectan a ambos lados de la frontera (Google Maps)

Las guerras culturales que dividen a la opinión pública estadounidense se disuelven en las ciudades mellizas. "De alguna forma, Calexico —una ciudad desértica y polvorienta, mayoritariamente latina, de 40.000 habitantes— es hoy un suburbio de Mexicali, que se ha convertido en un puntal industrial y hoy tiene una población de casi 700.000 personas", escribió Hailey Branson-Potts.

"La gente tiene familia a ambos lados. Hace poco, Calexico construyó un centro comercial directo de marcas para atraer a los consumidores mexicanos. Y hace mucho que Mexicali atrae a los habitantes de Calexico con su vida nocturna, sus restaurantes chinos y sus servicios médicos más económicos". Cada año, 8 millones de automóviles y 4,5 millones de peatones pasan de un lado a otro.

El muro era una cerca de malla hasta que en la década de 1990, Calexico se convirtió en un punto de entrada alternativo a San Diego, que se hizo más difícil.
El muro era una cerca de malla hasta que en la década de 1990, Calexico se convirtió en un punto de entrada alternativo a San Diego, que se hizo más difícil.

David Salazar, director de la sección de Aduana y Protección de la Frontera en el puerto de entrada de Calexico, dijo al diario estadounidense que las dos comunidades trabajan de manera muy unida. "Hay muy poca gente que hace cosas malas. La mayoría de los que cruza son personas buenas, honestas", declaró.

Desde la escuela Calexico Mission se ve el muro: una valla de hierro de casi 5 metros ubicada a pocos pasos. En la década de 1970, cuando todavía era una cerca de malla, los niños recibían con la mayor naturalidad a las personas que saltaban y entraban a la escuela, donde no los buscarían los agentes de migraciones: les daban un libro o un cuaderno y les aconsejaban hacer que eran parte de la clase.

A pocos pasos de los puestos de migraciones, Calexico construyó un outlet mall para los vecinos de Mexicali, que cruzan a diario
A pocos pasos de los puestos de migraciones, Calexico construyó un outlet mall para los vecinos de Mexicali, que cruzan a diario

"Con tantos agentes de la Patrulla Fronteriza en la guardia a metros de la escuela, y el gran muro, eso ya no pasa", explicó la autora. "De vez en cuando, alguien todavía escala el muro con una escalera y pasa corriendo por el patio".

Calexico se convirtió en un sitio favorito para el cruce ilegal en la década de 1990, cuando se endureció el paso hacia San Diego. Así en 1999 la cerca de malla se reemplazó por una estructura más sólida, de barras de hierro. Tanto por eso como por la crisis que deprimió la economía estadounidense desde 2008, la entrada sin documentos a la zona del Imperial Valley pasó de casi 240.000 personas en 2000 a menos de 20.000 en 2016.

El logo de la escuela tiene las dos banderas.
El logo de la escuela tiene las dos banderas.

Los niños tienen visas de estudio: al menos los que ya están matriculados no tendrán problemas, excepto cuando tengan que renovar sus visas. El inconveniente mayor de asistir a la institución que hace 80 años fundaron los adventistas es que el día comienza a las 5:30 de la mañana, para poder hacer la fila interminable de migraciones y llegar a tiempo a clase.

Una vez que sobrellevan el tránsito de la avenida Cristóbal Colón, los padres o los buses los dejan en el puerto de entrada a Calexico, y desde allí caminan cuatro cuadras hasta la escuela, bajo el sol que puede llegar a los 48 ºC (120 ºF) en el verano.

Una de las vías principales de Mexicali, la avenida Cristóbal Colón, es la que marca la frontera
Una de las vías principales de Mexicali, la avenida Cristóbal Colón, es la que marca la frontera

El logo de la escuela luce las banderas de las dos naciones: el 85% de los 300 alumnos de Calexico Mission viven en México. El costo de la matrícula —entre USD 355 y USD 644— es una inversión para quienes quieren que sus hijos sean bilingües y puedan aspirar a una educación superior de calidad. La tercera parte de los niños está becada.

Todos los días, Brenda Gallardo cruza a sus tres hijos: Jorge, Ana y Patricia Noriega. Esta médica de una familia pobre de Sinaloa estudió medicina con su padre: él no había podido hacerlo antes, dedicado a crear una base económica para su familia. "La educación es la única forma que tenemos para luchar contra la pobreza, la corrupción y todas las limitaciones que tiene este país", dijo a Branson-Potts.

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